En la reforma de una vivienda la elección de los suelos es sumamente importante. Esta parte de la casa es la que más tránsito va a recibir, por lo que es fundamental escoger unos buenos materiales. Tal vez, para el salón busquemos más calidez. Para el baño antideslizante y para la cocina limpieza y resistencia. Estos son los diferentes tipos de suelo para salones, cocinas y baños.

Suelos de madera y laminados

Lo cierto es que este tipo de suelos aportan mucha calidez a las estancias. Este tipo de suelos son perfectos para salones y cocinas. Sobre todo, si queremos unificar espacios. Es decir, si tenemos una cocina abierta que da a un comedor esta se convierte en una elección ideal.

Los suelos laminados son muy fáciles de instalar y no requieren de grandes obras de instalación. Para colocarlos no es necesario retirar el suelo anterior. Su gran ventaja es que son capaces de imitar a diversos tipos de madera sin grandes mantenimientos como barnizado o acuchillado. Son resistentes tanto al desgaste como al impacto.

Los suelos de madera son otra elección acertada para cocinas y salones. La madera siempre se ha elegido por el aspecto acogedor que ofrece a las casas. En el caso de los suelos ocurre lo mismo. Su gran ventaja es que los diseños han cambiado muchísimo y ahora son mucho más resistentes a la humedad, así como a los golpes. Hoy en día, muchas cocinas vanguardistas ya llevan incorporadas este tipo de suelos. Incluso, algunas personas ya lo están incorporando en sus baños por el ambiente cálido que aportan esta clase de suelos.

Suelos de vinilo

Los suelos de vinilo son muy recomendables para estancias como la del baño o la cocina. Este tipo de suelos se caracteriza por ser autoadhesivo y fácil de colocar. Su gran variedad de estilos y colores los convierte en una opción perfecta para combinar con los diferentes elementos de la estancia. Los suelos de vinilo pueden imitar perfectamente a:

  • La madera.
  • La cerámica.
  • Los mosaicos de formas geométricas.

Estos suelos son muy económicos, fáciles de limpiar y tienen una vida útil de unos 10 años aproximadamente. El vinilo, además, también puede encontrarse en planchas o en láminas.

Suelos de cerámica tradicional

Hay materiales que nunca pasan de moda por su calidad y versatilidad en el diseño. Este es el caso de la cerámica de toda la vida. Siempre recomendamos esta opción, sobre todo, para estancias como el baño o la cocina. El gres es un material muy resistente con gran capacidad para absorber la humedad. Una opción de calidad a un precio muy razonable.

Suelos de microcemento

Ideales para cocinas industriales y baños de zonas deportivas, por ejemplo. El microcemento es un material de gran resistencia al tiempo que dispone de una gran flexibilidad. Esto se consigue gracias a que se le añade un compuesto químico a la base de cemento tradicional.

Su instalación es continua y sencilla. Es decir, en el resultado final no se perciben grietas ni juntas. Por otro lado, el microcemento no es poroso, así que gracias a esta condición obtendremos un suelo perfecto a base de una superficie impermeable apta para repeler la humedad.

Suelos de piedra natural

¿Tienes una casa rústica y no sabes qué clase de suelo poner? Esta opción te encantará. La piedra natural da ese toque rural a las casas ubicadas a las afueras de la ciudad. Gracias a las nuevas innovaciones este tipo de materiales han dejado de ser resbaladizos, ya que se les aplica un tratamiento especial que las convierte en antideslizantes.

La piedra es perfecta tanto para baños como para cocinas. Se trata de un material resistente, fácil de limpiar, pero un poco más caro que todos los anteriores si tenemos en cuenta de que se trata de piedra natural.

Suelos de mármol o granito

Otra elección acertada para baños y cocinas son los suelos de mármol o granito. Asegúrate de que los instale un profesional y te quedarán perfectos para estas estancias. En caso contrario, podrías tener problemas.

Este tipo de suelos son resistentes, duraderos y perfectos para ubicaciones húmedas.

Reforma suelos

Tipos de suelos: cerámicos, porcelánicos y de mármol

Ambos tipos de suelos son muy utilizados en las viviendas. Sobre todo en zonas costeras y lugares cálidos. Son suelos bastante limpios y de mantenimiento sencillo, aunque resultan fríos. Por lo tanto no son indicados en lugares con temperatura baja.

En el caso de los suelos cerámicos, de precio más asequible, hay baldosas de pasta blanca o roja de distintas calidades y acabados. Por lo tanto, la elección depende del presupuesto, la decoración y los gustos. Suelen colocarse sobre todo en cocinas y baños. También en viviendas unifamiliares, en los pisos de acceso directo a la calle.

Entre estos tipos de suelo están los de cerámica seca, que son desmontables y se colocan sin necesidad de pegarlos. Se montan sobre una estructura creada para la estancia donde se van a colocar. Esta funciona como base para el suelo, y tiene las juntas para las baldosas.

Es adecuada en viviendas y estancias en las que se cambia el suelo con cierta frecuencia y su instalación no requiere obras. Además, si se deteriora alguna baldosa, se puede cambiar con facilidad por otra. Eso sí, entre los tipos de suelo no es precisamente el más económico.

Los suelos porcelánicos son también cerámicos, pero se hacen con una sola cocción y son más resistentes. Pueden imitar a la piedra, el mármol o a la madera. Lo malo es que son más caro, aunque pueden durar muchísimos años. Suelen colocarse también en baños y cocinas, aunque por su resistencia también son aptos para terrazas o exteriores. Hay una clase de suelos cerámicos, denominados rectificados, que se pueden colocar sin juntas. Así dan la sensación de suelo continuo.

Mientras, los suelos de mármol, también muy duraderos y fríos, ofrecen una gran riqueza de colores. Por sus características, cada suelo de mármol es diferente, y hay que pulirlo cada cierto tiempo para que no pierda presencia. Se suelen manchar con facilidad, por lo que no son aconsejables en la cocina.

Suelos de madera y laminados

Estos suelos son muy apreciados y extendidos, cálidos y de estética agradable. Son una de las elecciones más frecuentes para el cambio de suelos fuera de baños y cocinas. Son de los tipos de suelos con mejor nivel de aislante, y protegen tanto del frío como del calor. Además, se limpian con bastante facilidad.

En el caso de los suelos de madera, hay que tener en cuenta que necesitan un mantenimiento periódico. Porque se deterioran con el paso del tiempo, y es preciso acuchillarlos cada varios años. También hay que tener en mente que en ocasiones no resisten bien los cambios bruscos de temperatura, ni los ambientes muy secos.

Mientras, los suelos laminados, con frecuencia llevan un cubrimiento en su parte superior que puede imitar a la madera. Los más caros llevan hasta un relieve que iguala aún más el parecido. Se elaboran a partir de derivados prensados de la madera, y a veces también imitan en su superficie a otros materiales: piedra, barro, etc.

Hay modelos preparados incluso para soportar ambientes que en principio no son los más adecuados, como cocinas y baños. Así se puede contar con un suelo uniforme en toda la vivienda. No necesitan acuchillado, así que su mantenimiento es más sencillo y económico que la madera. Eso sí, su tacto no es tan agradable.

Suelos vinílicos y de linóleo

Los suelos vinílicos son de instalación rápida y dan un aspecto muy personal a las viviendas en las que se instalan. Lejos de parecer suelos de poca calidad como antaño, este tipo de suelo ha evolucionado en los últimos tiempos y ahora ofrece multitud de formatos y diseños. Incluso puede presentarse como baldosas, e instalarse con sistemas de encaje de piezas.

Son bastante aislantes, incluso del ruido, y se pueden colocar encima de otros materiales. Resisten bien la humedad y son antimanchas. Eso sí, sólo es aconsejable si el presupuesto para renovar el suelo no es muy elevado, y únicamente para una o dos habitaciones. Y no son biodegradables.

Los suelos de linóleo son suelos elaborados a partir de diversos materiales prensados y aceite de linaza. Son biodegradables, y se pueden colocar sobre el suelo que haya instalado. Por tanto, las reformas con estos tipos de suelos son rápidas. Además, no precisan obras. Se venden en distintos formatos: rollos, losetas, piezas encastrables, etc. Son bastante resistentes a manchas, pero no resisten demasiado bien los pesos, y tampoco la humedad.

 

¿Qué tipo de suelo para salones, cocinas y baños elijo?

Déjate aconsejar siempre por los profesionales en reformas integrales en Madrid como nosotros. En Reformadísimo sabemos cuál es el mejor material para cada una de tus habitaciones. Pídenos información sin compromiso y nosotros te daremos el mejor asesoramiento para que disfrutes de la reforma de tu nueva casa.

Todos los tipos de suelo para salones, cocinas y baños están a tu entera disposición.

 

Contenido validado por María Luisa De La Rubia
Socia Fundadora en Reformadisimo