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La reforma de una vivienda requiere una planificación muy cuidada. No solo de la obra en sí, con todo lo que supone, sino también de todo lo relacionado con la obra de reforma. También de los preparativos previos al inicio de las tareas de reforma. Por un lado, la selección y control de quién hará la obra. Por otro, preparar tu casa para una reforma. Porque antes de que comiencen las obras hay que dejar todo preparado para que quienes van a realizar todos los trabajos tengan el menor número de trabas e inconvenientes posible. Pero también los vecinos.

Para ello hay que dar una serie de pasos, que deben estudiarse y establecerse en función del tipo de reforma que haya que realizar. Porque cada tipo de reforma requerirá de una preparación previa. Por eso, una vez decidido qué tipo de obra se va a realizar, hay que planear la preparación previa. A continuación descubrirás qué preparaciones son necesarias para dejar una vivienda lista para que comience una reforma, independientemente de su envergadura.

Preparar tu casa para una reforma: trámites previos

El primer paso que tienes que dar para preparar tu casa para una reforma es solicitar los permisos correspondientes al Ayuntamiento para poder comenzar la obra. Por eso primero tienes que tener decidido qué es lo que se quiere hacer. Porque en función de la envergadura de la obra, y de lo que se vaya a rehacer, habrá que pedir un permiso de obra mayor, uno de obra menor. O si la obra es muy pequeña, puede que baste con comunicarlo. Pero todo depende de varios aspectos: que cosas se modifican, si se tocan elementos que pueden afectar a la estructura y si se van a hacer cambios en la fachada. Si se dan estos dos últimos casos, sobre todo el segundo, la licencia que habrá que pedir es la de obra mayor.

Además de la solicitud, será necesario disponer del presupuesto de la obra para abonar la tasa que lleva aparejada la solicitud de obra. Porque en la práctica totalidad de los ayuntamientos, para el cálculo de la tasa se toma un porcentaje del presupuesto. Este varía de un municipio a otro, y es la cantidad que tendrás que pagar para poder iniciar la obra. La comunicación o la licencia de obra menor suelen concederse con bastante agilidad, pero la de obra mayor suele tardar unas semanas. Es importante que no la empieces hasta tener el permiso, porque de otra manera te expones a una multa y a la paralización de las obras.

Deja la casa o zona a reformar vacía

Cuando se empieza una reforma en casa, la estancia que se va a reformar tiene que estar lo más libre de obstáculos posible. Por eso es necesario que retires, en la medida de lo posible, los muebles y objetos que estén en ella. Si no es posible, al menos sepáralos de las paredes y muévelos al centro de la habitación. Así los operarios tendrán las paredes despejadas para poder trabajar con comodidad. Además tienes que cubrirlos para evitar que se ensucien y sufran desperfectos. También para que no les afecten los golpes. Para ello utiliza o bien lonas o plásticos fuertes de gran tamaño.

En caso de que la reforma vaya a ser no por partes, sino integral, y afecte a toda la casa, tocará vaciarla por completo, por lo que necesitaras un guardamuebles para almacenar todo lo que haya en ella. Como mucho, en caso de que la reforma pueda acometerse por partes, puedes mover todos los muebles de una zona a la otra. Después, cuando las estancias que quedaron despejadas estén terminadas, se pueden mover los muebles a ellas y hacer las obras necesarias en la parte en la que estaban hasta ese momento.

No te olvides de proteger las puertas de las distintas estancias de la casa. Aunque parezca que no, también se pueden ensuciar y recibir golpes. Hazlo sobre todo si vas a pintar, porque les puede caer pintura, que después costará retirar. Para protegerlas puedes utilizar papeles fuertes, del tipo de los que se usan para embalar, sujetos a los bordes de las puertas y los de sus jambas y zócalos con cinta protectora. Haz lo mismo con los marcos de las ventanas si no vas a sustituirlas, porque si no te llevarás casi seguro una sorpresa desagradable.

Contenedores y sacos para escombros

Prácticamente todas las obras implican que se producirán escombros y cascotes. Y claro, tendrás que almacenarlos en algún punto para su retirada. Para ello se emplean habitualmente contenedores o sacos de obra, siempre en función de la cantidad de residuos que ocasione la reforma. Estos sacos o contenedores se colocan en la calle y se van llenando progresivamente hasta que se retiran, y entonces los escombros se llevan a un vertedero adecuado. Por tanto, tanto el saco como el contenedor ocupan espacio en la vía pública, lo que hace que para instalarlos haya que pedir permiso y abonar una tasa.

Generalmente, de ello suele ocuparse la empresa que realiza la obra, pero puede que no sea así. Por eso conviene que tengas en cuenta este paso previo a la realización de una obra. En cuanto a contenedor, también será necesario abonar una tasa por el depósito de residuos. Para saber cuándo pagarla y cuánto costará, ponte en contacto con tu ayuntamiento o con el del municipio donde se encuentre el vertedero. Nuevamente, de esto suele encargarse la empresa que hace la obra, y lo habitual es que las tasas estén incluidas en el presupuesto.

Avisa a la comunidad

Una reforma siempre conlleva ruido, suciedad e inconvenientes. Aunque sea pequeña. En estos casos, con un día o dos de trabajo será suficiente. Pero si va a durar bastante tiempo, es conveniente poner en conocimiento del resto de vecinos que vas a hacer una obra. Tampoco está de más informarles de lo que vas a hacer si es una obra no muy grande o no afecta a elementos estructurales.

Pero en el caso de que sí vayas a tocar elementos estructurales, no solo tendrás que reunirles y explicarles lo que quieres hacer. En muchos casos tendrás que convocar una junta de propietarios y solicitar su permiso. Para ello tendrás que explicarles el proyecto, e incluso mostrarles los planos del proyecto para que puedan comprender bien todo lo que quieres hacer. Si la obra va a ser muy grande, y la empresa que se va a encargar de ella está de acuerdo, es posible que pueda acompañarte a la reunión el arquitecto o aparejador que ha firmado el proyecto, para explicar en más detalle la obra si algún vecino tiene dudas.

En caso de que los vecinos te den su consentimiento, no habrá ningún problema y podrás seguir adelante con todo lo que tienes pensado hacer. Pero si tienen objeciones y no te dan permiso para ella, tendrás que hacer los cambios necesarios para obtenerlo en una nueva reunión antes de poder continuar.

Protege los elementos comunes

Cuando ya cuentes con permiso de obra, tengas preparado el contenedor o el saco de escombros, y tengas, si lo necesitas, el permiso de la comunidad, puedes empezar. Pero no sin antes cuidar los elementos comunes de la comunidad de vecinos. En efecto, tienes que cubrirlos y protegerlos para evitar ensuciarlos en la medida de lo posible. Y por supuesto, dañarlos.

Por eso tendrás que cubrir desde la entrada del portal, hasta la puerta de tu vivienda, todos los puntos por los que van a pasar los operarios. También por los que van a mover materiales para la reforma. Esto implica que habrá que cubrir una parte del suelo del portal para hacer un pasillo por el que pisarán, pegado con cinta al suelo. Hay que poner especial cuidado en tapar alfombras y otros elementos sensibles, porque pueden sufrir más que el resto. También hay que proteger puertas y marcos, e incluso las paredes susceptibles de sufrir golpes durante el paso de materiales.

En muchos casos, los materiales de la obra se subirán y bajarán por el ascensor. Por eso también es necesario protegerlo. Para ello, además de tapar el exterior de la puerta en la planta baja y la del piso en el que vas a hacer la obra, toca hacerlo también por el interior. Generalmente bastará con tapar todas sus paredes, y el espejo si lo tiene, hasta la mitad de su altura. También el suelo. Como en otras superficies bastará con utilizar papel grueso de envolver para cubrir y cinta para sujetarlo y que no se mueva de su sitio.

Proteger los elementos comunes de una comunidad de vecinos es una tarea más delicada y laboriosa de lo que parece. Pero no te preocupes, porque no tendrás que hacerlo tú. También se ocupará de ello la empresa que se encargará de la reforma. Además retirarán las protecciones cuando acaben con la reforma. Por supuesto, lo habrá incluido en el presupuesto. Sube un poco lo que tendrás que pagar, pero será una cantidad muy pequeña. Merece la pena, por tanto, porque evitarás incomodidades. Recuerda que al realizar una reforma siempre conseguirás revalorizar tu vivienda.

Estas son las precauciones y medidas que tendrás que tomar para preparar tu vivienda para una reforma. Cuando esté todo listo ya podrá empezar la obra, y tú solo tendrás que encargarte de que todo marcha según lo previsto. Todo irá como la seda, no tendrás problemas con el ayuntamiento ni con los vecinos y además ni tus muebles ni los elementos comunes sufrirán desperfectos. Por eso, cuando vayas a hacer una reforma ¡prepara tu casa antes de empezarla!