Actualizado en mayo 2025
Comprar una vivienda de segunda mano para reformarla puede ser una excelente oportunidad para conseguir la casa de tus sueños a un precio más asequible. Sin embargo, antes de lanzarte a la aventura, es fundamental evaluar con detalle una serie de factores para asegurarte de que la operación será un éxito y no una fuente de problemas. En este artículo te explicamos, de manera clara y cercana, todo lo que debes tener en cuenta antes de comprar una casa para reformar: desde la revisión técnica de la construcción, las cuestiones legales y de financiación, hasta consejos prácticos basados en nuestra experiencia reformando viviendas y una útil checklist final.
Revisión técnica del estado de la vivienda
El primer paso, incluso antes de hacer una oferta por la vivienda, es realizar una inspección técnica a fondo del inmueble. Esto significa evaluar la estructura, los materiales, las instalaciones y cualquier daño oculto que pueda existir. Lo ideal es visitar la propiedad acompañado de un profesional (un arquitecto, aparejador o empresa de reformas de confianza) que sepa detectar vicios ocultos y estimar las reparaciones necesarias. A continuación, detallamos los aspectos técnicos clave que debes analizar:
Estructura y cimentación
Revisa el estado estructural de la casa. Si es una vivienda unifamiliar antigua, comprueba la cimentación y la estabilidad general: ¿hay grietas significativas en muros o techos? ¿Se observan signos de movimiento en la estructura (fisuras diagonales, puertas que no encajan)? En casas muy antiguas, construidas antes de los años 60, es posible que no tengan cimientos de hormigón modernos, sino de piedra u otros materiales con vida útil limitada. Examina vigas de madera (si las hay) en busca de pudrición o termitas. Un techo o forjado en mal estado puede implicar tener que reconstruir parcialmente la estructura (una de las tareas más costosas y disruptivas, ya que durante los trabajos es imposible habitar la vivienda). Si detectas problemas serios, valora con un ingeniero si merece la pena o si el coste de reforzar la estructura será muy elevado.
Humedades y aislamiento
Las humedades son uno de los problemas más comunes en viviendas antiguas. Durante la visita, fíjate en manchas oscuras, desconchones en la pintura o yeso abombado en paredes y techos, sobre todo en esquinas, sótanos o cerca de ventanas y baños. Un olor a moho es también señal de humedad oculta. Las humedades pueden tener origen en filtraciones (tejado en mal estado, fachada porosa) o capilaridad desde el suelo (en plantas bajas) y su saneamiento puede requerir obras de impermeabilización. Comprueba también el estado de ventanas y aislamiento: ¿las ventanas son antiguas, de madera o aluminio sin rotura de puente térmico? ¿En invierno la casa pierde calor rápidamente? Un aislamiento deficiente implicará necesidad de invertir en mejoras (como cambiar ventanas o aislar muros) para tener un hogar eficiente y libre de problemas de condensación.
Instalaciones de electricidad, agua y gas
Pregunta y verifica la antigüedad de las instalaciones de fontanería, electricidad y calefacción. Si la vivienda nunca ha renovado sus tuberías desde su construcción original, es probable que haya que cambiarlas para evitar fugas o problemas de presión; las tuberías antiguas (de hierro galvanizado, plomo, etc.) suelen estar obstruidas o corroídas tras décadas de uso. Del mismo modo, una instalación eléctrica obsoleta (por ejemplo, con cableado antiguo o sin poner a tierra) puede ser peligrosa y no soportar los requerimientos eléctricos modernos; prácticamente seguro necesitarás actualizar el cuadro eléctrico, cableado y enchufes a la normativa vigente. Comprueba también la potencia contratada y si el piso tiene suficiente número de circuitos.
En cuanto a la calefacción, infórmate si existe instalación de gas natural, si la caldera es vieja (podría tocar reemplazarla) o si la calefacción es central (lo que puede limitar ciertos cambios). Todos estos trabajos de instalaciones tienen un coste importante pero son inversiones obligatorias para la habitabilidad y seguridad. No te dejes llevar solo por la estética: es prioritario asegurarse de que la “columna vertebral” de la casa (estructura e instalaciones) esté en buen estado o pueda renovarse con garantías.
Otros aspectos técnicos a comprobar
No olvides revisar otros elementos físicos de la vivienda. Examina el estado de la cubierta o tejado (en casas o áticos): si el tejado tiene tejas rotas, filtraciones o estructura dañada, repararlo o rehacerlo puede suponer un gasto grande. Mira la fachada en busca de grietas o revoques desprendidos. En viviendas unifamiliares, inspecciona también la cimentación visible, muros de contención en jardines, etc.
Si se trata de un piso en edificio comunitario, además de la vivienda en sí debes evaluar las zonas comunes: ¿El portal y escalera están cuidados o se ven muy deteriorados? ¿El edificio tiene ITE (Inspección Técnica de Edificios) aprobada? Pide al vendedor información sobre si el edificio ha pasado la ITE (obligatoria en muchas ciudades para edificios con cierta antigüedad) y si hubo o habrá reformas comunitarias importantes (renovación de la fachada, instalación de ascensor, cambio de bajantes, etc.). Un edificio antiguo puede implicar derramas (pagos extraordinarios) pronto si no ha sido mantenido. Comprueba también si cuenta con ascensor y, si no, valora la dificultad de instalar uno en el futuro (y el coste, que suele repartirse entre vecinos). Toda esta información técnica te dará una idea clara de las obras que tendrás que afrontar en la reforma y a largo plazo.
Posibilidades legales y trámites
El siguiente aspecto crucial antes de la compra son las cuestiones legales y urbanísticas. No todas las reformas que imaginamos serán viables, ya sea por normativas municipales, régimen de la vivienda o trámites necesarios. Antes de firmar nada, investiga los siguientes puntos:
- Cambio de uso y normativa urbanística: ¿La propiedad que vas a comprar tiene uso residencial legal? Esto es especialmente importante si estás considerando comprar un local comercial, oficina o sótano para convertirlo en vivienda. Cada municipio tiene sus normas: se requieren unos mínimos de superficie, ventilación, luz natural y alturas de techos para que un espacio se considere vivienda. Tramitar un cambio de uso implica presentar un proyecto visado por un técnico y solicitar licencia al ayuntamiento; asegúrate de que es factible antes de comprar un local por su bajo precio.
- Licencias de obra: Ten en cuenta qué tipo de reforma quieres hacer y qué permisos conlleva. Si planeas modificaciones importantes (tirar muros de carga, ampliar metros cuadrados, cambiar la fachada, redistribuir muchas estancias), necesitarás una licencia de obra mayor del Ayuntamiento, con proyecto de arquitecto y tasas. Obras menores (como alisar paredes, cambiar suelos sin tocar estructura) suelen ir con comunicados o licencias menores. Infórmate en tu Ayuntamiento sobre los trámites y plazos, para saber cuánto tiempo tardarás en poder iniciar la reforma tras la compra.
- Protecciones y restricciones: Averigua si la vivienda tiene algún tipo de protección especial. Por ejemplo, si es una vivienda de Protección Oficial (VPO) puede tener limitaciones en su precio de venta o requerir autorizaciones para reformar dependiendo de la comunidad autónoma. Si es un inmueble catalogado (protección histórica o artística), las obras deberán respetar elementos originales y necesitarás permisos específicos de patrimonio. Incluso algunas comunidades de propietarios tienen normativas internas sobre aspectos como cerramiento de terrazas, instalación de aire acondicionado en fachada, etc. Solicita los estatutos de la comunidad para conocer estas reglas.
- Cargas y situación registral: Antes de comprar, pide una nota simple en el Registro de la Propiedad para comprobar que la vivienda está libre de cargas (hipotecas, embargos, etc.) o averiguar si pesa sobre ella alguna servidumbre o limitación. Igualmente, verifica que el vendedor está al corriente de pago de los gastos de comunidad, IBI (Impuesto de Bienes Inmuebles) y otros impuestos, ya que las deudas de comunidad pueden llegar a ser responsabilidad del nuevo comprador en parte. También es importante confirmar que la vivienda cuenta con documentación en regla: por ejemplo, la cédula de habitabilidad o licencia de primera ocupación (documento que certifica que una vivienda es habitable) si tu comunidad autónoma la exige. Sin cédula, podrías tener problemas para dar de alta suministros o incluso para escriturar.
- Consulta a profesionales: Si tienes dudas sobre la viabilidad de tu proyecto de reforma, consulta con un arquitecto o con el departamento de urbanismo del Ayuntamiento antes de la compra. Por ejemplo, si deseas ampliar metros construidos en una casa, verifica la edificabilidad permitida en ese terreno; o si quieres dividir una vivienda en dos, pregunta si la normativa local lo autoriza. Un técnico podrá revisar el Plan General o las ordenanzas y decirte qué se puede y qué no se puede hacer legalmente en esa propiedad. Más vale aclarar todas las posibilidades y limitaciones antes de comprar, para evitar quedarte con una vivienda que no podrás reformar como querías.
Implicaciones financieras de comprar para reformar
Al calcular el coste de comprar una vivienda para reformar, no solo debes pensar en el precio de compra, sino en todo el desembolso global que conlleva la operación hasta tener la casa lista para vivir. Estos son los aspectos financieros clave a considerar:
Precio de compra + impuestos y gastos
El precio de venta de la vivienda es solo una parte. En una compraventa de segunda mano en España, hay que sumar alrededor de un 10% a 12% adicional del precio en concepto de impuestos y gastos: el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales (ITP, que según la comunidad autónoma suele estar entre el 6% y el 10%), los honorarios de notaría, registro de la propiedad y gestoría, y en su caso los de la agencia inmobiliaria si el vendedor no los cubre. Si es vivienda nueva (menos común cuando buscamos algo para reformar), en lugar de ITP se pagaría IVA (10% en vivienda habitual) más Actos Jurídicos Documentados (alrededor de 1%). En resumen, si compras una casa de 150.000€, ten previsto unos 15.000€ adicionales solo en formalizar la compra.
Presupuesto de la reforma
El siguiente gran bloque es el coste de la reforma en sí. Aquí conviene ser muy realista. Lo ideal es solicitar uno o varios presupuestos detallados a empresas de reformas antes de comprar (muchas pueden estimar con planos o con una visita). Así sabrás cuánto te costará aproximadamente dejar la vivienda como deseas. Si no es posible tener un presupuesto cerrado, infórmate de costes medios de reformas integrales: por ejemplo, en una ciudad como Madrid, una reforma integral suele costar de 600€ a 1000€ por metro cuadrado reformado, dependiendo de calidades y alcance de la obra. Multiplica por los metros de la vivienda para tener un número orientativo. No olvides incluir en ese cálculo el coste de las licencias, tasas e impuestos de la obra (las licencias municipales de obra mayor pueden costar entre un 2% y un 4% del presupuesto de la reforma). Tampoco pases por alto posibles gastos de vivir en otro sitio mientras dura la obra, mudanzas, guardamuebles, etc. Es prudente añadir un margen de imprevistos de al menos un 10-15% sobre el presupuesto estimado, ya que en las reformas siempre pueden aparecer sorpresas una vez se empieza a derribar.
Financiación: hipoteca de compra + reforma
Si no dispones de todo el dinero en efectivo, tendrás que planificar la financiación. La buena noticia es que actualmente muchas entidades bancarias ofrecen productos específicos para casos como el tuyo, permitiendo incluir el coste de la reforma dentro de la hipoteca de compra. ¿Cómo funciona esto? El banco realizará una tasación del inmueble teniendo en cuenta la reforma proyectada (normalmente deberás presentar un proyecto o presupuesto profesional que detalle las obras). En base al valor futuro de la vivienda ya reformada, te pueden prestar un porcentaje (generalmente hasta el 80% de ese valor tasado). Así, con una sola hipoteca podrías financiar la compra y la reforma.
Esta opción suele ser más conveniente que pedir un préstamo personal para la obra por separado, ya que la hipoteca tiene intereses más bajos y plazos más largos. Eso sí, requiere papeleo adicional y aprobar la tasación con reforma. Alternativamente, si el banco no financia todo, podrías plantear un préstamo para reformas o ampliar la hipoteca más adelante, pero estas alternativas suelen tener costes mayores. Nuestro consejo es que hables con tu banco o con un bróker hipotecario antes de comprar para saber cuánto podrían prestarte y en qué condiciones para la reforma, evitando quedarte corto de fondos después.
Subvenciones y ayudas para la rehabilitación
No olvides informarte sobre las ayudas públicas disponibles que puedan reducir el coste efectivo de la reforma. En los últimos años (especialmente a raíz de los fondos europeos Next Generation), existen subvenciones importantes para reformas que mejoren la eficiencia energética de las viviendas. Por ejemplo, según el grado de ahorro energético que consigas, las ayudas pueden cubrir entre un 40% y un 80% del coste de la obra de rehabilitación energética (aislamientos, ventanas nuevas, sistemas eficientes), con límites por vivienda que pueden llegar a decenas de miles de euros. También hay deducciones fiscales en el IRPF por las obras de mejora energética realizadas entre 2021 y 2026, que van desde el 20% hasta el 60% del importe invertido, dependiendo de si reduces un 7% la demanda de calefacción o mejoras la calificación energética a letra A o B, por ejemplo.
Asimismo, muchas comunidades autónomas y ayuntamientos ofrecen sus propios programas de ayudas para reformas: instalación de ascensores, eliminación de barreras arquitectónicas, rehabilitación de fachadas en cascos históricos, etc. Un caso concreto: la Comunidad de Madrid (en 2025) subvenciona parte del aislamiento térmico de edificios y el cambio de ventanas dentro de su plan de vivienda. Cada región tiene sus convocatorias, por lo que vale la pena informarse en la consejería de vivienda de tu comunidad y en el Ayuntamiento. Aprovechar estas ayudas puede hacer que ahorres mucho dinero, pero suelen requerir trámites y cumplir ciertos requisitos (por ejemplo, hacer un certificado energético antes y después de la obra para demostrar la mejora).
En resumen, desde el punto de vista financiero debes hacer un plan completo: sumar precio de compra + impuestos + reforma, ver cómo vas a financiar ese total (ahorros + hipoteca + posibles ayudas) y asegurarte de que, una vez terminado el proyecto, la inversión tiene sentido para ti. Ten presente también que una reforma bien planteada no solo es un gasto: es una inversión que aumentará el valor de tu vivienda, por lo que a largo plazo recuperarás parte de lo invertido si vendes, o disfrutarás de un mayor confort y ahorro energético.
Factores de elección: ubicación, tipo de vivienda y revalorización
Ya hemos cubierto aspectos técnicos, legales y económicos, pero hay otros factores más subjetivos pero igualmente importantes a la hora de elegir la vivienda ideal para reformar. Aquí entran en juego tus preferencias y la visión de futuro que tengas con el inmueble:
Ubicación y entorno
La localización de la vivienda es un factor determinante. No solo influirá en el precio (una casa para reformar en pleno centro de la ciudad costará más que una en la periferia), sino en el resultado final de tu proyecto de vida. Piensa en qué entorno quieres vivir: ¿urbano con todos los servicios, suburbano tranquilo, o rural con mucho terreno? También, desde el punto de vista de inversión, una vivienda en una zona consolidada y demandada se revalorizará más tras la reforma que otra en una zona deprimida o alejada. Evalúa la seguridad del barrio, la existencia de comercios, transporte público, colegios y otros servicios que necesites a diario. Reformar implica esfuerzo y gasto, así que asegúrate de que la ubicación va a compensar ese esfuerzo en calidad de vida (o en valor de mercado, si tu objetivo es vender o alquilar).
Tipo de vivienda y características
Cada tipo de vivienda conlleva consideraciones distintas. ¿Se trata de un piso en un edificio, una casa adosada, un chalet independiente, un ático…? En un piso, tendrás que coordinar reformas con la comunidad (horarios de obra, uso del ascensor para subir materiales, protección de zonas comunes) y atenerte a elementos estructurales que no puedes cambiar (pilares, fachadas, patios interiores). En una casa unifamiliar, tienes más libertad de obra (no dependes de vecinos para la estructura), pero también todos los gastos de mantenimiento son tuyos y debes comprobar normativas de retranqueos, alturas máximas, etc., si quisieras ampliar.
Fíjate también en la antigüedad y estilo constructivo de la vivienda. Una casa de más de 50 años puede tener techos muy altos, muros gruesos de carga y elementos con encanto (molduras, carpinterías antiguas) que quizá quieras conservar parcialmente en la reforma. Pero también implicará más actualizaciones en instalaciones y aislamiento. Por otro lado, una vivienda de los años 80 puede tener una distribución anticuada pero estructura de hormigón más fácil de redistribuir paredes. No hay una respuesta única: simplemente entiende qué conlleva reformar el tipo de vivienda que estás viendo.
Otro factor: si el inmueble carece de algo importante para ti en su estado actual, valora si es solucionable con la reforma. Por ejemplo, ¿no tiene suficientes baños? Podrás añadir uno si la bajante más cercana lo permite. ¿Está en un cuarto piso sin ascensor? Instalar uno en la comunidad es costoso y a veces inviable físicamente, tenlo muy presente. ¿Tiene poca luz natural? Quizá puedas mejorar abriendo cocina al salón o poniendo ventanas más grandes, pero si es interior y orientado al norte, nunca será un piso luminoso por mucho que lo reformes. Haz una lista de tus imprescindibles (luz, espacio exterior, número de habitaciones, etc.) y comprueba si cada vivienda los cumple o los puede cumplir tras la obra.
Orientación y luminosidad
Un aspecto muchas veces subestimado es la orientación de la vivienda y la entrada de luz natural. En España, la orientación sur es la más valorada para viviendas, ya que recibe sol la mayor parte del día, especialmente en invierno, lo cual hace la casa más cálida y luminosa (ideal en climas fríos). La orientación norte recibe luz más tenue y solo algunas horas al día, por lo que tiende a ser más fría y oscura (puede ser aceptable en zonas de mucho calor, pero en general es la menos deseable si buscas luminosidad). Orientaciones este (sol de mañana) u oeste (sol de tarde) tienen sus pros y contras según el uso de las estancias (por ejemplo, dormitorios al este para sol por la mañana, sala de estar al oeste para luz de atardecer).
Cuando visites la vivienda, fíjate en cuántas ventanas tiene, a qué dan (calle ancha, patio interior, vistas despejadas o a edificio pegado) y cómo incide la luz en diferentes momentos. Incluso se recomienda visitar en distintas horas antes de decidirse, para ver la realidad de la luz natural y del posible ruido exterior. Una buena orientación y luminosidad mejorarán mucho el resultado de tu reforma (no es lo mismo reformar un piso oscuro que seguirá siendo oscuro, que uno con buena luz que lucirá espectacular tras las obras). Además, una orientación favorable puede ahorrarte dinero en calefacción y aire acondicionado en el futuro.
Potencial de revalorización
Si bien lo principal es conseguir la casa que tú quieres, no está de más pensar en la revalorización futura. Comprar para reformar suele ser rentable porque adquieres más barato un inmueble que, tras las mejoras, pasa a valer significativamente más. Informes del sector indican que una rehabilitación integral puede aumentar el valor de la vivienda en porcentajes importantes (del orden de un 20% hasta más de un 50%, dependiendo de la ubicación y calidad de la reforma). Esto significa que, si algún día vendes, recuperarás con creces el dinero invertido en la obra, sobre todo en zonas donde la demanda de vivienda renovada es alta.
Para hacer tus cálculos, investiga el mercado local: ¿cuánto cuesta un piso similar en la misma zona ya reformado y listo para entrar a vivir? Compáralo con la suma de lo que pagarías por la vivienda vieja + la reforma. Si la diferencia de precio justifica la reforma (es decir, sale igual o más barato reformar que comprar algo ya renovado), entonces adelante. En cambio, si descubres que el negocio no es tan bueno –por ejemplo, que la vivienda a reformar no es tan barata y acabará costándote igual que una reformada–, quizás debas pensarlo dos veces o negociar mejor el precio. Ten en cuenta también factores económicos más amplios: la evolución del barrio (¿está en crecimiento y habrá mejoras alrededor, o podría depreciarse?), las infraestructuras previstas (una nueva estación de metro cerca puede disparar el valor en unos años), etc.
En definitiva, escoge una vivienda cuyo potencial post-reforma justifique el esfuerzo. A veces es preferible un piso feo en un buen edificio y buena zona (porque tras la reforma tendrás “lo peor de la casa” solucionado y lo demás acompaña), que una casa preciosa en planos pero en una ubicación que nunca te llenará. Lo bueno de comprar para reformar es que te da la libertad de transformar casi cualquier interior; pero hay cosas que no podrás cambiar, como la localización, la orientación o la estructura básica, así que asegúrate de que esos pilares fundamentales cumplen tus expectativas.
Consejos prácticos de Reformadísimo (casos reales)
A lo largo de años ayudando a clientes a reformar viviendas, en Reformadísimo hemos visto de todo. A continuación compartimos algunos consejos valiosos basados en experiencias reales, para que aprendas de los aciertos y errores de otros antes de dar el paso:
Caso real 1: Sorpresa estructural oculta. Marta y Luis compraron una casa antigua convencidos de que solo necesitarían una reforma cosmética (cambiar suelos, pintar y poco más). Tras la compra, nuestro equipo descubrió que las vigas de madera del forjado estaban gravemente afectadas por carcoma y humedad, comprometiendo la estructura del piso. Hubo que reforzar y sustituir vigas, lo cual disparó el presupuesto y prolongó la obra varios meses más de lo previsto. Consejo: nunca des por hecho que “la estructura está bien” por apariencia; invierte en una inspección técnica pre-compra o en la opinión de un arquitecto para detectar estos problemas antes de comprar. Te puede ahorrar mucho dinero y disgustos.
Caso real 2: Cambio de uso frustrado. Un cliente adquirió un local comercial a pie de calle con la ilusión de transformarlo en su loft residencial, porque el precio era muy atractivo. Después descubrió que la normativa urbanística de su municipio no permitía vivienda en esa planta baja de ese edificio y que, además, el local no cumplía con requisitos de ventilación e iluminación para ser vivienda. El proyecto de vivienda tuvo que abandonarse y revender el local no fue fácil. Consejo: verifica siempre las posibilidades de cambio de uso y las normativas antes de comprar algo que no sea ya vivienda. Consulta en el Ayuntamiento o con un arquitecto urbanista si ese local (o ático, entreplanta, etc.) se puede legalmente convertir en vivienda y qué condiciones debe reunir. No te fíes solo de “otros lo han hecho” o del precio bajo; cerciórate con fuentes oficiales.
Caso real 3: Presupuesto insuficiente. Ana decidió comprar un piso antiguo para reformar y dispuso un presupuesto aproximado de 25.000€ para obras, calculado a ojo. Una vez con las llaves, pidió presupuestos profesionales y todos rondaban los 45.000€ para lograr lo que ella quería (cocina nueva, baño, suelos, electricidad y ventanas). ¿Qué falló? Inicialmente no contó con partidas importantes como la renovación completa de la instalación eléctrica, la carpintería exterior ni los muebles de cocina, entre otros. Al final pudo reformar su piso, pero tuvo que aplazar algunas mejoras por falta de dinero y vivir con la casa a medio renovar un tiempo. Consejo: haz números realistas y deja que expertos te orienten en costes. Antes de comprar, solicita un presupuesto estimativo a una empresa de reformas de confianza (¡en Reformadísimo podemos ayudarte encantados!). Incluye todos los conceptos: obra, materiales, licencias, impuestos, incluso mobiliario básico. Y añade un colchón por imprevistos. Así sabrás si realmente puedes afrontar la reforma deseada y podrás negociar mejor el precio de compra.
Caso real 4: Plazos y obras interminables. En otra ocasión, una pareja compró una vivienda para reformar creyendo que en 2 o 3 meses estaría lista para mudarse, ya que la reforma “no era para tanto”. La realidad fue distinta: entre obtener la licencia de obra mayor (que tardó casi 2 meses) y unos retrasos en la llegada de materiales, la obra se extendió a 6 meses. Tuvieron que renovar el alquiler de su piso actual durante ese tiempo adicional. Consejo: sé realista con los plazos. Una reforma integral suele llevar varios meses; si hay que pedir licencias, súmale 1-2 meses más antes siquiera de empezar. Ten un plan B de alojamiento por si la obra se alarga y no te quedes sin casa. Es mejor planificar con holgura que andar con prisas y estrés.
Como ves, cada caso es un mundo, pero de todos ellos se extrae la misma idea: informarse bien y contar con profesionales es la clave para que comprar y reformar una vivienda sea una experiencia positiva. En Reformadísimo hemos acompañado a muchos compradores durante este proceso, asesorándoles desde la búsqueda hasta la ejecución de la reforma. Aprender de casos reales te ayuda a evitar errores y a anticipar soluciones.
Checklist final y errores frecuentes a evitar
Para terminar, te resumimos en forma de checklist los puntos más importantes que debes verificar antes de comprar una vivienda para reformar, junto con los errores más comunes que debes procurar evitar. ¡Repasa esta lista antes de dar el sí definitivo!
Lista de comprobación antes de la compra
- Inspeccionar la vivienda con un técnico profesional (estructura, instalaciones, humedades).
- Revisar el estado del edificio (fachada, tejado, ascensor, ITE pasada, posibles derramas).
- Informarse de la antigüedad y sistema constructivo (estructura de madera, muros de carga, etc.).
- Comprobar que la documentación esté en orden: escrituras, registro sin cargas, certificado energético, cédula de habitabilidad, estatutos de la comunidad, últimos recibos de IBI y comunidad pagados.
- Verificar la normativa urbanística aplicable y las licencias necesarias para la reforma (y si la comunidad de vecinos permite los cambios previstos).
- Calcular el presupuesto total (compra + reforma + impuestos) y asegurar la financiación (hipoteca preconcedida, ahorros disponibles).
- Consultar las ayudas o subvenciones a la rehabilitación vigentes y los requisitos para solicitarlas.
- Valorar la ubicación, la orientación y el entorno de la vivienda (calidad de vida y potencial de revalorización).
- Visitar la vivienda varias veces en distintos días y horas (para evaluar luz natural, ruidos, ambiente del barrio).
- Pedir los planos o al menos medir la vivienda, y planear la posible nueva distribución con antelación.
- Solicitar presupuestos profesionales de reforma antes de la compra o durante el período de arras.
- Negociar el precio de compra apoyándote en los hallazgos de la inspección y en el coste de la reforma que necesitará.
Errores frecuentes a evitar
- No dejarse llevar solo por el precio bajo: si una casa es muy barata, pregúntate por qué (ubicación mala, problemas graves ocultos…).
- No comprar “a ciegas”: jamás adquieras una vivienda antigua sin una inspección técnica previa rigurosa.
- No ignorar la burocracia: infórmate de licencias y normativas; un error en esto puede paralizar tu proyecto.
- No subestimar el coste real de la reforma: evita quedarte sin presupuesto a mitad de obra calculando mal los gastos.
- No improvisar: no empieces la reforma sin un proyecto claro; los cambios sobre la marcha salen caros y retrasan los plazos.
- No prescindir de ayuda profesional: apoyarte en expertos (arquitectos, empresas de reformas) desde el principio te evitará muchos quebraderos de cabeza.
Con esta guía completa, esperamos que te sientas mucho más preparado para afrontar la compra de una vivienda para reformar. Es un camino apasionante: podrás crear un hogar a tu medida, a menudo con una inversión inicial menor que comprando nuevo, y con un potencial enorme de revalorización. La clave está en hacerlo con los ojos bien abiertos, sabiendo en qué te estás metiendo y rodeándote de buenos profesionales.
En Reformadísimo somos especialistas en reformas integrales y estaremos encantados de asesorarte desde el primer momento: tanto en la fase de búsqueda y valoración técnica de la vivienda, como en el diseño y ejecución de la reforma de tus sueños. ¡No dudes en contactarnos si necesitas ayuda experta en este apasionante proyecto!
Preguntas frecuentes
¿Merece la pena comprar una vivienda para reformar?
Comprar una vivienda usada para reformar puede ser muy ventajoso si se hace bien. Suelen tener un precio de compra más bajo y permiten adaptarlas totalmente a tu gusto, aumentando además su valor tras la reforma. De hecho, una buena rehabilitación puede incrementar considerablemente el valor de la vivienda (según estudios, entre un 20% y un 65% dependiendo de la zona y las mejoras). No obstante, es importante analizar cada caso: hay que sumar el coste de la compra más la reforma y verificar que compense en comparación con comprar una vivienda ya reformada. En general, si la ubicación es buena y planificas bien la obra, suele merecer la pena porque conseguirás una casa hecha a medida y con potencial de revalorización.
¿Qué se debe revisar antes de comprar una casa para reformar?
Conviene revisar a fondo todos los aspectos constructivos y documentales. En lo técnico: comprobar la estructura (que no haya grietas graves ni daños en vigas o cimientos), el estado de la cubierta o tejado, buscar humedades en paredes y techos, y evaluar las instalaciones de electricidad, agua y gas (muchas viviendas antiguas requieren renovar completamente tuberías y cableado). También fíjate en la distribución y la orientación para saber si se adaptará a tus necesidades. En cuanto a documentación y legalidad: asegúrate de que la vivienda esté libre de cargas, que tenga cédula de habitabilidad (si se exige), que el edificio haya pasado la ITE y que no haya derramas comunitarias importantes a la vista. Por último, infórmate de las normas urbanísticas (por ejemplo, si podrás realizar esa ampliación o abrir ventanas nuevas) y de los permisos que harán falta para la reforma.
¿Se puede incluir el coste de la reforma en la hipoteca?
Sí, es posible. Muchos bancos ofrecen la opción de una “hipoteca con reforma” o similar, que financia conjuntamente la compra de la vivienda y el presupuesto de la reforma. Para ello, la entidad bancaria suele tasar la vivienda en su estado actual y estimar su valor una vez reformada (debes aportar un proyecto o presupuesto de reforma detallado). En base a ese valor futuro, pueden llegar a concederte hasta el 80% aproximadamente, lo que te permite cubrir en un solo préstamo gran parte de la compra y de la obra. Esta solución suele tener mejores condiciones (interés más bajo, plazo más largo) que pedir un préstamo personal para la reforma por separado. Eso sí, la aprobación dependerá de tu solvencia y de la calidad del proyecto de reforma. Si no se puede o no quieres unirlo todo en la hipoteca, la alternativa es pedir un préstamo al consumo para reformas o ampliar la hipoteca más adelante, pero esto suele salir más caro.
¿Existen ayudas o subvenciones para reformar viviendas?
Sí, actualmente hay bastantes ayudas públicas para la rehabilitación de viviendas, especialmente enfocadas a mejoras de eficiencia energética y accesibilidad. Por ejemplo, con los fondos europeos Next Generation se han articulado subvenciones que pueden cubrir entre un 40% y 80% del coste de reformas energéticas (aislamiento, ventanas eficientes, sistemas de climatización de bajo consumo) si se logra una reducción importante en el consumo de energía de la vivienda. Además, el gobierno español ha establecido deducciones fiscales en el IRPF por obras de mejora energética realizadas hasta 2026, pudiendo deducir entre un 20% y un 60% del gasto según el tipo de mejora y el ahorro conseguido. También a nivel autonómico y local hay ayudas: muchas comunidades ofrecen ayudas para instalar ascensores, quitar barreras arquitectónicas, rehabilitar fachadas o renovar viviendas en entornos rurales, por ejemplo. Lo recomendable es informarse en la comunidad autónoma y ayuntamiento correspondientes sobre los programas vigentes en el momento de plantear la reforma.
¿Cuáles son los errores más comunes al comprar una casa para reformar?
Entre los errores frecuentes destacan: comprar impulsivamente sin inspeccionar bien la vivienda (luego aparecen problemas estructurales o humedades no detectadas), no informarse de la normativa (por ejemplo comprar y descubrir que no puedes hacer la reforma que querías por restricciones urbanísticas o de la comunidad), calcular mal el presupuesto de la reforma quedándose corto de dinero a mitad de obra, y no contar con profesionales para el asesoramiento inicial. También es un error subestimar los tiempos (pensar que reformar es rápido) y centrarse solo en lo estético sin mirar aspectos básicos como la orientación, la iluminación natural o el estado real de las instalaciones. Evitar estos errores es fundamental: con buena información y ayuda profesional, la compra para reformar será mucho más segura y satisfactoria.
CONTENIDO VALIDADO POR MARÍA LUISA DE LA RUBIA
Socia Fundadora en Reformadisimo