Reformar instalaciones ocultas: tuberías y electricidad 2025

¿Sabías que más de un tercio de los siniestros en el hogar son causados por daños por agua, y que casi el 30% de los incendios domésticos con víctimas se deben a instalaciones eléctricas defectuosas Estos problemas muchas veces surgen de tuberías y cableados antiguos que pasan desapercibidos. Aunque no las veas, las instalaciones ocultas de tu vivienda desempeñan un papel crucial en tu seguridad y confort diario. Ignorarlas durante una reforma puede llevar a averías costosas, inundaciones o incluso riesgos de incendio más adelante.En este artículo actualizado de 2025 aprenderás cómo modernizar las instalaciones de agua y luz de tu casa de forma segura y eficiente. Hablaremos de cuándo conviene cambiar tuberías y cables antiguos, qué exige la normativa técnica vigente (REBT, RITE, CTE-DB HS y SUA) y qué mejoras tecnológicas (iluminación LED, grifos inteligentes, domótica, cableado estructurado) puedes incorporar en tu reforma integral. Con consejos profesionales y ejemplos prácticos, te guiaremos paso a paso para que lleves a cabo la renovación de estas instalaciones ocultas con total confianza y evites errores comunes.

¿Cuándo cambiar las tuberías e instalación eléctrica de casa?

Si vas a realizar una reforma integral en una vivienda con bastantes años, es muy importante evaluar la antigüedad de sus tuberías de agua y de su instalación eléctrica. ¿Cuál es la edad recomendada para plantearse un cambio? En general, si la casa tiene más de 15-20 años sin renovar esas instalaciones, conviene al menos revisarlas. Y si supera los 30 años, lo aconsejado es planificar su sustitución durante la obra. Muchos componentes tienen una vida útil limitada: las tuberías metálicas pueden corroerse u obstruirse, y los cables eléctricos antiguos se desgastan y pierden aislación con el tiempo.

Existen señales claras de que ha llegado el momento de actualizar lo oculto. Por ejemplo, si notas frecuentes fugas, baja presión de agua o un color rojizo (óxido) en el agua, las cañerías podrían estar muy deterioradas. En el caso de la electricidad, cortes de luz habituales, saltos del diferencial sin causa aparente o enchufes recalentados indican una instalación obsoleta y sobrecargada. Además, en viviendas anteriores a los años 70 es común encontrar tuberías de plomo (material tóxico prohibido) y cables eléctricos con aislantes antiguos. Estos son motivos de peso para hacer un cambio inmediato, ya que la normativa actual no permite plomo en la red de agua potable y requiere sistemas eléctricos más seguros.

El mejor momento para cambiar tuberías y cables es durante la reforma integral, cuando la casa está “patas arriba” y accesible. Aprovechar la obra para renovar estas tripas de la vivienda evitará tener que abrir paredes de nuevo en pocos años por una avería. Piensa que una tubería reventada puede inundar tu casa (y la del vecino) en minutos, y un cortocircuito podría causar daños graves o incendios. Modernizando las instalaciones antiguas te anticipas a estos problemas y, de paso, adaptas tu hogar a tus necesidades actuales. Una instalación nueva soportará mejor la cantidad de electrodomésticos y dispositivos que usamos hoy – algo para lo que las casas de hace 30 años no estaban preparadas.

En resumen, **cambia las tuberías y la instalación eléctrica** si tu vivienda es vieja o presenta fallos. No esperes a que ocurra un desastre: actúa preventivamente. Por seguridad, por eficiencia y porque a la larga será más económico que reparar daños. Y recuerda, hazlo siempre con profesionales certificados que garanticen un trabajo conforme a la ley y con los permisos necesarios.

Normativa técnica 2025 para instalaciones de vivienda

En 2025, cualquier renovación de las instalaciones ocultas debe cumplir con la normativa técnica vigente. Las principales referencias son:

  • REBT (Reglamento Electrotécnico de Baja Tensión): Es la normativa que rige las instalaciones eléctricas de baja tensión en España (Real Decreto 842/2002). En 2025 ha sido actualizada para incorporar avances tecnológicos, reforzar la seguridad y promover la eficiencia energética. Por ejemplo, ahora es obligatorio instalar protectores contra sobretensiones en instalaciones nuevas o reformadas, y se han reforzado las medidas de protección contra contactos eléctricos. También se contemplan requisitos para infraestructuras de recarga de vehículos eléctricos y sistemas de autoconsumo (placas solares). En esencia, el REBT asegura que tu nueva instalación eléctrica incluya diferenciales y automáticos modernos, toma de tierra en todos los circuitos y cableado con aislantes ignífugos y sin halógenos (que no propaguen el fuego).
  • RITE (Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios): Aplica a la fontanería de agua caliente sanitaria, calefacción y climatización. Garantiza la eficiencia energética y la seguridad en sistemas de calefacción, climatización y agua caliente. Por ejemplo, exige que las calderas y calentadores cumplan con rendimientos mínimos y que las tuberías de calefacción vayan debidamente aisladas para evitar pérdidas de calor. También recoge requisitos de ventilación en salas de calderas y el mantenimiento periódico de equipos. En una vivienda, si la reforma incluye renovar la calefacción o el aire acondicionado, deberá hacerse conforme al RITE, usando equipos eficientes (por ejemplo, calderas de condensación) y asegurando una buena ventilación y evacuación de gases.
  • CTE – DB HS (Salubridad): El Código Técnico de la Edificación, Documento Básico de Salubridad, establece condiciones higiénicas en las instalaciones. En cuanto al suministro de agua, exige garantizar la potabilidad y accesibilidad de la red. Por eso ya no se permiten tuberías de plomo y se obliga a disponer de llaves de corte en cada baño y cocina para un fácil mantenimiento:. También cubre la correcta evacuación de aguas residuales y pluviales (evitando malos olores y atascos) y aspectos como protección contra la humedad y incluso control de radón (gas noble) en zonas de riesgo. Cumplir el CTE HS significa que tu nueva instalación de fontanería proporcionará agua limpia, con presión adecuada, sin fugas y preparada para prevenir contaminaciones.
  • CTE – DB SUA (Seguridad de Utilización y Accesibilidad): Este documento del CTE vela por que el uso de la vivienda sea seguro y accesible para todos. En lo referente a instalaciones, implica que elementos como grifos, enchufes o interruptores se ubiquen a alturas y lugares accesibles (pensando en niños, mayores o personas con movilidad reducida). También incluye medidas para evitar riesgos: por ejemplo, disponer dispositivos anti-quemaduras (mezcladores termostáticos) para que el agua caliente no salga a temperaturas peligrosas, o asegurar que en el baño los enchufes e interruptores estén a la distancia reglamentaria de zonas húmedas (fuera de la “zona de aguas” de la ducha o bañera). En resumen, el DB-SUA garantiza que las nuevas tuberías y cableados, además de funcionar bien, sean seguros de usar en el día a día, minimizando riesgos de caídas, descargas o quemaduras, y que se pueda acceder a sus elementos (válvulas, registros, cuadros eléctricos) fácilmente en caso de emergencia o mantenimiento.

Como ves, las normativas 2025 ponen mucho énfasis en la seguridad, la eficiencia y la accesibilidad. Antes de empezar la reforma, asegúrate de contar con profesionales al día en estos reglamentos. Ellos tramitarán los boletines y certificados necesarios al finalizar la obra, acreditando que tu vivienda cumple con el REBT, RITE y CTE actuales. Es tu garantía de que las instalaciones ocultas quedarán renovadas “como Dios manda”, evitando problemas legales y técnicos una vez reformado tu hogar.

Instalaciones antiguas vs modernas: comparativa clave

Las diferencias entre una instalación de hace décadas y una actual son abismales en muchos aspectos. Materiales, medidas de seguridad, eficiencia y necesidades de mantenimiento han evolucionado enormemente. A continuación, resumimos en una tabla las principales diferencias entre instalaciones antiguas y modernas en el hogar:

Comparativa entre instalaciones antiguas y modernas en viviendas
Aspecto Instalaciones antiguas Instalaciones modernas
Materiales Cañerías de plomo o hierro galvanizado (propensas a corrosión); tuberías de hierro fundido en desagües. Cables con aislamiento de tela o PVC antiguo; tubos conduciendo cables tipo Bergman (amarillos) que no eran ignífugos. Tuberías de cobre, polietileno reticulado (PEX) o multicapa, resistentes a la corrosión y duraderas. Desagües de PVC. Cableado con aislamiento termoplástico libre de halógenos en conducciones corrugadas ignífugas (no propagan el fuego):}.
Seguridad Cuadros eléctricos antiguos con fusibles o magnetotérmicos básicos, a veces sin diferencial de protección. Tomas de tierra ausentes o solo en cocina/baño. Mayor riesgo de electrocución e incendios por sobrecargas. Fontanería sin válvulas sectorizadas: difícil cortar el agua por zonas. Cuadro eléctrico actualizado con interruptores diferenciales sensibles y térmicos para cada circuito (enchufes, iluminación, electrodomésticos), y protector de sobretensiones instalado. Toma de tierra en todos los enchufes según REBT. Válvulas de corte en cada cuarto húmedo (baños/cocina) y dispositivos anti-retorno en agua para prevenir fugas y inundaciones localizadas.
Eficiencia Alumbrado tradicional con bombillas incandescentes o halógenas de alto consumo. Electrodomésticos antiguos de menor eficiencia energética. Grifos convencionales sin sistemas de ahorro (caudal máximo siempre que se abren). Calderas viejas con bajo rendimiento. Iluminación LED de bajo consumo (un 80-85% menos de electricidad que bombillas antiguas y mayor vida útil. Posibilidad de automatizar luces con sensores o temporizadores (domótica) para evitar luces encendidas innecesariamente. Grifos monomando con aireadores o sensores inteligentes que reducen el desperdicio de agua hasta un 50%. Nuevas calderas y sistemas de climatización de clase A+ o superior, más eficientes y ecológicos.
Mantenimiento Mayor frecuencia de averías: tuberías antiguas pueden obstruirse o reventar, y cableados viejos sufren calentamientos. Detección tardía de problemas (no hay sensores). Revisiones manuales necesarias; riesgo de daños mayores si no se detecta a tiempo una fuga o fallo eléctrico. Menor mantenimiento preventivo: materiales modernos resisten mejor la corrosión e incrustaciones. Instalaciones eléctricas preparadas para monitorización: se pueden integrar sistemas inteligentes que avisan de consumos anómalos o fugas (p.ej., detectores de agua en zonas húmedas que envían alertas al móvil). Vida útil más larga en general, aunque se recomienda revisar la instalación eléctrica cada 10 años y fontanería cada cierto tiempo como parte del mantenimiento del hogar.

Como se aprecia, **modernizar las instalaciones** supone un gran salto en seguridad y prestaciones. Por ejemplo, las conducciones eléctricas actuales con cables y tubos libres de halógenos reducen enormemente el riesgo de incendios en caso de cortocircuito, frente a los materiales de antaño. Y en fontanería, decir adiós a las tuberías de plomo o hierro elimina problemas de salud y fugas. Además, con las mejoras en eficiencia ahorrarás en las facturas: menos consumo de luz con LED y menos gasto de agua con grifería eficiente. Aunque cambiar “lo que no se ve” implica obra y costo, es una inversión que se amortiza evitando averías futuras, ahorrando energía y revalorizando tu vivienda.

Tecnologías actuales: LED, grifos inteligentes y domótica

Una reforma integral en 2025 es la oportunidad perfecta para incorporar tecnología moderna en las instalaciones de tu hogar. No se trata solo de renovar por seguridad, sino de aprovechar para mejorar prestaciones y comodidad. Aquí repasamos algunas innovaciones clave que deberías considerar:

Iluminación LED de bajo consumo

Las bombillas y luminarias LED se han convertido en el estándar en iluminación residencial. ¿Por qué? Porque consumen hasta un 85% menos de energía que una bombilla incandescente tradicional para proporcionar la misma luz. Esto se traduce en un ahorro notable en la factura eléctrica. Además, duran muchísimo más (15-25 años de vida útil en muchas marcas), emiten menos calor y alcanzan su brillo máximo al instante. En una reforma, puedes replantear toda la iluminación: instalar focos LED empotrados, tiras LED en estantes o bajo muebles de cocina, y lámparas de diseño eficiente. También puedes añadir sensores de movimiento en pasillos o zonas comunes para que las luces se enciendan solo cuando haga falta, ahorrando aún más energía. Y si combinas la iluminación LED con un sistema domótico, podrás regular la intensidad o el color de las luces desde el móvil o con la voz, creando ambientes a tu medida al instante.

Grifos inteligentes y ahorro de agua

La fontanería también ha evolucionado con dispositivos inteligentes. Un ejemplo son los grifos con sensor o con control digital. Los grifos de sensor (muy comunes en baños públicos) se están abriendo paso en cocinas y baños domésticos: se activan al detectar las manos, evitando tener el agua corriendo cuando no se usa. Esto puede reducir el desperdicio de agua hasta en un 50% sin esfuerzo. Otros modelos incluyen aireadores especiales que mantienen la presión con menos caudal, o grifos termostáticos que mezclan el agua a una temperatura constante evitando calentar de más (otra fuente de ahorro energético y mayor confort). También existen sistemas de monitorización que, instalados en la red doméstica, detectan fugas de agua o consumos inusuales y te envían alertas al móvil – cortando incluso el suministro automáticamente si hay una fuga importante. Y no olvidemos los inodoros inteligentes que optimizan la descarga de agua según necesidad, u otros gadgets como válvulas motorizadas conectadas que permiten cerrar el agua de casa a distancia en caso de emergencia.

Domótica y hogar conectado

La domótica en reformas integrales ya no es ciencia ficción ni un lujo futurista: hoy es bastante accesible y útil. Consiste en dotar la vivienda de un “cerebro” tecnológico que conecte distintas instalaciones entre sí y con nosotros. Por ejemplo, puedes instalar un sistema domótico central (tipo Alexa, Google Home, KNX u otros) que controle la iluminación, la climatización, las persianas, la alarma de seguridad, el riego e incluso los electrodomésticos inteligentes. ¿Beneficios? Mayor comodidad (ajustas todo con la voz o una app), eficiencia energética (el sistema apaga lo que no usas, regula la calefacción según horario, baja persianas en horas de sol para mantener la casa fresca, etc.) y seguridad (simula presencia encendiendo luces cuando no estás, envía alertas de incendios o intrusos, etc.). Durante la obra es más sencillo integrar la domótica porque se puede realizar el cableado estructurado necesario: dejar canalizaciones y cables de red (Ethernet) hacia los puntos clave donde habrá cámaras, sensores o dispositivos, garantizando una conexión fiable. Incluso si muchos elementos funcionan por WiFi, tener un buen cableado de soporte mejora la estabilidad del sistema. En resumen, una casa inteligente te ofrece control total y aumenta el valor de tu vivienda a futuro.

Cableado estructurado y redes de datos

Hoy en día no solo importa la instalación eléctrica tradicional, sino también la conectividad. Aprovecha la reforma para desplegar cableado estructurado: esto incluye cables de red de categoría 6 (o superior) a distintas habitaciones, tomas de internet y TV bien ubicadas, e incluso canalizaciones vacías con miras a futuras conexiones de fibra óptica u otros servicios. Un buen cableado estructurado permite crear una red interna rápida y estable para trabajar desde casa, disfrutar de streaming 4K en la smart TV sin cortes, o conectar cámaras de seguridad IP, etc. Además, puedes centralizar todo en un pequeño rack o panel en el cuadro de comunicaciones, manteniendo los routers, switches y demás equipos ordenados y fuera de la vista. Piensa también en la preinstalación de cable HDMI o de altavoces en paredes si planeas tener home cinema u otros sistemas. Todo esto, aunque no sea “visible”, marca la diferencia en la funcionalidad diaria de tu hogar moderno.

En definitiva, las nuevas tecnologías aplicadas a fontanería y electricidad te permiten tener una casa más cómoda, segura y eficiente. Asesórate sobre las opciones disponibles – desde iluminación LED hasta domótica avanzada – y decide cuáles se adaptan a tu presupuesto y estilo de vida. Una reforma integral bien planificada no solo renueva lo viejo, sino que prepara tu vivienda para el futuro.

Cómo planificar la renovación de las instalaciones

Abordar el cambio de tuberías y cables puede parecer complejo, pero con una buena planificación el proceso será mucho más fluido. Si has decidido modernizar la fontanería o la red eléctrica durante tu reforma, ten en cuenta estos consejos de planificación:

1. Define tus necesidades y nuevo diseño: Antes de nada, piensa qué cambios quieres en la distribución. ¿Vas a añadir un baño extra que requiere tuberías nuevas? ¿Quieres más enchufes en ciertas habitaciones o mover la posición de algunos? ¿Te gustaría instalar radiadores en lugares donde no los había? Anota todas estas peticiones. Tu casa quedará mucho más adaptada a tus gustos y necesidades si aprovechas la reforma para personalizar las instalaciones al detalle. Cuando contrates una empresa de reformas integrales, solo tendrás que indicarles dónde quieres cada cosa (enchufes, puntos de luz en techo, grifos, desagües, radiadores, etc.) y ellos se encargarán de hacerlo realidad.

2. Localiza las instalaciones existentes: Es fundamental saber por dónde van las tuberías de agua y los cables eléctricos actuales antes de empezar a picar paredes. Si dispones de los planos de la vivienda o un esquema de las instalaciones, estupendo; si no, los profesionales pueden hacer comprobaciones (por ejemplo, con detectores de tuberías/cables en muros). Identificar la ubicación de cañerías y conducciones eléctricas evita sorpresas y minimiza daños durante la demolición. Incluso puede reducir tiempos, ya que los obreros no perderán tiempo “buscando” por dónde pasaban los tubos originales.

3. Planifica la obra por fases coordinadas: Normalmente, en una reforma integral la sustitución de instalaciones se hace tras la demolición y antes de cerrar paredes y suelos. La fontanería y la electricidad van casi a la par. Debes contar con que durante esas semanas no tendrás agua corriente ni luz operativa en la vivienda, así que hay que coordinar bien los tiempos. En una vivienda de tamaño medio, renovar por completo la instalación eléctrica suele llevar unas 2 semanas, y la fontanería otras 2 semanas (pueden solaparse parcialmente). Asegúrate de que los materiales (tuberías, cable, cuadro eléctrico, sanitarios, etc.) estén pedidos con antelación para que no falte nada al instalador y no se produzcan retrasos.

4. Confía en profesionales especializados: Parece obvio, pero es la piedra angular de una buena planificación. Un fontanero y un electricista con experiencia sabrán aconsejarte sobre la mejor manera de redistribuir, qué materiales emplear y cómo optimizar costos sin comprometer la calidad. Por ejemplo, te dirán si conviene instalar tuberías de polietileno reticulado en lugar de cobre en ciertas partes, o cómo sectorizar el circuito eléctrico por estancias para mayor comodidad. Además, ellos gestionarán los boletines y certificados de instalación, y te orientarán con los permisos de obra necesarios en tu municipio (sí, cambiar instalaciones requiere comunicarlo al Ayuntamiento). En Reformadísimo contamos con expertos de todos los gremios en plantilla, por lo que la coordinación será mucho más sencilla y tendrás garantía en todos los trabajos realizados.

Siguiendo estos pasos, tu proyecto de renovación de instalaciones estará bien encauzado. **Planificar** es evitar improvisaciones: cuando cada punto de luz, cada toma de agua y cada detalle están pensados de antemano, la obra avanza más rápido y sin contratiempos. Y recuerda, las instalaciones renovadas añadirán valor a tu vivienda, así que consideralo una inversión a largo plazo.

Déjate aconsejar por expertos

Todo lo anterior puede sonar abrumador si no estás familiarizado con el mundo de las reformas. Por eso, la mejor decisión que puedes tomar es contar con profesionales de confianza para llevar a cabo el cambio de tuberías e instalación eléctrica. Ellos se encargarán de elegir los materiales adecuados (tanto para los cables y tubos eléctricos como para las cañerías de agua) y de ejecutar la obra según la normativa. En Reformadísimo, por ejemplo, hemos realizado miles de reformas integrales y sabemos cómo abordar la renovación de instalaciones de forma eficiente y segura. Nuestro equipo planificará contigo cada detalle, desde la ubicación de enchufes hasta la elección de griferías, para optimizar tu casa según tu estilo de vida.

**No escatimes en calidad ni en asesoramiento profesional.** Renovar las instalaciones ocultas es una inversión crítica: de ello depende la seguridad de tu hogar y tu tranquilidad a futuro. Un experto te indicará si realmente necesitas cambiarlo todo o si algunas partes pueden aprovecharse, te dará alternativas de materiales y soluciones modernas, y calculará la carga eléctrica adecuada para que no tengas problemas al conectar todos tus gadgets y electrodomésticos. Además, contratar profesionales garantiza la correcta gestión de licencias y boletines, evitando problemas legales. En definitiva, te quita un gran peso de encima y te asegura un resultado óptimo.

En conclusión, las tuberías y cables pueden estar ocultos, pero su importancia es mayúscula. Si vas a reformar tu casa, dales la atención que merecen. Actualiza esas viejas tripas de la vivienda y ganarás en seguridad, eficiencia energética y confort. Y si necesitas ayuda, en Reformadísimo estaremos encantados de acompañarte en el proceso de transformar tu hogar, cuidando hasta lo que no se ve.

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Preguntas frecuentes

¿Es obligatorio cambiar las tuberías antiguas de plomo?

Sí. Las tuberías de plomo fueron muy utilizadas hace décadas, pero hoy *no están permitidas* en instalaciones de agua potable debido a su toxicidad. La normativa sanitaria exige su sustitución por materiales seguros (cobre, polietileno, multicapa, etc.) para garantizar la calidad del agua. Si tu casa aún tiene cañerías de plomo, deberás reemplazarlas durante la reforma. Además de ser obligatorio legalmente, al hacerlo protegerás tu salud, ya que el plomo disuelto en el agua puede causar graves problemas a largo plazo.

¿Puedo cambiar la instalación eléctrica de mi casa yo mismo?

No es recomendable ni, en muchos casos, legal. Para modificar o sustituir la instalación eléctrica de una vivienda se requiere un electricista autorizado. Ellos conocen la normativa (REBT) y sabrán dimensionar los circuitos, cableados y protecciones correctamente. Además, al finalizar expiden un boletín eléctrico certificando que todo cumple la ley – documento necesario para, por ejemplo, dar de alta la luz o aumentar la potencia contratada. Si lo intentas hacer por tu cuenta, te arriesgas a errores peligrosos (cortocircuitos, sobrecargas, riesgo de incendio) y a carecer de dicha certificación oficial. Lo mejor es confiar esta tarea a profesionales cualificados. Tú podrás involucrarte en la planificación (decidiendo dónde van enchufes, etc.), pero la ejecución debe hacerla un experto.

¿Se necesita licencia de obra para renovar tuberías o electricidad?

Por lo general, sí. Renovar las instalaciones entra dentro de los trabajos de reforma que requieren al menos una licencia de obra menor o una comunicación previa al Ayuntamiento, dependiendo de la normativa municipal. Aunque no modifiques la estructura de la casa, estás realizando obras en su interior. La buena noticia es que si contratas una empresa de reformas seria, ellos se encargarán de tramitar esos permisos por ti. Ten en cuenta que trabajar sin licencia puede acarrear multas y problemas con la comunidad de vecinos o el seguro. Así que, antes de empezar a “abrir paredes”, asegúrate de que la reforma está debidamente comunicada a las autoridades locales. Esto también garantiza que los residuos de obra se gestionen correctamente y que la instalación resultante pueda ser inspeccionada si es necesario.

¿Cuánto tiempo se tarda en cambiar la fontanería y la electricidad de una vivienda?

El tiempo puede variar según el tamaño de la casa y la complejidad, pero podemos dar orientaciones generales. En una reforma integral promedio de un piso, la instalación eléctrica completa suele requerir alrededor de 2 semanas de trabajo, y la fontanería (tuberías de agua) otras 2 semanas. Es decir, en un mes aproximadamente podrían quedar renovadas ambas instalaciones. En una casa unifamiliar grande, estos plazos se alargarán. Ten en cuenta que estos trabajos se realizan al inicio de la reforma (tras demoliciones) y antes de cerrar paredes, por lo que en ese tiempo la vivienda no será habitable. Lo importante es que el cronograma lo gestione la empresa de reformas de forma coordinada – muchas veces los fontaneros y electricistas pueden trabajar en paralelo en distintas zonas. Si todo va bien y no surgen imprevistos (por ejemplo, vigas que impidan el paso de tubos, o esperas por materiales), en pocas semanas tendrás tuberías y cableado nuevos, listos para durar décadas.

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