Cocinas de obra: qué son, ventajas, diseño paso a paso, materiales y precios (Guía 2025)

Las cocinas de obra se han convertido en una opción muy popular para viviendas particulares que buscan un diseño personalizado, resistente y con un aprovechamiento máximo del espacio. A diferencia de las cocinas modulares tradicionales, una cocina de obra se construye in situ con materiales de albañilería (ladrillo, cemento, piedra, etc.), integrando los muebles y encimeras en la estructura fija de la vivienda. El resultado es una cocina única, adaptada al milímetro a tu hogar y a tus necesidades.

En esta guía definitiva te explicamos en detalle qué es una cocina de obra y cuáles son sus ventajas frente a las cocinas prefabricadas o modulares. Además, te mostraremos cómo diseñar una cocina de obra paso a paso, desde la planificación inicial hasta los acabados finales, describiendo los materiales más utilizados y sus posibilidades. También hablaremos de precios orientativos en Madrid en 2025 para que sepas cuánto puede costar este tipo de proyecto, mencionaremos algunas marcas relevantes y, muy importante, repasaremos los errores comunes que debes evitar. Para completar, incluimos un caso práctico realista que ilustra todo el proceso. ¡Empecemos!

¿Qué es una cocina de obra?

Una cocina de obra es aquella que se construye de forma fija y artesanal dentro de la vivienda, empleando materiales de construcción como ladrillos, bloques, cemento, yeso o piedra para conformar la estructura de los muebles y encimeras. En lugar de instalar módulos prefabricados estándar, en las cocinas de obra cada elemento (baldas, encimera, barra, etc.) se levanta a medida in situ. Esto permite adaptarse exactamente a la forma y dimensiones de la estancia, aprovechando rincones y espacios irregulares que una cocina modular no podría cubrir.

En una cocina de obra, los armarios bajos suelen construirse en mampostería (por ejemplo, con ladrillo u hormigón) y luego se revisten o pintan; las encimeras pueden ser de obra (cemento alisado, azulejos, microcemento) o colocarse piezas de piedra natural o cuarzo sobre la estructura. Las baldas y estanterías pueden integrarse directamente en las paredes. Todo queda anclado y forma parte de la estructura fija de la casa.
Reforma Plaza de España cocina de obra

*Cocina de obra de estilo moderno, con muebles a medida de acabado madera y encimera oscura.*

Por este motivo, las cocinas de obra son especialmente apreciadas en casas rústicas o de campo, donde aportan un encanto tradicional, aunque cada vez más se ven también en ambientes modernos gracias a la versatilidad de los materiales actuales.

Al estar “hechas de obra”, estas cocinas no son desmontables ni reubicables fácilmente como las modulares, pero a cambio ofrecen una solidez y durabilidad excepcionales. Si buscas una cocina única, completamente personalizada y capaz de soportar décadas de uso, una cocina de obra puede ser la elección ideal.

Ventajas de las cocinas de obra

Las cocinas de obra ofrecen numerosas ventajas frente a las cocinas modulares convencionales. A continuación destacamos las más importantes:

? Personalización total: al diseñarse a medida, puedes elegir la distribución, los materiales, acabados y detalles exactamente a tu gusto. No estás limitado por las dimensiones estándar de módulos prefabricados. Cada centímetro de tu cocina se diseña según tus necesidades, logrando una estética única y totalmente adaptada a tu estilo de vida.

? Máximo aprovechamiento del espacio: al construir la cocina directamente en el espacio disponible, se evitan rincones muertos o huecos sin usar. Se pueden hacer muebles de obra en esquinas complicadas, armarios hasta el techo sin huecos superiores, o estanterías empotradas en muros. Esto es ideal tanto para cocinas pequeñas que necesitan optimizar cada rincón, como para cocinas grandes donde se busca una integración completa.

? Gran durabilidad y solidez: los materiales típicos de obra (cemento, ladrillo, piedra) son muy resistentes al uso intensivo y al paso del tiempo. A diferencia de ciertos muebles modulares de aglomerado que pueden hincharse o deteriorarse con la humedad y el uso, una estructura de obra bien construida puede durar décadas prácticamente intacta. Es una inversión a largo plazo: con un mantenimiento mínimo, tu cocina lucirá como nueva por muchos años.

? Estilo personalizado y variedad de acabados: tienes libertad para combinar revestimientos y texturas. Por ejemplo, puedes optar por un estilo rústico con frontales de obra revestidos de azulejos artesanales y encimera de granito, o un estilo industrial con microcemento continuo y estantes de madera recuperada. Las posibilidades de diseño son amplísimas, mucho más que con catálogos cerrados de muebles modulares. Puedes incluso mezclar elementos modernos (electrodomésticos panelados, herrajes de cierre suave) con el encanto artesanal de la construcción tradicional.

? Posible ahorro de coste en mobiliario: aunque sorprenda, construir una cocina de obra puede ser en muchos casos más económico que comprar una cocina modular equivalente. Al emplear materiales de obra relativamente básicos (ladrillo, cemento, azulejos) y mano de obra local, se evita el coste de fabricación industrial y transporte de módulos. Obviamente depende de los materiales elegidos y la complejidad: una cocina de obra sencilla con baldas abiertas puede costar menos que una cocina modular con muchos armarios; en cambio, si incorporas acabados de lujo, el precio subirá. En igualdad de calidades, a menudo la balanza de precio se inclina a favor de la cocina de obra. Además, construirla no conlleva esperas de fabricación: no hay que pedir muebles a fábrica, por lo que el proyecto puede completarse antes.

Resumen – ¿Por qué elegir una cocina de obra?

  • Diseño 100% a medida: se adapta exactamente a tu espacio y gusto.
  • Mayor robustez: materiales de construcción duraderos y resistentes.
  • Espacio optimizado: sin huecos desperdiciados, cada rincón cuenta.
  • Estética única: combina acabados rústicos, modernos o la mezcla que quieras.
  • Valor a largo plazo: inversión que se mantiene en el tiempo con poco mantenimiento.

Cómo diseñar una cocina de obra (paso a paso)

Construir una cocina de obra es un proceso artesanal que requiere planificación y atención al detalle. Si estás considerando renovar tu cocina –por ejemplo, dentro de una reforma integral en Madrid– es importante seguir una serie de pasos para asegurar un resultado exitoso. A continuación, describimos las fases clave para diseñar y hacer realidad tu cocina de obra:

1. Planificación y diseño inicial

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Todo comienza con un buen plan. En esta etapa debes definir la distribución de la cocina y su funcionalidad. Dibuja un plano a escala del espacio para decidir dónde irá cada elemento: zona de cocción (placa, horno), fregadero, frigorífico, almacenaje, superficie de trabajo, etc. Presta especial atención al triángulo de trabajo (la disposición entre nevera, fregadero y placa) para que moverse mientras cocinas sea cómodo y eficiente. Una regla general es que la suma de las distancias entre esos tres puntos esté entre unos 4 y 8 metros, evitando que queden demasiado lejos o demasiado juntos.

En esta fase también eliges el estilo de tu cocina de obra (rústica, moderna, industrial, mediterránea, etc.) y los materiales predominantes. Por ejemplo, ¿tendrás paredes de ladrillo visto o prefieres todo enfoscado y pintado? ¿Encimera de microcemento continuo o de piedra natural? ¿Frentes abiertos con estantes, cortinas o puertas de madera a medida? Define el aspecto que quieres lograr, sin olvidar la practicidad. Es muy recomendable contar con un profesional para el diseño –un arquitecto de interiores o un experto en cocinas– que te asesore para optimizar el espacio y las instalaciones.

2. Selección de materiales

Elegir bien los materiales es fundamental, ya que determinarán tanto la estética como la resistencia de tu cocina de obra. En la estructura básica se suele usar ladrillo macizo o hueco, bloques de hormigón o incluso cartón-yeso (pladur) en algunos casos, combinado con mortero de cemento para asentar y revestir. Piensa en cada elemento:

  • Estructura de muebles bajos: ladrillo u obra de fábrica, que luego puedes revestir con azulejos, piedra o simplemente enfoscar y pintar.
  • Encimeras: pueden ser de obra (por ejemplo, hechas con una base de tablero o ladrillo revestida de cemento pulido, microcemento o azulejos) o bien piezas instaladas sobre la estructura (encimera de granito, cuarzo (marca Silestone, Compac…), encimera porcelánica (tipo Dekton), madera maciza tratada, etc.).
  • Revestimientos de paredes y frentes: azulejos cerámicos, gresite, piedra natural, ladrillo visto barnizado, pintura especial para cocina, paneles de acero inoxidable en zonas concretas… Las opciones son múltiples.
  • Muebles altos o estanterías: pueden hacerse a obra (nichos en la pared, estantes de obra) o colgar módulos prefabricados si se desea aligerar. También se usan baldas de madera maciza ancladas a la pared para mantener el estilo artesanal.
  • Puertas y frentes de armarios: se pueden mandar hacer a medida con carpintería (puertas de madera maciza, DM lacado, etc.) a la medida exacta de los huecos de obra, o incluso usar cortinas de tela en cocinas de obra rústicas para cerrar bajos. Hoy en día es común encargar puertas a medida con sistemas modernos (bisagras, cajones extraíbles) e instalarlas en la estructura de obra para tener lo mejor de ambos mundos.

Ten en cuenta también los materiales para el suelo y techo de la cocina, que aunque no sean “de obra” en sí, influyen en el conjunto: un suelo cerámico resistente y antideslizante, una buena iluminación empotrada en techo falso, etc., completarán tu cocina.

3. Construcción de la estructura de obra

Con el diseño definido y los materiales preparados, se pasa a la obra en sí. Esta fase implica trabajos de albañilería para levantar la estructura de los muebles y adecuar las instalaciones:

  • Levantar muros bajos de ladrillo o bloques donde irán los armarios inferiores, islas o penínsulas.
  • Construir bases y soportes para encimeras y electrodomésticos (por ejemplo, el hueco donde se incrustará el horno o el frigorífico).
  • Realizar las rozas y canalizaciones necesarias para las instalaciones de fontanería y electricidad, antes de cerrar la obra. En una cocina de obra hay que prever por dónde pasarán las tuberías de agua, desagües, conductos de gas si aplica, y el cableado eléctrico para enchufes (electrodomésticos, iluminación bajo encimera, extractor, etc.). Todo esto debe hacerse cumpliendo la normativa y con personal especializado (fontaneros, electricistas).
  • Refuerzo y nivelación: es clave asegurarse de que todas las estructuras queden sólidas, niveladas y a escuadra. Una encimera de obra mal nivelada podría provocar problemas al instalar la placa de cocción o hacer que los líquidos no drenen bien, por ejemplo. Un equipo profesional se encargará de usar los refuerzos necesarios (mallazo en encimeras de concreto, vigas metálicas en vanos grandes, etc.).

Durante la construcción, es frecuente que los espacios para electrodomésticos (hueco del lavavajillas, horno, frigo) se dejen previstos según las medidas estándar o específicas de los modelos que vayas a colocar. Recuerda comprar o al menos elegir los electrodomésticos con antelación para asegurarte de que encajarán perfectamente en los huecos de obra.

4. Acabados y detalles finales

Una vez la estructura de obra está lista, se procede a los acabados que darán el aspecto final a la cocina:

  • Alicatados y revestimientos: colocar los azulejos en paredes, el frente de la encimera (salpicadero) si lo hay, mosaicos decorativos, etc. O pintar las superficies de obra con pintura apta para cocinas (lavable, resistente a la humedad).
  • Encimeras y fregadero: instalar la encimera elegida si es prefabricada (colocando, por ejemplo, la losa de granito o mármol sobre la base de obra) o terminar la encimera de obra (pulido del microcemento, lechada en juntas de azulejos, sellados). Instalar el fregadero en su hueco (puede ser encastrado sobre encimera o bajo encimera, o fregadero de obra tipo pie de gres).
  • Colocación de puertas, cajones y herrajes: si encargaste puertas a medida para los armarios de obra, este es el momento de montarlas con sus bisagras. Igualmente, colocar tiradores, baldas interiores, sistemas de cajones si los hay, etc.
  • Instalación de electrodomésticos y equipamiento: encajar horno, lavavajillas, vitrocerámica, campana extractora, frigorífico y demás aparatos en sus ubicaciones. Conectar electricidad, agua y gas (por técnicos cualificados) y verificar que todo funciona correctamente.
  • Iluminación y remates: instalar las luminarias (ojos de buey, apliques bajo estantes, tiras LED) planificadas. Rematar encuentros de materiales con sellador (por ejemplo, junquillos en la unión de encimera y pared si hiciera falta), limpiar bien toda la superficie y… ¡lista para estrenar!

Como ves, son varios pasos y tareas especializadas. El proceso completo de hacer una cocina de obra puede llevar varias semanas, dependiendo de la complejidad y de si se coordina bien a los albañiles, fontaneros, electricistas, carpinteros, etc. Sin embargo, el resultado merece la pena: obtendrás una cocina totalmente nueva, adaptada a ti y con la satisfacción de haberla “construido” desde los cimientos.

Materiales habituales en cocinas de obra

Uno de los aspectos más atractivos de las cocinas de obra es la variedad de materiales que se pueden emplear, lo que permite lograr acabados muy diversos. Estos son algunos de los materiales más comunes y sus ventajas:

Ladrillo, cemento y yeso

Son la base de la construcción. El ladrillo (visto o revestido) aporta esa esencia rústica y sólida. Se usa en muros, barras y soportes. El mortero de cemento sirve para unir ladrillos y también para revocar superficies, creando encimeras continuas o frentes lisos. La escayola o yeso permite dar acabados lisos en paramentos y techos, y realizar molduras o arcos decorativos típicos de cocinas rústicas.

Madera

La madera añade calidez y belleza natural. En cocinas de obra suele estar presente en puertas de armario a medida, encimeras macizas, vigas decorativas o estantes. Se pueden usar maderas duras como el roble o el haya si se busca durabilidad, o maderas recuperadas para un look más envejecido. Es importante que la madera esté tratada contra la humedad y el ataque de insectos. Unos frentes de madera maciza bien cuidados pueden durar décadas y además se pueden repintar o barnizar para renovar su aspecto con el tiempo.

Piedra y cerámica

Materiales pétreos como el granito y el mármol son clásicos para encimeras de cocina de obra, por su resistencia al calor y a los arañazos. Ofrecen una estética elegante y cada pieza es única. También la piedra caliza o la pizarra pueden emplearse en revestimientos o detalles. Por su parte, los azulejos y baldosas cerámicas son el acabado preferido para muchas cocinas de obra tradicionales: permiten crear dibujos, cenefas y combinaciones de colores; son fáciles de limpiar y protegen la obra subyacente. Desde los azulejos tipo metro blancos (muy usados en combinaciones rústico-industriales) hasta baldosas de barro cocido artesanales, la cerámica ofrece posibilidades infinitas.

Microcemento y hormigón pulido

Para logros más contemporáneos, el microcemento se ha vuelto muy popular. Se trata de un revestimiento cementoso continuo que se aplica en capa fina sobre encimeras, suelos o paredes, dando un acabado liso, sin juntas, de aspecto industrial minimalista. Es ideal si buscas una cocina de obra moderna. Es resistente y se puede pigmentar en muchos colores, aunque requiere mano de obra muy especializada para evitar grietas y lograr un buen sellado. Similarmente, una encimera de hormigón pulido (con moldes) ofrece un look industrial y robusto.

En definitiva, puedes combinar materiales tradicionales y modernos libremente. Por ejemplo, es común una estructura de obra en ladrillo revestida con azulejo rústico, encimera de granito pulido y puertas de madera; o una base de obra enfoscada en blanco con encimera de microcemento gris y muebles altos en madera clara. La clave está en lograr una armonía entre todos los materiales para que la cocina sea funcional y estética a la vez.

Precios de las cocinas de obra en 2025 (Madrid)

Hablemos de dinero: ¿cuánto cuesta hacer una cocina de obra? El presupuesto puede variar muchísimo según el tamaño de la cocina, los materiales escogidos y la calidad de los acabados y electrodomésticos. Sin embargo, podemos dar algunas cifras orientativas para Madrid en 2025:

  • Cocina pequeña (5-6 m²): desde unos 4.000-6.000 € si es sencilla (materiales básicos, pocos muebles) hasta 10.000-12.000 € con equipamiento completo y buenos acabados.
  • Cocina mediana (7-12 m²): puede rondar entre 8.000 y 18.000 € la reforma completa de la cocina de obra. En calidades medias, muchos proyectos se sitúan alrededor de 10.000-15.000 € todo incluido (obra, muebles a medida, encimera, azulejos, electrodomésticos básicos). Con acabados premium y electrodomésticos gama alta, podría subir a 20.000 € o más.
  • Cocina grande (más de 12 m²): a partir de 15.000 € en adelante. Para una cocina amplia con isla central de obra, electrodomésticos integrados de alta gama, encimeras de piedra de primera calidad, etc., el coste fácilmente alcanza 25.000-30.000 €.

En términos de precio por metro cuadrado, muchos profesionales estiman entre 800 y 1200 euros/m² para una reforma de cocina integral en Madrid. Esto incluye obra, instalaciones, mobiliario y acabados de gama media. Ten en cuenta que dentro del presupuesto total, los electrodomésticos suelen suponer alrededor del 25-30% (por ejemplo, unos 4.000-5.000 € en una cocina tipo) y la encimera otro 20-25% (dependiendo del material, desde 1.200 € hasta 5.000 €). El resto correspondería a obra, mobiliario, suelos, iluminación, mano de obra, etc.
reforma vivienda antigua en barrio de Salamanca cocina de obra industrial

En 2025, tras la inflación de materiales de los últimos años, el coste medio de una cocina nueva en España se sitúa alrededor de 18.000-20.000 €. No obstante, esto incluye muchas cocinas de alta gama; es posible hacer cocinas de obra preciosas con presupuestos más ajustados eligiendo materiales económicos pero resultones (por ejemplo, estructura de ladrillo visto pintado, encimera de azulejo, y electrodomésticos estándar). Al mismo tiempo, una cocina de obra de lujo puede superar los 30.000 € si se opta por equipamiento profesional, domótica, encimeras de piedras exóticas, etc.

Un consejo: siempre pide varios presupuestos detallados a empresas de reformas especializadas. Asegúrate de que incluyan todas las partidas (demoliciones, albañilería, fontanería, electricidad, mobiliario, encimeras, electrodomésticos, pintura, escombros, licencias…) para evitar sorpresas. Una empresa seria te asesorará para ajustar el proyecto a tu presupuesto, indicándote en qué vale la pena invertir (por ejemplo, en una buena encimera y unos electrodomésticos eficientes) y en qué se puede ahorrar.

Caso práctico: cocina de obra en un piso de Madrid

Para ilustrar todo lo anterior, veamos un caso práctico ficticio pero representativo. Imagina una cocina antigua en un piso de Madrid, de unos 8 m², con más de 30 años de antigüedad. Sus propietarios, Ana y Marcos, deciden renovarla por completo y optan por una cocina de obra para aprovechar mejor el espacio y darle un estilo personal.

Estado inicial: la cocina original tenía un mobiliario modular estándar ya obsoleto, con azulejos blancos de los años 80, una distribución poco eficiente (frigorífico encajonado que impedía abrir bien la puerta, espacio desaprovechado encima de los armarios, falta de almacenaje, y una zona de office donde apenas cabía una mesita). Además, algunas baldosas del suelo estaban sueltas y la fontanería presentaba fugas.

Objetivos: Ana y Marcos querían una cocina abierta, luminosa y con estética ligeramente rústica pero actual. Deseaban integrar una pequeña barra para desayunos, aprovechar la pared de la ventana para zona de preparación, y tener amplias zonas de almacenamiento para despensa. En cuanto a materiales, les gustaba mucho el ladrillo visto y la madera clara, pero querían evitar que se viera demasiado “campestre”. También era prioritario cambiar todas las instalaciones (tuberías y cableado) debido a la antigüedad.

Diseño y planificación: con ayuda de un profesional, redistribuyeron la cocina tirando un tabique que la separaba del salón, creando un espacio abierto estilo cocina americana. Se diseñó una barra de obra en forma de península hacia el salón, con base de ladrillo visto y encimera prolongada que sirve de comedor diario con 2 taburetes. La zona de fuegos y fregadero se mantuvo contra la pared (donde están las tomas de agua y gas). Se planificó un gran armario de obra despensa hasta el techo en un rincón, y estanterías de obra abiertas sobre la barra para elementos decorativos.

Materiales elegidos: para la estructura se empleó ladrillo hueco doble, dejando el ladrillo visto en la cara exterior de la barra (protegiéndolo con barniz transparente). El resto de paredes se alicató con azulejo “tipo metro” blanco. La encimera principal se hizo a medida en granito gris (modelo Gris Serena), mientras que la de la barra se realizó en madera maciza de roble tratada al aceite para resistir la humedad. Las puertas de los armarios bajos de obra se fabricaron en DM lacado blanco con tiradores rústicos envejecidos, y la despensa de obra se dejó abierta con baldas de obra sin puertas para un acceso fácil.

Obra e instalación: la reforma duró 4 semanas. Primero se demolió la cocina antigua por completo, se retiró el alicatado y el tabique para abrir el espacio. Se actualizó toda la instalación eléctrica colocando nuevos puntos de luz LED bajo los estantes y suficientes enchufes (al menos 6 tomas dobles) para cubrir el equipamiento moderno. La fontanería nueva incluyó tuberías de cobre para agua fría/caliente y desagües de PVC, dimensionados para el futuro lavavajillas y un posible filtro de agua. Luego, los albañiles levantaron la estructura: muro de media altura para la barra, muretes para formar la base de los bajos de cocina, huecos para horno y lavavajillas panelable. Tras fraguar, se alicató y enfoscó donde correspondía. Se instalaron las encimeras (granito y madera) en sus respectivos lugares. Los carpinteros colocaron las puertas y cajones a medida. Finalmente, se instalaron los electrodomésticos: placa de inducción, horno y microondas en columna, lavavajillas panelado con frente blanco, frigorífico combi en acabado inoxidable, y una campana decorativa de estilo rústico en bronce envejecido.

Resultado: la nueva cocina de obra cumplió las expectativas. La barra de ladrillo visto con encimera de madera se convirtió en el centro de reuniones informales. La estética combinó lo rústico (ladrillo, tiradores vintage, madera) con lo moderno (líneas rectas, electrodomésticos inox integrados) de manera equilibrada. Ahora hay más espacio de almacenamiento que antes (la despensa de obra es enorme y encima del frigorífico se hizo un altillo). La iluminación LED bajo los estantes realza el revestimiento de ladrillo por la noche. Y lo mejor: Ana y Marcos lograron todo dentro de su presupuesto de unos 12.000 € gracias a que invirtieron en los elementos importantes (encimera, instalaciones) y ahorraron en otros secundarios. Están encantados con su cocina de obra y la consideran ya el corazón de su hogar.

*Una cocina de obra finalizada, combinando paredes de ladrillo visto con muebles blancos modernos y encimera de madera clara.*

Errores comunes y cómo evitarlos

Antes de lanzarte a construir o reformar tu cocina de obra, conviene conocer algunos errores frecuentes que cometen muchas personas, para así poder evitarlos en tu proyecto:

  1. No dedicar suficiente tiempo a la planificación: la prisa es mala consejera. Uno de los errores más comunes es no planificar adecuadamente la distribución y el espacio de almacenamiento. Cada elemento debe tener su sitio lógico (no quieras meter una isla si apenas tienes 2 metros de ancho, por ejemplo). Tómate el tiempo de diseñar la cocina sobre plano, medir todo dos veces, y proyectar cómo será el uso diario. Cambiar algo sobre el papel es fácil; cambiarlo cuando la obra ya está hecha, no.
  2. Ignorar la funcionalidad por la estética: todos queremos una cocina bonita, pero nunca sacrifiques la funcionalidad. Asegúrate de respetar el triángulo de trabajo (placa-fregadero-nevera) y deja suficientes superficies de trabajo libres. Evita tendencias estéticas poco prácticas (por ejemplo, demasiadas estanterías abiertas si no vas a mantener un orden impecable, suelos delicados que se manchan con mirarlos, etc.). La cocina debe ser ante todo cómoda y fácil de limpiar.
  3. Elegir materiales inadecuados o de baja calidad: un error típico es dejarse llevar por el material más barato sin pensar en su durabilidad. En una cocina de obra, si luego un azulejo resulta poroso y absorbe manchas, o la encimera se raya con facilidad, arreglarlo implica obras de nuevo. Invierte en materiales de calidad para las superficies de mayor batalla: encimera resistente al calor y rayado, revestimientos impermeables cerca del agua, madera tratada si la usas, etc. Y si optas por microcemento u otros materiales novedosos, contrata aplicadores profesionales con buenas referencias.
  4. Falta de iluminación y enchufes: a veces se diseña la cocina de obra dejando de lado la iluminación, pensando que con la luz del techo basta. Coloca iluminación bajo los armarios altos o estantes para iluminar bien la encimera. Añade luces dentro de vitrinas si las tienes. Y no escatimes en enchufes: planifica suficientes tomas para electrodomésticos fijos (campana, nevera, horno…) y también para pequeños aparatos (batidora, cafetera) en las zonas de trabajo. Más vale que sobre alguna toma a que luego tengas que tirar de alargos.
  5. No contar con profesionales o intentar hacerlo todo uno mismo: si bien es posible acometer partes de una cocina de obra en modo “hazlo tú mismo” (sobre todo acabados decorativos), hay tareas críticas –instalaciones de luz, agua, gas; nivelación de estructuras; encimeras pesadas– que deben ser realizadas por profesionales cualificados. Intentar ahorrar escatimando en mano de obra especializada puede salir caro si luego surgen problemas (fugas, cables mal conectados, grietas). Busca expertos de confianza, pide referencias y asegúrate de que entienden bien lo que quieres.

En resumen, la clave para no cometer errores graves es planificar con detalle, elegir materiales confiables y apoyarte en buenos profesionales para la ejecución. Así tu experiencia de construir una cocina de obra será satisfactoria y sin contratiempos importantes.

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Preguntas frecuentes sobre las cocinas de obra

? ¿En qué se diferencia una cocina de obra de una cocina modular tradicional?

Respuesta: La diferencia principal es que la cocina de obra se construye en el propio espacio con materiales de albañilería, mientras que una cocina modular se monta a partir de módulos prefabricados (muebles ya hechos de fábrica). La cocina de obra es fija y a medida, aprovecha mejor el espacio y permite más personalización en acabados. En cambio, la modular es más rápida de instalar y generalmente se puede desmontar o reemplazar con más facilidad.

? ¿Es más cara una cocina de obra que una cocina convencional?

Respuesta: No necesariamente. El coste depende de los materiales y acabados que elijas. Una cocina de obra sencilla puede ser incluso más barata que una modular de calidad equivalente, ya que utilizas materiales básicos y mano de obra local. Sin embargo, si escoges encimeras caras, electrodomésticos panelados de alta gama, etc., el precio subirá como en cualquier cocina. En general, en igualdad de calidades, el precio de una cocina de obra tiende a ser similar al de una modular, y a veces menor, especialmente en estilos rústicos o sencillos.

? ¿Cuánto tiempo se tarda en construir una cocina de obra?

Respuesta: El tiempo de obra varía según la complejidad. Para una reforma completa de cocina, suele ir de 2 a 4 semanas de trabajos, considerando demolición de la antigua, construcción de estructura, instalaciones y acabados. Cocinas más grandes o con diseños muy elaborados pueden llevar 5-6 semanas. La ventaja es que no hay que esperar plazos de fabricación de muebles (como ocurre con pedidos a fábrica de cocinas modulares), por lo que una vez iniciada la obra, los tiempos dependen principalmente de la coordinación de los gremios.

? ¿Necesito licencia de obra para reformar la cocina y hacer una cocina de obra?

Respuesta: Por lo general, sí es necesario tramitar una licencia o permiso de obra menor para reformar una cocina, ya que implica trabajos de albañilería, fontanería, etc. En Madrid, por ejemplo, se pide una comunicación o licencia según el alcance de la reforma. Una empresa de reformas profesional puede gestionarte estos permisos. Es importante contar con ellos para evitar sanciones y asegurarse de cumplir la normativa (especialmente en instalaciones de agua, gas y electricidad).

? ¿Qué mantenimiento requiere una cocina de obra? ¿Son duraderas?

Respuesta: Las cocinas de obra bien construidas son muy duraderas en el tiempo, ese es uno de sus puntos fuertes. El mantenimiento día a día es similar al de cualquier cocina: limpieza regular de encimeras y superficies (siguiendo las recomendaciones según el material, por ejemplo productos neutros para piedra natural, etc.). Periódicamente conviene repasar las juntas de azulejos o los selladores si con los años se agrietan, y renovar el barniz de la madera si la tienes en encimeras o frentes. Pero en general, al ser estructuras sólidas de obra, no tendrás problemas de bisagras que se descuelgan o módulos que se vencen (como puede pasar con muebles prefabricados). Con pequeños cuidados, tu cocina de obra puede durar décadas manteniéndose preciosa.

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