Una de las principales medidas a tomar cuando se compra una vivienda nueva es colocar una cortina de ducha o una mampara. En general, salvo en contadas ocasiones, las viviendas de obra nueva se entregan sin poner ninguna barrera al agua que escapa de las duchas. Con los consiguientes inconvenientes: tener que ducharse con sumo cuidado y aun así tener luego que limpiar los escapes o aguantar casi una inundación si quien se ducha no tiene ningún cuidado. Lo mismo sucede en las viviendas que se compran de segunda mano: tocar renovar su baño para darle un nuevo aire. En muchos casos una de las medidas es cambiar una mampara ya gastada o instalar una cortina de ducha o mampara.

Pero ¿cuándo poner una u otra? Más allá de la comodidad que pueden ofrecer, colocar una mampara o una cortina de ducha es un paso que hay que tomar meditándolo bien. Si no sabes qué opción es la mejor para ti, tener en cuenta ciertos aspectos puede ayudarte a valorar qué es lo que más te conviene. Como los que te presentamos a continuación, después de aclarar bien la diferencia entre uno y otro sistema.

Que es una cortina de ducha

Una cortina de ducha es básicamente una tela o plástico que se coloca para cerrar temporalmente el espacio dispuesto para darse una ducha. Su misión es evitar que el agua de la misma escape fuera y llegue a inundar el baño. Se trata de una tela que no es fija, sino que puede correrse o descorrerse cuando no se vaya a utilizar, devolviendo amplitud visual al baño.

El material con el que se fabrican es bastante diverso. Las hay de tela y de plástico. Dentro de las de tela, la mayoría son de poliéster, pero también las hay de nailon o lino, e incluso de algodón. Eso sí, estas telas llevan siempre un tratamiento hidrófugo para que repelan el agua. De otra manera quedarían empapadas, y el agua se escaparía al exterior. No obstante, aunque tengan este tratamiento, la impermeabilidad que consiguen no es total. Eso sí, es la suficiente como para que el agua no llegue al exterior de la ducha.

Las cortinas de ducha de tela se pueden lavar, algo que es conveniente hacer cada cierto tiempo. Así se evita que queden afectadas por la humedad y el moho, porque aunque suelen tener también un tratamiento para ello, a la larga evitarlo sin lavarlas es complicado. Cuando lo hagas, ten en cuenta que debes dejar que se sequen bien antes de colocarlas. Dan, por lo que ves, un poco de trabajo, aunque a cambio son cortinas que duran bastante tiempo, y tienen un aspecto muy natural y agradable.

Quizá son menos conocidas que las cortinas de ducha de plástico, más económicas que las de tela. Por el material con el que están fabricadas son completamente impermeables, por lo que no dejarán pasar el agua al exterior. Además, es complicado que en ellas, a pesar de estar muy expuestas a la humedad, aparezca moho. Para limpiarlas no necesitas quitarlas ni lavarlas a máquina. Basta con utilizar un producto específico para su limpieza, generalmente en espray, que puedes encontrar en la mayoría de grandes almacenes.

Pero no todo iban a ser ventajas. También tienen inconvenientes. Duran menos que las de tela, y hay que tener cuidado con los materiales con los que se han fabricado. Las de PVC desprenden un característico olor a plástico, lo que las hace menos atractivas. A esto se une que, con el calor y el vapor del agua caliente de la ducha, pueden liberar sustancias tóxicas. Por lo tanto conviene evitarlas. Son más recomendables las fabricadas a partir de un plástico EVA o de plástico PEVA.

Mamparas para la ducha

Frente a las cortinas de ducha, omnipresentes en los baños hasta no hace mucho, hay otra alternativa: las mamparas. Se trata de láminas de cristal con cierto grosor y refuerzo, que se colocan limitando el área de la ducha, cerrándola de manera total o parcial, y que evitan que el agua se escape de ella. Su fiabilidad en cuanto a barrera para el agua, a no ser que cuenten con holgura en sus juntas o en su parte inferior, lo que sucede varios años después de su instalación si es correcta, es prácticamente del 100%.

La instalación de una mampara es algo complicada, y a no ser que seas un manitas tendrás que recurrir a profesionales o empresas expertas en su instalación. Estas mamparas, a pesar de ser permanentes, ofrecen una gran sensación de amplitud visual al ser transparentes. No obstante, por el material con el que están fabricados sus paneles, se ensucian con facilidad y rapidez. Esto hace que sea necesario limpiarlas con productos específicos para cal y cristales cada poco tiempo.

Hay distintos tipos de mamparas para ducha, que generalmente se diferencian por la cantidad de espacio que cubren. En resumen, las hay que van de suelo a techo, o las que van del suelo a una altura media. Generalmente dejan la cabeza de la ducha sin cobertura lateral o frontal, y un poco de espacio adicional debajo de ellas también sin limitar. Otras son una especie de cabinas, que tienen incluso una puerta para entrar y salir de la ducha. En cualquier caso, muchas son móviles aunque solo tengan una hoja, y pueden abrirse y cerrarse. De esta manera se facilita tanto su limpieza como su mantenimiento, aunque salvo tener cuidado con sus gomas, no es muy costoso ni complicado.

¿Cortina de ducha o mampara?

Hasta ahora hemos visto las características de ambos sistemas, pero llega el momento de saber cuál de ellos es el más adecuado, tanto para tu tipo de baño como para ti. Para ello tendrás que tener en consideración varios factores, como la comodidad, el presupuesto, el nivel de uso de la ducha o el tamaño y dimensiones del baño.

Generalmente, si el baño en el que tienes la ducha se utiliza poco, y lo usan en exclusiva los invitados, el uso de la ducha será prácticamente residual. Por tanto, a no ser que sea por motivos estéticos o de comodidad, será más aconsejable optar por colocar una cortina de ducha. Al hacerlo, no tienes por qué renunciar a cortinas de ducha con estilo, puesto que las de tela actualmente tienen una caída más que aceptable, son decorativas y no dan tanta sensación de agobio y olor a plástico como puede dar una cortina de plástico. Pero en cuanto a comodidad de limpieza y resistencia, estas últimas son imbatibles.

Eso sí, en caso de que el baño sea muy pequeño, la decisión entre cortina de ducha o mampara debe decantarse por esta última. Como hemos mencionado, la mampara, al ser transparente, no resta espacio visual al baño. Y en el caso de estancias de este tipo y de tamaño pequeño, colocar una cortina de ducha puede aportar mayor sensación de agobio y pequeñez que una mampara. Por el contrario, si el baño es grande no importará que una pequeña parte del mismo parezca cercada.

En caso de que el baño tenga mucho uso, una mampara puede ser la mejor solución para evitar escapes de agua. También para evitar esa incómoda sensación que se da cuando la cortina de la ducha se pega al cuerpo. Además, si la cortina es muy larga puede haber peligro de caídas  al pisarla. Pero si no es lo bastante larga, seguirán los escapes. Un buen dilema que se evita con una mampara.

Lo malo es que, como hemos visto, instalar una requiere una obra, no muy grande, que en la mayoría de casos tendrá que realizar un profesional. Esto sube su coste, que ya de por sí es mayor que el de la instalación de una cortina. Generalmente, al elegir entre cortina de ducha o mampara tienes que tener en cuenta que esta última es más cara. Además, la instalación de la mampara es más complicada, lo que sube su precio al tener que instalarla un profesional. Una cortina de ducha es más económica, y su instalación no ofrece excesivos problemas. Por lo tanto, la puede realizar prácticamente cualquier persona un poco aficionada al bricolaje.

Las cortinas, eso sí, son más sencillas y rápidas de limpiar que las mamparas. Incluso los modelos que hay que lavar en la lavadora, los de tela. Como la lavadora se encarga de hacerlo, solo tienes que preocuparte de descolgarla, lavarla, esperar a que se seque y volver a colgarla. Pero en el caso de las mamparas, la limpieza ha de ser regular, con productos específicos para la cal y la humedad. También para la limpieza de cristales. De esta manera no solo conseguirás que esté limpia, sino que también mantendrás alejado el moho. En general, es prácticamente imposible que una mampara coja moho, salvo, claro está, que no la limpies con regularidad. Ten especial cuidado, para evitarlo, de limpiar las juntas de la mampara cada cierto tiempo y de manera profunda.

Estos son los principales puntos que debes tener en cuenta a la hora de decidir si instalar una cortina de ducha o una mampara. En cualquiera de los dos casos, si no eres muy aficionado al bricolaje, o tus habilidades no son muy destacadas, especialmente si optas por una mampara, no te cortes y ¡solicita los servicios de un instalador experto para colocarla!

Contenido validado por María Luisa De La Rubia
Socia Fundadora en Reformadisimo