En cuántos ambientes y estilos de decoración, utilizar madera en exteriores es un recurso muy utilizado en las reformas. La madera es un material que tiene una buena acogida también en los consumidores, por diversos motivos. Se trata de un elemento que aporta calidez y sensación de confort. También por dar un ambiente rústico y hogareño a no pocos ambientes. Pero sobre todo cuando se coloca fuera de una casa, hay que tener cuidado en proteger la madera de exterior.

La presencia de madera en un hogar puede evocar recuerdos de niñez vivida en el campo. También aportar un toque rústico, tanto en interiores como en exteriores. Pero el paso del tiempo, y la acción de los elementos sobre la colocada en exteriores, la van deteriorando. Para evitarlo o paliarlos en la medida de lo posible, hay que mantenerla adecuadamente. A continuación veremos algunos sistemas que puedes utilizar para proteger la madera de exterior.
Principales enemigos de la madera de exterior.

Las maderas colocadas a la intemperie sufren una mayor degradación que las que se pueden encontrar en el interior de las casas. Esto se debe a varios motivos, pero principalmente a la acción del sol y la lluvia. Los rayos solares, además de agrietar la madera por el calor, también la decoloran progresivamente. Así, el paso del tiempo hace que la madera a la que da abundantemente la luz del sol vaya perdiendo su color original, y pase a tener un tono más pardo.

De esta manera, la madera también va perdiendo su protección original. Es entonces cuando más puede afectarle la lluvia. No obstante, su acción tendrá consecuencias negativas sobre ella desde el primer día que caiga sobre ella. Si se moja constantemente, se irá agrietando y abombando. Y si no se protegen, llegarán a ellas los insectos y los hongos, y directamente, se acabarán rompiendo.

Es cierto que no todas las maderas soportan igual los exteriores. Y que las maderas de origen tropical, como la teca o el iroko, los soportan mejor que otros materiales más habituales en nuestras latitudes, como el abedul o el chopo. Entre estos dos tipos de madera hay otros con durabilidad y resistencia intermedia para exteriores. Por ejemplo, el castaño, el roble o el pino americano. Pero en cualquier caso, todas acaban sufriendo si se colocan en exteriores y no se tratan.

¿Qué hacer para proteger la madera de exterior?

Para proteger la madera de exterior se pueden utilizar diversos sistemas y trucos. El principal es, sin duda, aplicar un protector para exteriores a la madera. Su acción limitará el efecto de los elementos sobre la madera Y su aplicación periódica, proteger la madera de exteriores. Para aplicarlo, eso sí, hay que tomar algunas precauciones, como limpiar bien la madera que se va a proteger. Tanto del polvo que pueda tener como de los restos de otros protectores o pinturas anteriores.

Después hay que elegir una brocha o un pincel adecuados para cubrir la superficie de la madera.

Pero también hay que seleccionar un protector que cumpla una serie de requisitos. Para empezar debe ser eficaz contra hongos e insectos, y estar considerado como protector a largo plazo. También debe respetar las propiedades de la madera, y permitir que sobre él se aplique barniz o pintura. Tampoco dejará olores, y es aconsejable que sea respetuoso con el medio ambiente.

metodos para proteger la madera en una reforma

Una vez aplicado este protector, y como hemos comentado, se puede aplicar barniz sobre la madera si se quiere mantener un aspecto más natural, o bien pintura. La presencia de ambos elementos reforzará la protección de la madera. Como es lógico, habrá que repetir la aplicación de estos dos elementos cada cierto tiempo. Es algo normal, puesto que tanto el barniz como la pintura sufren con el paso del tiempo y los elementos.

En ocasiones, son los propios barnices y pinturas los que incorporan el protector para la madera, lo que elimina uno de los pasos para proteger la madera de exterior. Si se utiliza uno de estos, la madera quedará protegida con mayor rapidez. En caso de que se quiera mantener el aspecto natural de la madera, bastará con el protector.

En cualquier caso, una vez seca la pintura o el barniz, hay que procurar mantener la madera lo más limpia posible. Y aunque esté protegida contra la humedad, procurar que, si no está en un sitio de acceso difícil, esté protegida de la lluvia. Por ejemplo, se puede evitar que sillas y mesas queden a la intemperie o sin cubrir durante un día de lluvia.
Además de esto, hay que proteger la madera de la acción de insectos que se alimentan de madera, o directamente la destruyen. Hablamos de las termitas y la carcoma, aunque también de las polillas. Hay varios protectores de la madera que, como hemos mencionado, protegen contra la acción de los insectos. Pero no todos están preparados contra los que acabamos de comentar. En estos casos, habrá que aplicarles un tratamiento adicional para evitar su acción.

Contenido validado por María Luisa De La Rubia
Socia Fundadora en Reformadisimo