Subir o bajar escaleras es un acto cotidiano que muchos realizamos sin pensar y con cierta facilidad. Pero no está exento de riesgos. Tampoco de dificultades, que se acentúan cuando quien las sube o las baja se va haciendo mayor o tiene problemas de movilidad. Para facilitar el tránsito por ellas se pueden colocar distintos elementos. Por ejemplo, los pasamanos y las barandillas.

Estos elementos, aunque muchos los tiendan a confundir, no son equivalentes. Tampoco tienen exactamente la misma función. Por lo tanto, en su instalación hay que tener en cuenta una serie de precauciones. Pero en primer lugar hay que diferenciarlos.

Barandillas: qué son y dónde se encuentran

Una barandilla es un elemento que se coloca en los bordes laterales de una escalera, o bien de un paso elevado. Y sirve, en primer lugar, como barrera. Para evitar que alguien pueda caerse al pasar por la zona que protege. O por las escaleras.

Van desde el suelo hasta una altura de 90 centímetros o 1,10 metros. Están compuesta por varias barras de madera o acero dispuestas paralelamente, con un tope en su parte superior. Este tope es generalmente continuo.

Es en él en el que se apoyan quienes suben o bajan las escaleras que delimitan. De esta manera pueden hacerlo con más facilidad y seguridad. Por otro lado, en el caso de las barandillas que delimitan un pasadizo o una zona de estar con un hueco de escalera o con el piso inferior, puede servir para asomarse con seguridad a él. Sin que haya peligro de caerse.

En este caso, siempre que la altura de la barandilla sea la adecuada, se puede uno apoyar sobre ella. En concreto, sobre su parte superior.

Pasamanos: dónde suelen encontrarse

En cuanto al pasamanos, puede encontrarse solo o formando parte de las barandillas. Está presente en todas, ya que se conoce con este nombre a la pieza que une y sujeta las barras de la barandilla por la parte superior. Puede ser plano o también mostrar cierto arqueo. Bien en sus laterales o en toda su superficie. En estos casos, estará curvado apuntando hacia arriba. De esta manera se consigue que las manos, al apoyarse sobre una barandilla, se adapten a esa forma sin dificultad.

También se pueden encontrar pasamanos colocados sin que estén limitando una barandilla. Por ejemplo, sujetos a una pared. O sobre una superficie compacta, como un muro. Este puede ser recto o inclinado, y hacer las veces de baranda de límite de una escalera o una zona de paso.

La función de un pasamanos no se limita a servir de apoyo firme para subir o bajar escaleras. Tampoco a ser un apoyo a la hora de asomarse a un espacio. Un pasamanos puede servir también para que la parte superior de un muro con una altura de alrededor de un metro tenga un acabado más agradable. No sólo a la vista. También al tacto.

Diferencias entre barandilla y pasamanos: colocación

Como hemos visto, las barandillas se colocan para servir de límite entre dos espacios: una escalera y un hueco, un pasadizo y el piso inferior, etc. También para que las subidas y bajadas sean más cómodas. Para que se instalen debe cumplirse un requisito indispensable: no debe haber otro elemento que delimite los bordes de la escalera o la zona de paso se quiera proteger de caídas. Así, no tiene que haber muros de separación.

En cambio, para la colocación de un pasamanos es indispensable que ya esté colocada una barandilla o un muro que limite las escaleras o la zona de paso en sus bordes. Si hay una barandilla, el pasamanos se colocará sobre ella. En cambio, si hay una pared o un muro alto, se colocará atornillado o sujeto a ellos. Si el muro es bajo, irá sobre su borde superior.

En la colocación de las primeras hay que tener en cuenta varios factores: altura, peso de las barras que la componen, materiales, etc. En general se debe procurar que su altura no supere 1,10 o 1,15 metros. De otra manera resultará incómoda. Y dará la sensación de empequeñecer el espacio en el que se encuentra.

También hay que vigilar que su peso no vaya a ser un problema en la escalera o espacio en el que se vaya a colocar. Su diseño también debe cuidarse. Una escalera con el aspecto o los materiales completamente en desacuerdo con el entorno que la rodea queda mal. Cumple su función, pero visualmente resulta incómoda.

Para colocar un pasamanos en la parte superior de una barandilla hay que cuidar además que sus materiales vayan en consonancia con el resto de la escalera. Y si se sujeta a una pared que bordea una escalera o un espacio, que esté a una altura similar a la que tendría una barandilla. Por supuesto, también hay que cuidar que la pared a la que se va a sujetar sea firme. Y que las sujeciones sean apropiadas para su peso.

Contenido validado por María Luisa De La Rubia
Socia Fundadora en Reformadisimo