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La reforma integral de un piso o una casa implica tener en cuenta muchos aspectos. Por un lado, la necesidad de la reforma de lo que no se aprecia a simple vista. En esta categoría entran elementos como la fontanería o la electricidad. Por otro, la cantidad de estancias que será necesario reformar. En este caso, hay que tener muy presentes las necesidades específicas que tiene cada una de ellas. En efecto, no es lo mismo abordar la reforma de una cocina o del baño principal de una casa que la de un dormitorio. Tampoco precisa el mismo trato a la hora de hacer reformas un aseo que un comedor.

Por todo esto, abordar la reforma integral de un piso de cierto tamaño sin la ayuda de una empresa especializada, como Reformadísimo, puede ser muy complicado. Aunque tengas mucho cuidado y creas que te has fijado en todos los detalles al planificarla, puede que se te pasen cosas por alto. Por lo tanto, lo mejor es que contrates los servicios de una empresa especializada en reformas integrales. Sus expertos te ayudarán con la planificación, y estarán pendientes de que no se quede fuera ningún detalle.

Además de todos los planes previos, elaborarán todos los planos para la reforma y se encargarán de los materiales necesarios. También contratarán a los especialistas necesarios para dejar tu piso como nuevo. Y en muchos casos se encargarán de pedir los permisos necesarios para la realización de las obras. Un aspecto imprescindible para la realización de las obras sin problemas con la comunidad de vecinos y el ayuntamiento.

En cualquier caso, siempre tendrás que hacer planes y anotar todo lo que necesitas para la reforma. Para que tengas una idea de lo que implica una reforma integral, a continuación te mostramos lo que debes tener presente en la reforma de un piso de 120 metros cuadrados. En este piso hay, a modo de ejemplo, una cocina, tres dormitorios, un salón comedor, un baño completo y un aseo.

Lo primero a tener en cuenta en una reforma integral: lo que no se ve

Si el piso que vas a reformar tiene cierta antigüedad, conviene que valores un cambio de tuberías, sistema eléctrico, conducciones de gas, circuito de calefacción, etc. En definitiva, de los elementos de una casa que no se ven a simple vista, pero que no por ello debes dejar sin atender. De otra forma, es bastante probable que más adelante tengas problemas y debas hacer más obras debido a averías inesperadas. Pero si sustituyes las tuberías y las conducciones eléctricas durante la reforma, evitarás obras adicionales y problemas más adelante.

Cambiar estos elementos es recomendable cuando la vivienda tiene 30 años o más de antigüedad. También si es mucho más antigua, y hace tres décadas o más que se realizó la última sustitución de dichos elementos.

Además de esto, podrás abordar otros cambios relacionados con la comodidad y la estética de la casa. Por ejemplo, si cambias las tuberías del agua, puedes cambiar también los radiadores de la calefacción de sitio. Eso sí, siempre y cuando la calefacción que se utiliza en la casa no sea de gas. También puedes sustituirlos por otros nuevos y más potentes, o añadir alguno a los que haya instalados.

Aparte de esto, tendrás la oportunidad de cambiar la situación de los enchufes. De esta manera podrás situar unos nuevos en los puntos en los que más te hagan falta para conectar aparatos.  O de colocar nuevos interruptores de la luz donde hagan más falta. Con esta medida, los ocupantes de las habitaciones de la casa los tendrán más a mano cuando los necesiten.

La cocina: la estancia que más puede costar de una reforma integral

Una vez contemplado y planificado el cambio de las “tripas” de la casa, toca abordar la de la cocina. Probablemente será la zona de la casa, junto con el baño, en la que más sea necesario invertir para reformarla. Sobre todo, si quieres una con muebles completamente personalizados y fabricados a medida para aprovechar cada centímetro de espacio. También si, aprovechando la reforma, te decides a cambiar también los electrodomésticos. Todo, o al menos una parte de ellos.

Antes de nada, tienes que tener en cuenta las tomas de agua y electricidad necesarias para diversos elementos imprescindibles en la cocina. Entre ellos están el fregadero, la lavadora, el lavavajillas. También los enchufes para la cocina, el horno o la nevera. Si tienes calefacción a gas, será la estancia en la que casi con total probabilidad tendrás la caldera. Por lo tanto, hay que tener en cuenta que será necesario un enchufe para ella.

Si tiene más de 12 o 13 años, habrá que valorar su cambio durante la reforma. Sobre todo si ha dado ya problemas serios. También hay que tener presente que los últimos modelos y normativas requieren que estén cerca de ventanas y desagües. Esto último es imprescindible en el caso de las calderas de condensación.

Otro aspecto a tener en cuenta son los materiales que utilizarás en suelos y paredes. También en la encimera de la cocina. Generalmente, los suelos de la cocina, al igual que sucede en los baños, serán distintos a los del resto de la casa. A la hora de elegir con qué revestirlos, es recomendable que te decidas por materiales de cierta resistencia. Hay que valorar también la elección de materiales que sean resistentes al agua y los líquidos. Entre ellos pueden estar, por ejemplo, el gres o la cerámica. Estos destacan no sólo por no alterarse con la humedad o la caída de agua. Además, son muy fáciles de limpiar.

Reforma vivienda 120 m2En el caso de las paredes, puedes jugar con componentes como la pizarra para revestir alguna de ellas, azulejos de distintos materiales, etc. En cualquier caso, también es aconsejable optar por elementos de cierta resistencia y de limpieza fácil. Para la encimera, lo mismo. Pero con una particularidad. Aquí hay que buscar materiales que ofrezcan cierta resistencia a golpes y rayaduras. Por otra parte, es imprescindible que se pueda eliminar fácilmente la suciedad de su superficie. Esto llevar casi en el 100% de los casos a optar por materiales lisos y que no ofrezcan irregularidades en su relieve.

Los muebles de la zona donde se elaboran los platos de la cocina son, generalmente, hechos a medida. Así se puede aprovechar al máximo el espacio disponible. Esto implica una tarea previa de toma de medidas del espacio disponible, de diseño de cómo se deseen los muebles de la cocina, etc. En este diseño hay que tener en cuenta los huecos que hay que dejar para colocar los electrodomésticos. Sobre todo, si van encastrados, como suele pasar con el microondas, el lavavajillas, la nevera o la lavadora.

Baños y aseos, dos de las estancias más importantes en una reforma

Además de la cocina, durante una reforma integral de una casa hay que tener especial cuidado con los baños y los aseos. En una reforma de una casa de 120 m2, lo habitual es contar con un baño principal, de mayor tamaño. También con un aseo secundario, más pequeño. Si el piso tiene unos años, lo habitual es que el baño principal tenga una bañera. Y si en él viven personas de cierta edad, o niños, puede ser conveniente sustituirla por una ducha. Esta ofrece un acceso mucho más fácil para ellos. Además, ocupan menos espacio y dejan más sitio para la instalación de otros elementos. O, sencillamente, para dejar más sitio libre para el aseo personal.

El baño completo suele tener, además de bañera o ducha, un lavabo y un inodoro. En no pocos casos, también un bidet. A estos elementos se añaden otros que aportan más comodidad y espacio de almacenamiento a la estancia. Entre ellos están los armarios, un espejo sobre el lavabo o un espacio para poder sentarse. El aseo secundario, más pequeño, suele incluir un lavabo y un inodoro. En muchas ocasiones cuenta también con una ducha pequeña, un elemento imprescindible cuando en la casa viven bastantes personas o, aunque no sea así, sus horarios coincidan.

Por lo tanto, el aseo secundario debe cobrar también importancia en una reforma. Su misión es contribuir a dar más comodidad a los habitantes de una casa. Por tanto, hay que reservar una parte notable del presupuesto de la reforma a la mejora de esta estancia.

Reforma IntegralLos elementos que se deben elegir para baño y aseo deben ser resistentes y fáciles de limpiar. Lo mismo que el suelo y las paredes. Es conveniente que la ducha cuente con una mampara de protección para evitar la salida del agua. De otra manera, los escapes de agua pueden darte más de un disgusto. Se trata de un elemento más que limpiar, pero a la larga hará más cómodas las duchas, además de incidir en una mayor limpieza del resto de elementos del baño, así como del suelo.

Salón comedor y dormitorios: atención al suelo

Una de las características más destacables del resto de estancias de una casa es que suelen tener el mismo tipo de suelo, o muy parecido. Generalmente, los suelos de dormitorios y salones en un piso suelen ser de madera o tarima. Especialmente en las viviendas de climas con inviernos más fríos. Por el contrario, en climas con inviernos más cálidos es más habitual encontrar pisos con suelos de tipo cerámico. Con ellos, la vivienda cuenta con más frescor en verano.

En el ejemplo que nos ocupa, el de la reforma de un piso de 120 metros cuadrados, debes tener en cuenta qué tipo de suelo deseas para la casa. Es muy frecuente utilizar elementos como la madera, el parquet o la tarima flotante. Pero cada vez con más frecuencia se opta por microcementos, gres y otros componentes. En cualquier caso, tendrás que pensar cuál te conviene más y elegir el más adecuado a tus gustos y presupuesto.

¿Pintar o empapelar? En cualquier caso, fuera el gotelé

En las paredes, sobre todo si el piso tiene entre 20 y 40 años, es frecuente encontrar gotelé. Este tipo de granulado se hizo muy popular entre los constructores y decoradores hacia los años 90 del siglo pasado, pero pronto pasó de moda. Quitarlo, no obstante, es un engorro, y solo es aconsejable hacerlo durante una reforma integral. De otra manera, puede dar bastantes quebraderos de cabeza.

Si las paredes son lisas, o si decides deshacerte del gotelé si lo hubiese, hay que decidir si se pintan o se empapelan con papel pintado. Esta última tendencia, en desuso durante los últimos años, está regresando con fuerza en algunos ambientes. Los papeles modernos no tienen nada que ver con los que poblaban las paredes en los 70 y 80. Ahora tienen diseños más atractivos, son mas resistentes y muchos, incluso, son lavables.

Si no te decides por el papel, prueba a dar un aire distinto a la casa a través de la pintura. Puedes pintar, por ejemplo, una de las paredes del salón o del dormitorio principal de un color distinto a las otras tres. O utilizar pizarra u otros materiales en ellas. Los únicos límites son la imaginación y tu presupuesto.

No te olvides de recibidor y pasillos

No por estar fuera de las estancias más importantes de la casa hay que olvidarse ni de pasillos ni del recibidor. En ambos casos, tanto los suelos como sus paredes son los elementos que hay que tener en cuenta.  Por lo general, se suelen elegir para ambos tipos de estancia suelos serán del mismo material que dormitorios y salón-comedor.

Las paredes de estos espacios también suelen guardar cierta homogeneidad con la del resto de estancias del hogar. Salvo con las de la cocina y el baño. Si son espaciosos, se pueden aprovechar para colocar pequeños estantes o cuadros, en el caso de los pasillos. O descalzadores y pequeños armarios en el recibidor. En este último caso, se pueden colocar también percheros para abrigos y chaquetas.

En cualquier caso, para la reforma integral de un piso de 120 m2 hay que tener en cuenta gustos y necesidades. Todo sin desviarse del presupuesto previsto. Los expertos de la empresa que contrates para el proyecto te ayudarán a conseguirlo.