Llega el buen tiempo y tanto si se tiene la suerte de disponer de un gran jardín o terraza, como si es tan solo un balcón, es importante protegerlo del sol. Así se podrá disfrutar al máximo de esos espacios exteriores de la vivienda y sacarles el mayor partido posible, sin renunciar a la elegancia.

Para empezar, para que un buen toldo cumpla con su trabajo ha de tener el tamaño adecuado a su función, estar orientado para que su eficacia sea la más óptima posible, y estar confeccionado con un buen tejido, ya que existen varias calidades en cuanto a material, densidad y tecnología de fabricación, que influirán fuertemente en el nivel de protección solar.

La actualidad trae novedades. Los clásicos diseños de sombrillas se reinventan con modelos creativos y divertidos en alegres colores para esta época del año que transfieren alegría y disfrute. Los toldos seguirán apareciendo y escondiéndose en las fachadas, con diseños de cajetín minimalistas para reducirse a la mínima expresión cuando están cerrados.

Los parasoles de brazo, por ejemplo, pueden resultar muy decorativos en cualquier parte del jardín. Estética y funcionalidad son las características de este elemento que es capaz de adaptarse a los espacios gracias a que se apoyan sobre un sólo poste con base excéntrica lo que permite modular su posición según la posición del sol sin que existan más soportes que obstruyan el espacio. Se usan cuando se necesitan y cuando se pliegan apenas ocupan sitio.

Por otro lado, los toldos vela son una solución óptima y económica para crear zonas frescas y sombreadas, proporcionando a la vivienda un diseño diferente. Estos toldos se distinguen por tener la tela de forma triangular plana y prácticamente paralela al suelo y por estar sujetos por los extremos, bien con unos postes o en la pared. El carácter ligero e imaginativo de las velas tensadas de lona responde a la necesidad de una protección más dinámica y moderna.

En cambio, las pérgolas o cenadores permiten disfrutar del exterior a la vez que se aprovecha el espacio útil de la vivienda, sobre todo si se opta por cerrarlas, así como son ideales para recrear ambientes y separar unos de otros. Se pueden mantener fijas en el jardín, para que perduren todo el año, o existen las que se desmontan cada temporada. Gracias a ellas se puede delimitar la zona de “chill-out” o de comedor dentro del jardín y darles un aire mucho más acogedor.

Hoy en día, gracias a la tecnología actual, hay pérgolas que ofrecen la posibilidad de disfrutar del espacio exterior independientemente de las condiciones meteorológicas del día. En esta materia, las pérgolas de lamas móviles bioclimáticas se han convertido en las piezas estrella. La otra opción, son las pérgolas de membrana retráctil. La evolución de los tejidos de sus membranas arquitectónicas junto con sus sistemas de raíles han conseguido asegurar la eliminación de arrugas y bolsas en techos, y sus perfiles se han reducido al mínimo consiguiendo un resultado elegante y eficiente del conjunto.

Pronto llegará el verano y entonces el sol calentará demasiado. Será necesario contar con un buen sistema de protección solar, que además unido a un sistema de nebulización para refrescar el ambiente, permita crear una zona de sombra en la que se pueda disfrutar del exterior.

Contenido validado por María Luisa De La Rubia
Socia Fundadora en Reformadisimo