Duración de una Reforma Integral: Tiempos por Fases y Consejos para No Retrasarte

El tiempo que va a durar una reforma integral es, sin duda, una de las mayores preocupaciones cuando nos planteamos renovar por completo una vivienda. **¿Cuánto tardaré en volver a tener mi casa lista?** ¿Se cumplirán los plazos pactados o se alargará la obra indefinidamente? Nadie quiere vivir eternamente entre escombros, con la casa patas arriba y la incertidumbre de no saber cuándo acabará. Por suerte, si todo va bien, una reforma integral de un piso medio puede completarse en alrededor de 3 a 4 meses. En este artículo vamos a ver los **tiempos aproximados por fases** de obra y te daremos **consejos prácticos para que tu reforma no se retrase** más de lo necesario.

Planificar la reforma con tiempo y detalle es clave para acortar los plazos de ejecución.

Hablar de una duración exacta para una reforma integral es complicado, porque **cada proyecto es diferente**. Dependerá de los metros cuadrados de la vivienda, del alcance de los trabajos (no es lo mismo solo cambiar acabados que tirar tabiques y redistribuir espacios) y de la profesionalidad de la empresa de reformas. Como orientación, la reforma integral de una vivienda estándar (70-100 m²) suele suponer entre 12 y 16 semanas de obra efectiva. Más adelante veremos el desglose por partidas, pero en general una demolición inicial puede llevar un par de semanas, las instalaciones nuevas otro par de semanas cada una, y los acabados finales alrededor de un mes adicional. Todo suma. Eso sí, elegir **profesionales especializados** y planificar bien marcará la diferencia: un equipo experimentado en reformas integrales sabrá ajustar los plazos y evitar demoras innecesarias. A continuación, pasamos a detallar cuánto dura cada fase típica de una reforma y qué puedes hacer tú para agilizar el proceso.

Índice

¿De qué depende el tiempo que dura una reforma integral?

Determinar de antemano la duración de una reforma integral sin conocer los detalles es aventurado, porque hay varios **factores clave** que influyen en los plazos:

  • Tamaño de la vivienda: Cuantos más metros cuadrados tenga el inmueble, más trabajo habrá que realizar. Un piso de 50 m² no llevará lo mismo que una casa de 150 m². Además, el número de estancias húmedas (baños, cocina) influye, ya que reformar una cocina o baño suele ser más complejo (instalaciones, alicatados) que una habitación.
  • Alcance de la reforma: No todas las reformas integrales son iguales. ¿Vas a redistribuir tabiques y cambiar completamente la distribución del espacio? ¿O mantendrás la estructura y solo renovarás acabados e instalaciones? Tirar muros, levantar otros nuevos, cambiar puertas y ventanas o renovar instalaciones añaden tiempo extra frente a una reforma más superficial.
  • Estado inicial y imprevistos: Las sorpresas ocultas tras las paredes pueden jugar un papel. En edificios antiguos es común descubrir problemas de estructura, vigas ocultas, tuberías en mal estado o cableados obsoletos que hay que sustituir. Estos imprevistos pueden extender la obra si no se habían contemplado desde el inicio.
  • Disponibilidad de materiales: Un factor a menudo infravalorado. Hay materiales y productos (azulejos especiales, muebles a medida, encimeras de cuarzo, sanitarios importados, etc.) con plazos de entrega largos. Si la obra llega a su fase final y esos materiales no han llegado, toca parar y esperar. Consejo: encarga con suficiente antelación los materiales de larga fabricación o envío (por ejemplo, los sanitarios o el mobiliario de cocina a medida) para que estén disponibles cuando los necesite el constructor.
  • Gestión y coordinación de gremios: Una reforma integral implica a muchos profesionales distintos (albañiles, fontaneros, electricistas, carpinteros, pintores…). Si la coordinación entre ellos falla, habrá tiempos muertos. Por eso es vital una buena planificación: que cada gremio sepa cuándo le toca intervenir y que el calendario de obra esté organizado. Aquí se nota la diferencia cuando contratas una empresa seria que coordina todo el proyecto, frente a intentar gestionarlo uno mismo o con equipos separados.
  • Trámites y licencias: Aunque no forma parte de la obra en sí, el tiempo de **tramitación de permisos** cuenta. Obtener una licencia de obra mayor en una gran ciudad puede llevar entre unas semanas y un par de meses, dependiendo del Ayuntamiento. A veces este papeleo se solapa con la fase de proyecto y elección de materiales, pero hay que considerarlo. Más adelante profundizaremos en cómo agilizar esta parte, pero adelanto que empezar una obra sin licencia no es una opción (te arriesgas a sanciones y parones legales).

En resumen, el tiempo total de una reforma integral puede variar desde 2 meses en casos muy sencillos (viviendas pequeñas con cambios mínimos) hasta 5 o 6 meses en casos complejos (pisos grandes con redistribución completa, muchos arreglos estructurales o imprevistos serios). La mayoría de reformas integrales de pisos estándar suelen rondar los 3 a 4 meses de duración si todo está bien planificado. En el siguiente apartado veremos cada fase típica de la obra y sus tiempos aproximados, para que te hagas una idea más concreta.

Fases de una reforma integral y tiempos por fase

Una reforma integral completa se divide en una serie de fases o etapas que se van sucediendo. Conocerlas te ayudará a entender el proceso y a calcular cuánto puede alargarse cada parte. Estas son las principales fases de una reforma integral y sus tiempos habituales:

1. Planificación inicial y trámites

Antes de que entre un solo obrero en casa, hay un trabajo previo fundamental de planificación. Aquí se incluye el diseño del proyecto (planos de la nueva distribución, elección de materiales y acabados, etc.), la elaboración del presupuesto y la obtención de las licencias de obra necesarias. Esta fase puede durar desde un par de semanas hasta varios meses, dependiendo de lo definido que tengas el proyecto y de los tiempos administrativos. Por ejemplo, un proyecto sencillo decidido en pocos días y con licencia por declaración responsable podría completarse en 2-3 semanas, mientras que una tramitación de licencia de obra mayor en Madrid puede tomar 1-2 meses. **No conviene escatimar tiempo en esta etapa**, pues una buena planificación evitará problemas durante la obra. La planificación es la clave para “robarle tiempo al tiempo” en una reforma.

2. Demoliciones y preparación

Es la primera fase “física” de la obra. Consiste en retirar todo lo viejo que ya no sirve: demoler tabiques que se van a cambiar, levantar suelos antiguos, quitar azulejos de baños y cocina, desmontar instalaciones viejas, retirar puertas, armarios empotrados antiguos, etc. También incluye el picado de revestimientos (alicatados, enfoscados) si se van a renovar por completo. Tras la demolición viene la retirada de escombros en sacas o contenedores a un gestor autorizado. ¿Cuánto tarda esta fase? Para una vivienda de tamaño medio, **las demoliciones suelen requerir 1 a 2 semanas** de trabajo. En pisos pequeños puede hacerse en menos de una semana; en casas grandes con muchas demoliciones podría alargarse algo más. Es importante no escatimar en la correcta retirada de escombros y preparación, ya que un espacio limpio y despejado facilitará el resto de la obra.

3. Construcción y obra estructural

Una vez “vaciada” la vivienda de elementos sobrantes, se pasa a la fase de obra gruesa o estructural. Aquí se levantan los nuevos tabiques o muros según la nueva distribución, se refuerzan elementos estructurales si fuese necesario, se enfosan o revocan paredes para dejarlas preparadas y se realizan las rozas (canales en paredes y suelos) para empotrar las futuras instalaciones. En esta etapa se definen físicamente los nuevos espacios de la casa (habitaciones, ampliaciones, cambios de distribución). El tiempo requerido dependerá del número de cambios: levantar unos pocos tabiques de pladur es rápido (unos días), mientras que modificar muchas paredes y revoques en toda la casa puede llevar un par de semanas. En general, **la albañilería post-demolición suele durar entre 1 y 3 semanas**. Al finalizar, la vivienda ya tiene su “esqueleto” nuevo y listo para pasar a las instalaciones.

4. Instalaciones (electricidad, fontanería y climatización)

Con la estructura definida, entran los gremios de instalaciones: los electricistas, fontaneros y otros técnicos. Se renueva por completo el sistema eléctrico (cableado, cuadro eléctrico, enchufes, iluminación) y la fontanería (tuberías de agua fría y caliente, desagües, instalación de calefacción si procede). También en esta fase se instalan las tuberías de climatización o aire acondicionado si la reforma lo incluye, así como otros sistemas especiales (domótica, alarmas, etc.). Normalmente las instalaciones se hacen antes de cubrir paredes y suelos, aprovechando las rozas abiertas por los albañiles. ¿Cuánto tarda? Aproximadamente **2 semanas para la instalación eléctrica** y **otras 2 semanas para la fontanería** de un piso medio, por lo que en unas 4 semanas se suelen completar las nuevas instalaciones principales. En proyectos muy grandes (por ejemplo, una casa unifamiliar de varias plantas) podría extenderse algo más, y en pisos pequeños tal vez en 2-3 semanas esté todo hecho. Es crucial que estas instalaciones las realicen profesionales cualificados, ya que de ello depende la seguridad y el correcto funcionamiento de tu hogar.

5. Acabados: alicatados, suelos y pintura

Llegamos a la fase de acabados, donde la casa empieza a lucir su nueva cara. Incluye varios trabajos:

  • Alicatados y solados: revestir con azulejos las paredes de baños y cocina, y colocar nuevos suelos (gres, tarima, parquet…) en toda la vivienda. Alicatar un cuarto de baño completo suele llevar alrededor de 1 semana, lo mismo la cocina (si lleva azulejos). Si hay dos baños, calcula unas 2 semanas para alicatarlos. La instalación del suelo en el resto de la casa generalmente se resuelve en 1 semana (los laminados flotantes o tarimas son rápidos de montar; los suelos de baldosas pueden llevar un poco más, sobre todo si requieren nivelar antes).
  • Carpintería y otros montajes: aquí se engloban la instalación de nuevas ventanas (que normalmente se hace tras las rozas, antes de pintar), la colocación de puertas interiores, armarios empotrados, frentes de armario, rodapiés y demás elementos de carpintería de madera. Por ejemplo, cambiar todas las ventanas de un piso puede hacerse en 2 o 3 días. Colocar puertas y armarios empotrados quizá requiera 3 a 5 días más, dependiendo de cuántos haya y si son a medida.
  • Pintura: el toque final para las paredes y techos. Pintar una vivienda completa, incluyendo preparaciones como alisado de paredes (si hubiera gotelé que quitar) y varias manos de pintura, suele tomar entre 1 y 2 semanas según el tamaño y las condiciones de las superficies.

En total, esta fase de acabados suele consumir aproximadamente **3 a 4 semanas** de trabajo en un piso promedio, sumando todos los procesos (alicatados, suelos, carpintería y pintura), aunque a veces se solapan algunos trabajos para ganar tiempo. Al terminar, la casa prácticamente estará lista a falta de los últimos detalles.

6. Remates finales y limpieza

La recta final de la reforma integral comprende los remates y comprobaciones antes de la entrega. Aquí se instalan los accesorios finales (grifos, sanitarios, enchufes, luminarias, electrodomésticos de cocina, elementos de decoración fija, etc.) y se revisa que todo funcione correctamente. También se corrigen pequeños defectos que hayan quedado: un ajuste de puerta, un retoque de silicona, un enchufe que falta, etc. Tras esto, se realiza una limpieza a fondo de la obra para quitar todo el polvo y dejar la vivienda habitable. Esta etapa suele durar entre 3 y 7 días en total. Es importante no saltarse los remates: una buena empresa de reformas se asegurará de que todo quede perfecto y a tu satisfacción antes de dar la obra por finalizada.

En conjunto, sumando todas las fases anteriores, obtenemos esos famosos 3-4 meses de obra para una reforma integral estándar. Puede ser un poco menos si la coordinación es excelente y no surge ningún contratiempo, o algo más si aparecen dificultades. A continuación, puedes ver de forma visual un par de ejemplos reales de reformas integrales para hacerte una idea del proceso y del resultado final:

Consejos para que tu reforma no se retrase

Ahora que conocemos los tiempos, hablemos de cómo asegurarnos de que la reforma cumple los plazos previstos. Aunque siempre puede haber algún imprevisto fuera de nuestro control, la mayoría de retrasos se pueden minimizar si seguimos estas recomendaciones:

  1. Define el proyecto al detalle antes de empezar: Dedica tiempo a planificar la reforma y a tomar todas las decisiones por adelantado. ¿Cómo será la nueva distribución? ¿Qué calidades y acabados quieres? ¿Qué elementos son prioritarios y cuáles opcionales? Cuanto más cerrado dejes el diseño y la selección de materiales antes de iniciar la obra, menos pausas habrá después para “pensar” o cambiar cosas. Evita improvisar a mitad de reforma.
  2. Elige una empresa fiable y firma un contrato con plazos: Pon tu proyecto en manos de profesionales con experiencia y buenas referencias. Una empresa de reformas integral de confianza te ofrecerá un contrato por escrito detallando el alcance de los trabajos, el precio y también los plazos de ejecución. Léelo bien y asegúrate de que incluye fechas aproximadas de finalización por cada fase o para la obra completa. **Trabajar con contrato** te da herramientas para exigir el cumplimiento de los tiempos (e incluso penalizaciones por retraso, si se pactan) y evita malentendidos.
  3. Gestiona con antelación los permisos y licencias: No dejes la burocracia para el último momento. Infórmate bien de qué permisos necesitas (en una reforma integral generalmente es necesaria una Licencia Urbanística de obra mayor) y tramítalos con suficiente margen. Por ejemplo, en Madrid una licencia puede tardar unas semanas en concederse. De hecho, la normativa urbanística española (por ejemplo el Real Decreto 2187/1978) establece plazos estándar: tras obtener la licencia de obra, se dispone de 1 año para iniciar los trabajos y 3 años para finalizarlos. Si demoras mucho el comienzo o la obra se alarga demasiado, podrías tener problemas con la licencia caducada. En resumen: papeleo al día para que nada detenga tu reforma.
  4. Supervisa la obra y comunica con frecuencia: Aunque contrates a una empresa que gestione todo, es recomendable que como cliente te mantengas al tanto del progreso. Acuerda visitas periódicas a la obra (por ejemplo, una vez por semana) para ver la evolución, resolver dudas y detectar a tiempo cualquier desviación. Habla con el jefe de obra o project manager con confianza: si algo no va según lo previsto, es mejor enterarse pronto y buscar soluciones rápidas. Una buena comunicación evitará malos entendidos y permitirá reaccionar ante cualquier contratiempo antes de que se agrave.
  5. Mantén la calma y sé flexible ante lo imprevisto: Por muy bien planificado que esté todo, hay factores que nadie puede controlar al 100%. Un clima extremadamente húmedo puede retrasar el secado de los materiales; un proveedor puede fallar en el último momento; o simplemente surgen sorpresas tras derribar una pared. En esas situaciones, conviene conservar una actitud paciente y comprensiva. Es normal sentir frustración si algo se retrasa, pero **mejor una reforma bien hecha aunque tome un poco más de tiempo, que correr y tener chapuzas**. Si escogiste una buena empresa, ten la seguridad de que harán lo posible por minimizar demoras y te entregarán tu casa a punto cuanto antes, sin comprometer la calidad.

Tabla de tiempos por partidas y estancias

Para resumir toda la información anterior de forma clara, a continuación encontrarás una tabla con los tiempos aproximados que suele requerir cada partida principal de una reforma integral, así como la duración típica de una reforma si nos centramos solo en estancias específicas (como reformar solo la cocina o solo el baño). Ten en cuenta que son valores medios orientativos; cada obra puede variar según sus particularidades:

Tabla de tiempos aproximados de una reforma integral, por partidas de obra y por estancias principales.
Partida / Trabajo Duración aproximada
Demoliciones iniciales 1–2 semanas
Albañilería (nuevos tabiques, enfoscados) 1–3 semanas
Instalación eléctrica completa ~2 semanas
Instalación de fontanería (agua y desagües) ~2 semanas
Alicatado en baños y cocina ~1 semana por estancia
Instalación de suelos (pavimentos) ~1 semana
Instalación de ventanas nuevas 2–3 días
Pintura de paredes y techos 1–2 semanas
Carpintería interior (puertas, armarios) 3–5 días
Remates finales y limpieza 3–7 días
Duración de la reforma por estancia (aprox.)
Reforma integral de cocina 3–12 semanas
Reforma completa de baño 2–5 semanas
Reforma de salón o dormitorio 1–3 semanas

Como ves, cada fase y cada elemento de la reforma tiene sus tiempos. La suma de todos ellos da el total de meses que estarás “en obras”. **La clave está en planificar y coordinar bien** para que unas tareas no se queden esperando a otras. Si eliges buenos profesionales y te anticipas en las decisiones, tu reforma integral podrá ajustarse al calendario previsto e incluso terminar antes de lo esperado.

¿Quieres que tu reforma integral cumpla plazos y salga perfecta? En Reformadísimo ponemos a tu disposición un equipo experto que planificará tu obra al milímetro para evitar demoras innecesarias. Estamos listos para ayudarte a transformar tu hogar sin sorpresas y en el tiempo acordado.

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Preguntas frecuentes

¿Cuánto tiempo dura una reforma integral completa?

Por término medio, una reforma integral de una vivienda de tamaño estándar (en torno a 80-100 m²) suele requerir de 3 a 4 meses de obras. No obstante, la duración exacta dependerá de la envergadura de los trabajos y de otros factores: si la casa es más grande, si se cambian muchas distribuciones, si surgen imprevistos o si se retrasa la llegada de materiales, el proyecto podría alargarse a 5 o 6 meses. En cambio, reformas de pisos pequeños o con menos cambios estructurales podrían completarse incluso en 2 meses. Cada reforma es única, pero es importante acordar un plazo realista con la empresa antes de empezar.

¿Hace falta licencia de obra para una reforma integral y cuánto tarda?

Sí. Para la mayoría de reformas integrales es obligatoria una licencia de obra mayor otorgada por el Ayuntamiento. Tramitarla suele requerir la elaboración de un proyecto por un arquitecto y el pago de tasas municipales. El plazo de concesión varía según la localidad: en ciudades grandes puede tardar de 1 a 2 meses (o más si la administración está saturada). Algunas reformas pueden acogerse a una declaración responsable o comunicación previa (un procedimiento más ágil, casi inmediato, entregando la documentación técnica). En todo caso, no inicies las obras sin licencia; hacerlo podría acarrear multas y la paralización de la reforma por parte del Ayuntamiento.

¿Puedo vivir en mi casa durante la reforma integral?

No es recomendable residir en la vivienda durante una reforma integral de gran envergadura. Este tipo de obras genera mucho ruido, polvo y cortes de suministros (agua, electricidad) que hacen prácticamente inhabitable la casa por semanas. Además, los operarios necesitan espacios despejados para trabajar. Lo habitual es mudarse temporalmente mientras duren los trabajos principales. Si la reforma se realiza por fases (por ejemplo, reformando primero unas habitaciones y luego otras) podría intentarse habitar una parte de la casa, pero sigue siendo incómodo y suele ralentizar la obra porque los obreros tienen que trabajar “a medias”. Lo ideal es planificar alojarse en otro sitio durante esos meses para permitir un avance continuo de la reforma.

¿Cómo puedo evitar retrasos en la reforma de mi vivienda?

La clave para que una reforma termine a tiempo está en la planificación previa detallada y en la buena gestión del proyecto. Antes de comenzar, define bien qué quieres hacer, selecciona todos los materiales (azulejos, sanitarios, muebles a medida, etc.) con antelación y coordina la compra para que estén disponibles cuando se necesiten. También contrata profesionales de confianza con experiencia en reformas integrales y firma un contrato donde se especifiquen plazos de ejecución. Durante la obra, mantén una comunicación fluida con el responsable y sé flexible ante contratiempos menores (a veces surgen imprevistos). Siguiendo estos consejos, minimizarás las probabilidades de retraso en la entrega de tu reforma.