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Una arqueta es un elemento de la red de saneamiento que funciona como un pequeño depósito o cámara subterránea donde se conectan, desvían, registran o inspeccionan las tuberías de agua residual, pluvial o de drenaje. Su principal función es facilitar el mantenimiento y la inspección de la instalación, permitiendo la limpieza y el desatasco de las tuberías sin necesidad de realizar obras mayores.

Las arquetas son esenciales en cualquier edificación o urbanización, ya que permiten un mejor control de la evacuación de aguas y ayudan a prevenir atascos, filtraciones o problemas de acumulación de residuos sólidos en el sistema de saneamiento.

Tipos de arquetas según su función

Dependiendo de su ubicación y el tipo de red a la que pertenecen, las arquetas pueden clasificarse en los siguientes tipos:

Arqueta de paso

Permite la continuidad de una tubería sin cambios de dirección significativos. Se emplea en redes de saneamiento para facilitar inspecciones intermedias.

Arqueta de reunión o distribución

Recoge el agua de varias tuberías y la conduce a un único conducto de salida. Se usa en patios, jardines y garajes donde convergen desagües de diferentes zonas.

Arqueta sifónica

Incluye un sifón para retener los malos olores y evitar que gases del alcantarillado suban a la superficie. Es común en instalaciones de saneamiento de edificios y viviendas.

Arqueta de registro

Diseñada para facilitar la inspección y limpieza de la red de saneamiento. Cuenta con una tapa que permite el acceso al interior sin necesidad de excavaciones.

Arqueta separadora de grasas

Se instala en cocinas industriales y zonas de restauración para evitar que las grasas y aceites entren en la red de alcantarillado. Funciona reteniendo los residuos grasos en su interior para su posterior limpieza.

Arqueta de tormentas

Diseñada para regular el flujo de aguas pluviales en épocas de fuertes lluvias, evitando inundaciones en la red de drenaje.

Materiales utilizados en la construcción de arquetas

Las arquetas pueden fabricarse con distintos materiales, dependiendo del tipo de instalación y las condiciones del terreno:

  • Hormigón: Muy utilizado por su resistencia mecánica y durabilidad, especialmente en redes urbanas y de alcantarillado.
  • Ladrillo: Común en construcciones antiguas o pequeñas instalaciones domésticas.
  • PVC o polipropileno: Material ligero y resistente a la corrosión, utilizado en instalaciones modernas de saneamiento.
  • Prefabricadas: Arquetas de plástico o fibra de vidrio que se instalan fácilmente y reducen tiempos de obra.

Ubicación y mantenimiento de las arquetas

Las arquetas suelen instalarse en puntos estratégicos de la red de saneamiento para permitir un fácil acceso en caso de inspección o reparación. Su mantenimiento es fundamental para evitar problemas de atascos o acumulación de residuos:

  • Limpieza periódica: Es recomendable revisar y limpiar las arquetas cada cierto tiempo para evitar obstrucciones.
  • Inspección de conexiones: Revisar que las uniones entre tuberías sean estancas y no presenten fugas.
  • Control de olores: En arquetas sifónicas, verificar que el agua del sifón no se haya evaporado, lo que podría permitir la salida de gases desagradables.

Para terminar, las arquetas son un componente clave en la infraestructura de saneamiento, ya que facilitan la distribución, inspección y mantenimiento de las tuberías de drenaje. Su correcta instalación y mantenimiento aseguran un funcionamiento eficiente de la red de alcantarillado, evitando problemas como atascos, malos olores o filtraciones. Elegir el tipo de arqueta adecuado y realizar un mantenimiento regular garantiza la durabilidad y eficiencia del sistema de saneamiento en cualquier edificación o espacio urbano.