El término ignífugo se refiere a la capacidad de un material para resistir el fuego y no arder fácilmente, o para retardar la propagación de las llamas en caso de incendio. Este atributo es crucial en la construcción y la fabricación de productos, ya que puede significar la diferencia entre una rápida propagación del fuego y la contención del mismo, proporcionando un margen de tiempo vital para la evacuación y la respuesta de emergencia.
En la arquitectura y la construcción, la utilización de materiales ignífugos es fundamental para cumplir con los códigos de seguridad y normativas contra incendios. Por ejemplo, los paneles de yeso, ciertas pinturas, revestimientos y aislamientos pueden ser fabricados o tratados para ser ignífugos, proporcionando una protección adicional a edificios residenciales, comerciales e industriales. Además, se utilizan en la fabricación de muebles, cortinas, alfombras y otros elementos decorativos para minimizar el riesgo de incendio en espacios interiores.