La veta es el patrón natural que se observa en la superficie de materiales como la madera, el mármol, la piedra o ciertos metales, y que está formado por las variaciones en la textura, el color y la disposición de las fibras o minerales. En el caso de la madera, la veta se refiere a las líneas y bandas que aparecen en la superficie debido al crecimiento del árbol, y que son una manifestación visible de la estructura interna del material. Estas vetas pueden ser rectas, onduladas, en espiral o en otras formas complejas, dependiendo del tipo de madera y cómo fue cortada.
En la carpintería y la decoración, la veta de la madera es un aspecto crucial, ya que su apariencia influye en la elección del material para diferentes aplicaciones. Las maderas con vetas atractivas y bien definidas, como el roble, el nogal o el cerezo, son altamente valoradas por su belleza natural y se utilizan en la fabricación de muebles, suelos, paneles y elementos decorativos. La dirección de la veta también afecta a la resistencia y la durabilidad de la madera, así como a su trabajabilidad en la carpintería.
Además de la madera, otros materiales como el mármol y ciertas piedras naturales también presentan vetas, que son formaciones minerales que han cristalizado en bandas o líneas durante largos períodos de tiempo. Estas vetas son muy apreciadas en la arquitectura y el diseño de interiores, donde se utilizan para crear superficies de lujo en encimeras, suelos, revestimientos y elementos decorativos.
Las vetas pueden realzarse o suavizarse mediante diferentes técnicas de acabado, como el lijado, el barnizado, el teñido o el pulido, dependiendo del efecto deseado. En algunos casos, se busca resaltar la veta para hacerla el foco visual, mientras que en otros se prefiere un acabado más uniforme y discreto.