Las cocinas modernas, además de coincidir en muchos casos, en un diseño y apariencia espectaculares, tienen otra cosa en común. Algunos de sus electrodomésticos, o todos, están integrados con el resto de los muebles. En la actualidad ya es habitual que al menos la nevera y el horno estén acoplados al resto de muebles. Esta solución, la de tener los electrodomésticos integrados, también es frecuente en cocinas más antiguas, en las que el espacio escasea. Por ejemplo, en las de los apartamentos y los pisos pequeños, aunque ya tengan algún tiempo.

El motivo es que el diseño procura que todo ocupe el menor espacio posible. Al mismo tiempo, es importante que la optimización espacial no repercuta ni en la usabilidad de mobiliario y electrodomésticos ni en la estética. De ahí la pujanza de los electrodomésticos integrados. Estos, además de cumplir su función, ofrecen todo tipo de ventajas sobre los modelos tradicionales, como veremos a continuación.

Electrodomésticos integrados: menos espacio y más uniformidad

Además de, como hemos mencionado, optimizar el espacio disponible, este tipo de electrodomésticos ofrecen todo tipo de ventajas. Quizá la más evidente es que cuando entras en una cocina en la que hay electrodomésticos integrados no parece que estén. Esto puede parecer un poco extraño, porque por ejemplo, si se integran todos los electrodomésticos, parecerá que solo hay armarios y la placa de cocina. Pues detrás de algunas de las puertas podrás encontrar la nevera, el microondas o la lavadora.

Hasta que no las abres, parecerá que esos electrodomésticos no están, y mientras tanto, la cocina tendrá un aspecto uniforme. Esta es otra de las ventajas de los electrodomésticos que tienen este formato: la uniformidad de aspecto que dan a la cocina. Eso sí, para que esto sea posible tienen alguna que otra diferencia con respecto a los electrodomésticos convencionales. Para empezar no cuentan con panel frontal. Como resultado, todos sus elementos quedan ocultos a la vista en un primer momento. Incluso los controles y los mandos. Estarán accesibles, pero para poder llegar a ellos tendrás que abrir la puerta que los oculta de la vista.

Esto es una ventaja sobre todo en las cocinas que están abiertas al salón. El aspecto de los muebles de cocina será uniforme, y por su frontal no desentonarán tanto con el resto del espacio. Así se evita que el impacto visual de la cocina con respecto al salón sea tan acusado, cuando comparten estancia. Así, parecerá que la zona de cocinar solo tiene unos cuantos muebles, en vez de un montón de electrodomésticos rompiendo la estética general.

Esto también es importante en cocinas que sigan una estética muy marcada. Por su estilo, los electrodomésticos a la vista suelen quedar peor en entornos en los que el contraste visual de los muebles con ellos es muy notable. El máximo exponente de esto se da en las cocinas de estilo rústico, con muebles en color madera, en sus distintos tonos. Los electrodomésticos a la vista no suelen quedar bien en ellos, porque rompen radicalmente la estética. Pero si los ocultas, el efecto es muy bueno, y queda mejor a la vista.

Aunque parezca que los electrodomésticos integrados ahorran poco espacio, la ausencia de botoneras, puertas con saliente, mangos y picaportes sí reduce bastante la sensación de que el espacio es menor. Además, al pasar, se minimizan los puntos en los que golpearse o engancharse. Esto, sobre todo en las cocinas pequeñas, es importante, y puede suponer la diferencia entre que puedan estar dos personas al mismo tiempo en ella sin golpearse o no.

Por otro lado, al estar todos los electrodomésticos ocultos, no habrá una diferencia de tamaño entre unos y otros, y ninguno sobresaldrá con respecto a los muebles de la cocina. Este es un problema bastante recurrente en las cocinas. Sobre todo cuando hay que cambiar un electrodoméstico por otro, momento en el que al colocar el nuevo podemos toparnos con que es más profundo que el anterior y queda incluso por delante del resto de los muebles. Esto también reduce el espacio disponible en la cocina.

Mayor limpieza

Los electrodomésticos integrados permiten que la suciedad, tan abundante en las cocinas, tenga menos espacios en los que asentarse. Los espacios en los que suelen estar instalados estos tipos de aparatos quedan ocultos tras puertas. Por lo tanto, es muy poco probable que la suciedad y la grasa que suele haber en las cocinas lleguen a ellos. En su lugar se quedarán en la parte exterior de los armarios. Y por descontado, estas puertas son mucho más sencillas de limpiar que los electrodomésticos.

También se evita la suciedad, que suele acumularse entre los electrodomésticos y los muebles que tienen al lado. Por sus características, los electrodomésticos no quedan completamente encajados en el espacio que tienen disponible. Sus paredes tampoco están pegadas a las de los muebles con los que limitan. Como resultado, la suciedad tiende a acumularse entre ellos. Sobre todo, en el suelo. Y como el espacio en cuestión suele ser bastante pequeño y estrecho, imposible de limpiar en prácticamente todos los casos.

Mientras tanto, como los electrodomésticos integrados están encajados dentro de un espacio oculto, y no quedan espacios con los muebles que les rodean, la suciedad no se acumula, no hay sitio para que esto suceda. Por tanto, no hay por qué limpiarlo. Aquí hay otra ventaja: tardarás menos tiempo en limpiar la cocina, y además te resultará más sencillo hacerlo.

Menos modelos

Pero no todo es tan sencillo con los electrodomésticos integrados. Por ejemplo, no hay tantos modelos disponibles. Esto se debe a que es necesario prepararlos sin los frontales que suelen llevar. Los frontales quedan sustituidos por las puertas de los armarios que los ocultan, a las que suelen ir enganchados. Por tanto, no son necesarios.

Otra de las complicaciones que presentan es la necesidad de que los instale un técnico. E incluso un técnico y un profesional encargado de la instalación de cocinas y muebles preparados para la instalación de electrodomésticos integrados. Aún así, sus ventajas son muy superiores a los inconvenientes, por lo que son cada vez más populares.

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Contenido validado por María Luisa De La Rubia
Socia Fundadora en Reformadisimo