La contrahuella es el elemento vertical que se encuentra entre dos peldaños consecutivos en una escalera. Su función principal es proporcionar continuidad y rigidez a la estructura de la escalera, además de determinar la altura entre cada escalón, lo que influye directamente en la comodidad y seguridad al subir o bajar.
El diseño de la contrahuella debe cumplir con criterios ergonómicos y normativos para garantizar una circulación fluida y evitar esfuerzos innecesarios al usuario. Por esta razón, su altura suele oscilar entre 15 y 18 cm, dependiendo del tipo de construcción y de las regulaciones locales.
Función y características de la contrahuella
Las contrahuellas desempeñan varias funciones importantes en una escalera:
- Estructural: Aporta estabilidad al conjunto de la escalera, evitando que los peldaños cedan o vibren con el uso.
- Ergonómica: Una altura de contrahuella adecuada permite un uso cómodo de la escalera sin que los pasos sean demasiado cortos o largos.
- Seguridad: Reduce el riesgo de tropiezos al proporcionar una superficie continua entre los escalones.
- Estética: Su diseño y material pueden integrarse con la huella y el resto de la escalera para lograr un acabado uniforme y armónico.
Materiales utilizados en contrahuellas
Las contrahuellas pueden fabricarse en diversos materiales, dependiendo del diseño y la funcionalidad de la escalera:
- Hormigón: Se utiliza en escaleras estructurales de edificios, aportando resistencia y durabilidad.
- Madera: Común en escaleras interiores de viviendas, ofreciendo un acabado cálido y decorativo.
- Cerámica o piedra: Se emplean en escaleras de exteriores o interiores con acabados elegantes y resistentes.
- Metal: Utilizado en escaleras industriales o de diseño moderno, especialmente en estructuras metálicas.
- Vidrio o acrílico: En escaleras de diseño contemporáneo, aportando ligereza visual y modernidad.
Contrahuella cerrada vs. abierta
Dependiendo del diseño de la escalera, la contrahuella puede ser:
- Cerrada: Es la opción más común, donde la contrahuella es un elemento sólido que conecta completamente los escalones. Mejora la seguridad y la estabilidad de la escalera.
- Abierta o escalera flotante: En algunos diseños modernos, se prescinde de la contrahuella, dejando un espacio abierto entre los peldaños. Esto aporta ligereza visual y permite mayor paso de luz, pero puede hacer la escalera menos segura para niños y personas mayores.
Importancia del diseño de la contrahuella
El diseño de la contrahuella debe considerar varios aspectos clave:
- Altura uniforme: Variaciones en la altura de la contrahuella pueden generar tropiezos y hacer que la escalera sea incómoda de usar.
- Proporción con la huella: Existe una relación recomendada entre la altura de la contrahuella y la profundidad de la huella para garantizar comodidad. Una fórmula comúnmente utilizada es la de Blondel: 2×contrahuella+huella=60?64 cm
- Acabado antideslizante: En escaleras de alto tránsito, es recomendable que la contrahuella tenga acabados que eviten resbalones.
En definitiva, la contrahuella es un elemento esencial en el diseño y construcción de escaleras, ya que influye tanto en la seguridad como en la comodidad del usuario. Su correcta proporción con la huella y la elección de materiales adecuados garantizan una escalera funcional, segura y estéticamente armoniosa. Un diseño bien ejecutado mejora la accesibilidad y previene riesgos en cualquier tipo de edificación.