A la hora de llevar a cabo una reforma integral se requiere de un equipo de trabajo bastante amplio. Es aquí cuando surgen las dudas acerca de cuál es el papel y la responsabilidad de cada uno. Por este motivo, queremos aclarar dos profesiones que nos parecen muy importantes para el buen desarrollo de una reforma. El aparejador y arquitecto. ¿Son lo mismo? ¿En qué se diferencian?
¿Cuáles son las diferencias entre aparejador y arquitecto?
Para muchas personas ambos profesionales cumplen con la misma función, ya que la diferencia entre ambos puestos es mínima. No obstante, es fundamental hacer una aclaración de conceptos.
En primer lugar, cuando hablamos de un aparejador estamos hablando de un arquitecto técnico. Por lo tanto, es normal que muchas personas consideren que tanto aparejador y arquitecto son lo mismo. Sin embargo, si analizamos detenidamente sus competencias podemos observar alguna diferencia.
Mientras que el arquitecto es el autor del proyecto, llevando el control general de la obra, el aparejador lo hace de manera más puntual. Es decir, un arquitecto se encarga de la dirección de una reforma desde el punto de vista más amplio. Supervisa los aspectos técnicos, medioambientales, estéticos, licencias y demás permisos, así como el cumplimiento de todas las condiciones del proyecto. Funciones del arquitecto en una reforma.
Por su lado, el aparejador se encarga de realizar una labor más puntillosa. O lo que es lo mismo, es el responsable de controlar la calidad y la cantidad del proyecto ejecutado. En resumen el arquitecto diseña un plan y el aparejador vigila que se cumpla a rajatabla.
¿A qué es debida esta confusión entre profesiones?
Las dudas comenzaron a surgir cuando en el año 1964 el título de aparejador pasó a ser la titulación universitaria de arquitecto técnico. Ambos títulos tienen la misma validez, pero cumplen con competencias diferenciadas como hemos visto antes.
Con el paso del tiempo y según el plan Bolonia, esta titulación cambió de nuevo su nombre para pasar a llamarse ingeniería de la edificación. Si nos paramos a observar las diferentes universidades españolas no todas mantienen esta nomenclatura. Por ejemplo, hay instituciones que lo llaman Grado en Ingeniería de la Edificación, otras de Arquitectura Técnica y otras de Ciencias y Tecnologías de la Edificación.
Ante tanto cambio es lógico que surgieran las dudas. El público en general empezó a considerar como idénticas las labores de aparejador y arquitecto. Tal es así, que para evitar confusiones habría que recurrir a la Ley de Ordenación de la Edificación del año 1999. Es aquí donde vienen reguladas las competencias de ambas profesiones, así como sus funciones particulares a desempeñar en una obra o reforma.
Competencias de un arquitecto
El arquitecto es la persona encargada de estudiar el terreno y elaborar un proyecto. Asimismo, su papel reside en llevar a cabo la dirección arquitectónica de las obras. Supervisa el diseño de la edificación, así como su verificación según los trabajos realizados.
Sus áreas de trabajo se centran en:
- Establecer los objetivos y requerimientos de un proyecto de construcción, incluido su presupuesto.
- Diseñar el proyecto de obra.
- Comunicar los permisos y licencias que se necesitan para llevar a cabo la reforma.
- Especificar la calidad y naturaleza de los materiales a usar.
- Negociar con otros profesionales y contratistas.
- Coordinar y supervisar los trabajos.
- Mantener reuniones con el aparejador para comprobar la correcta marcha del proyecto.
Competencias de un aparejador
El aparejador es el encargado de la dirección de la ejecución de las obras según el proyecto diseñado por el arquitecto. En todo momento, su responsabilidad reside en que la reforma esté correctamente ejecutada.
En definitiva, sus competencias se centran en:
- Tasaciones y valoraciones inmobiliarias.
- Certificados energéticos.
- Informes periciales.
- Certificados para la expedición de licencias.
- Certificados de antigüedad del inmueble.
- Informes de inspección técnica de edificios.
- Planes de seguridad.
- Control de la calidad de las obras.
- Coordinación de los equipos de trabajo.
- Asesoramiento técnico tanto a propietarios como a promotores y constructores.
- Resolver los problemas o contingencias que pueden llegar a surgir en el desarrollo del proyecto de construcción.
- Asegurar que se cumple con el presupuesto establecido por el arquitecto.
- Controlar que los materiales utilizados son los prescritos por el arquitecto.
En definitiva, si una reforma fuera una pieza musical. El arquitecto sería su compositor y el aparejador el director de orquesta.
¿Por qué es importante la presencia de ambas figuras en una reforma?
Contar con la profesionalidad de ambos es realmente necesario para que una reforma llegue a buen puerto. Si quieres evitar problemas, retrasos en la obra y otra clase de inconvenientes, necesitas de un aparejador y arquitecto. En Reformadísimo ponemos a tu disposición a un completo equipo de trabajo para que tu obra siempre esté en las mejores manos. Ponte en contacto con nosotros para más información. Te presentaremos un presupuesto sin compromiso basado en las necesidades reales de tu reforma. ¡Te esperamos!
CONTENIDO VALIDADO POR MARÍA LUISA DE LA RUBIA
Socia Fundadora en Reformadisimo