Aunque este año parece que el frío no acaba de llegar , los sistemas de calefacción se pusieron en marcha hace ya unos meses y puesto que los sistemas de climatización son una de las principales fuentes de consumo energético doméstico en España, la búsqueda de la opción más eficiente es una necesidad.
Los tipos de calefacción se pueden dividir según la fuente de energía (biomasa, geotérmica, solar, eléctrica y gas) o según el aparato o sistema a partir del cual se obtiene el calor (suelo radiante, bomba de aire, eléctrica por acumuladores, eléctrica por convectores, emisores termoeléctricos y calderas con radiadores de agua).
Por su popularidad, se podría decir que son cuatro los sistemas de calefacción más populares en España:
- la calefacción de caldera,
- los radiadores eléctricos,
- las bombas de calor
- y la calefacción por aerotermia.
Luego dentro de ellos existen múltiples variantes de las que va a depender la eficiencia del sistema.
La calefacción de caldera más eficiente es la de gas natural de condensación que consigue ahorros sobre las convencionales de un 25%, aunque a cambio se tendrá que desembolsar algo más para su adquisición, de manera que antes se amortizará este sobrecoste a mayor uso que se le dé al sistema. El coste mensual de este tipo de calefacción sin ser barato, no se dispara. El gas natural tiene como inconveniente el coste de instalación ya que hay que contar con un depósito o conectarse a la tubería de suministro, lo que supone una obra más compleja. Además se hace imprescindible contar con una caldera y un sistema de radiadores que funcionen unidos a través de un circuito.
Si se habla de radiadores eléctricos, ya sean de calor azul o los convencionales, su coste será más alto que en el caso de la caldera de gas. Se trata de uno de los sistemas de calefacción más habituales, debido a su instalación sencilla, su mantenimiento y seguridad. Se estima que para la producción de un kw térmico se necesita 1 kwh. Lo que da una idea de que no es el sistema más eficiente, y acabará por notarlo el bolsillo. A la hora de decantarse por este sistema se debe pensar que, aunque su instalación es mucho más barata que un sistema de calefacción a gas, ya que no se requiere de obra alguna para su colocación, la tarifa eléctrica resulta más costosa que el gas natural corriente.
La bomba de calor es un sistema que permite tener calefacción en invierno y aire acondicionado en verano con un solo aparato, lo que abarata la inversión. Puede ser geotérmica, si la fuente de la que extraen el calor está dentro de la tierra, o aerotérmica, cuando lo extraen del aire del exterior, que son las más comunes. Es el sistema de calefacción más eficiente, con un rendimiento de más de un 300% y un coste de 0,005 kwh., ya que consume menos energía para alcanzar la temperatura deseada. El inconveniente, que el calor se dispersa con facilidad.
Y por último, pero cada vez más popular, es el sistema de suelo radiante. Es el mejor para los climas fríos. Consiste en una instalación de cables o tuberías debajo del suelo, por los que circula el agua a alta temperatura. Esto provoca un desprendimiento de calor que se propaga y calienta el ambiente de la vivienda. Este sistema de calefacción permite ahorrar entre el 10 y el 30% el consumo de calefacción y no reseca el ambiente. El inconveniente es la elevada inversión inicial.
La calefacción es imprescindible para lidiar con las bajas temperaturas. Sin embargo, no todas las viviendas necesitan el mismo sistema y la elección de uno u otro dependerá de muchos factores: desde la ubicación a la climatología y aislamiento, pasando por el tamaño, la distribución de la casa o el número de habitantes.
Elija el que se elija, al final hay que comparar y valorar todos los factores hasta llegar, con la ayuda de un profesional en el sector, a la elección del sistema de calefacción que más interese por precio y características.
CONTENIDO VALIDADO POR MARÍA LUISA DE LA RUBIA
Socia Fundadora en Reformadisimo