El alféizar es la parte inferior y saliente del hueco de una ventana, que se encuentra tanto en el interior como en el exterior del muro. Su función principal es proteger la estructura de la vivienda o edificio y desviar el agua de lluvia lejos de la fachada, evitando que se infiltre y cause daños a la mampostería. En la parte exterior, el alféizar suele tener una ligera inclinación y, en muchos casos, un borde sobresaliente que facilita el drenaje del agua hacia afuera.

El alféizar también tiene un papel importante desde un punto de vista estético y funcional. Puede estar fabricado de diferentes materiales, como piedra, cerámica, ladrillo, aluminio, o PVC, dependiendo del estilo arquitectónico y las características climáticas de la región. Los alféizares de piedra o cerámica son comunes en construcciones tradicionales y aportan un toque decorativo, mientras que los de metal o PVC son habituales en construcciones modernas por su ligereza y resistencia a la intemperie.

En el interior, el alféizar puede servir como una repisa donde se pueden colocar objetos decorativos como plantas, fotografías o adornos. Además, un buen diseño de alféizar mejora el aislamiento térmico y acústico del hueco de la ventana, ayudando a mantener el confort dentro de la vivienda.