El apeo es una técnica utilizada en las reformas para proporcionar soporte temporal a una estructura o parte de ella mientras se llevan a cabo trabajos de reparación, remodelación o construcción. Consiste en la instalación de soportes provisionales, generalmente puntales o estructuras de madera, metal o cualquier otro material resistente, que se colocan para evitar el colapso de muros, techos o cualquier elemento que requiera apoyo adicional durante el proceso de intervención.
El apeo es fundamental en situaciones en las que un edificio o estructura está siendo sometido a modificaciones significativas, como la apertura de nuevos huecos en paredes de carga, el reemplazo de vigas o el refuerzo de estructuras deterioradas. También se utiliza para estabilizar construcciones antiguas que presentan signos de deterioro hasta que se pueda realizar una intervención definitiva. Estos soportes se colocan de manera estratégica para distribuir las cargas de forma segura y asegurar la estabilidad de la estructura mientras se realizan las obras necesarias.
En el caso de trabajos de demolición parcial, el apeo también se emplea para mantener la estabilidad de las partes que no serán derribadas. La planificación y el diseño del sistema de apeo deben ser realizados por profesionales cualificados, ya que cualquier fallo en la estructura temporal podría tener consecuencias graves para la seguridad del edificio y de las personas que trabajan en la obra. Los puntales y otros sistemas de apeo se retiran solo cuando la estructura ha sido restaurada o reforzada adecuadamente y puede soportar de nuevo las cargas sin riesgo.
Diferencia entre apeo y apuntalamiento: Aunque el apeo y el apuntalamiento son técnicas relacionadas, existen diferencias importantes entre ambos términos. El apeo se refiere al soporte preventivo, temporal e integral de elementos estructurales, abarcando tanto el uso de puntales como de otros sistemas de refuerzo. Es especialmente común en proyectos de rehabilitación de edificios históricos o en la apertura de grandes huecos en muros de carga, donde se necesita un soporte más elaborado para mantener la estabilidad de la estructura mientras se realizan los trabajos. Por otra parte, apuntalar es una técnica más específica que se centra en el uso de puntales verticales para proporcionar soporte a un elemento que ha perdido estabilidad o que necesita un refuerzo temporal. El apuntalamiento es más común en situaciones de emergencia, como el riesgo de colapso de una parte de un edificio.