Una bajante es un conducto vertical que forma parte de los sistemas de desagüe de un edificio, diseñado para transportar las aguas residuales, pluviales (agua de lluvia) u otras aguas desde las partes altas, como techos, terrazas y pisos, hasta el nivel inferior donde se conectan con la red de alcantarillado o sistema de drenaje. Las bajantes son fundamentales para asegurar el correcto flujo de agua fuera de las estructuras, evitando problemas de humedad, filtraciones y acumulación de agua que podrían dañar la construcción y su entorno.
Las bajantes suelen estar hechas de materiales resistentes a la corrosión y duraderos, como PVC, hierro fundido, acero inoxidable o incluso hormigón, dependiendo del tipo de instalación y las características del edificio. El PVC es el material más común para bajantes en construcciones modernas debido a su ligereza, resistencia a la humedad y facilidad de instalación. Sin embargo, en edificios antiguos o industriales, las bajantes de hierro fundido son frecuentes por su robustez y capacidad para soportar mayores cargas.
Las bajantes de agua pluvial, que recogen el agua de lluvia desde canalones o cubiertas, son esenciales en climas lluviosos para evitar el encharcamiento y proteger los cimientos del edificio. Por otro lado, las bajantes de aguas residuales son parte del sistema de saneamiento interno de los edificios, encargándose de transportar las aguas usadas provenientes de baños, cocinas y lavabos hacia las arquetas y la red de alcantarillado.
Para un correcto funcionamiento, las bajantes deben ser instaladas con una ligera inclinación en las conexiones horizontales y contar con ventilación adecuada para evitar problemas de sifonaje y malos olores en el sistema. Además, deben estar protegidas y, cuando es necesario, inspeccionadas periódicamente para evitar obstrucciones que puedan causar desbordamientos o filtraciones de agua.