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La conductividad térmica es la capacidad de un material para transmitir el calor a través de su masa cuando hay una diferencia de temperatura entre sus caras. En el ámbito de la construcción, este concepto es fundamental para evaluar la eficiencia térmica de los materiales utilizados en muros, techos, suelos, ventanas y aislamientos. La conductividad térmica se mide en vatios por metro-kelvin (W/m·K) y, cuanto menor sea este valor, mejor será la capacidad del material para actuar como aislante térmico.

Importancia de la conductividad térmica en la construcción

La conductividad térmica influye directamente en la eficiencia energética de una edificación. Los materiales con alta conductividad térmica, como el metal, permiten una rápida transferencia de calor, lo que puede generar pérdidas energéticas y mayores costos de climatización. En contraste, los materiales con baja conductividad térmica, como la lana mineral o el poliestireno expandido (EPS), actúan como aislantes, reduciendo la transferencia de calor entre el interior y el exterior de una vivienda.

Los materiales con baja conductividad térmica se utilizan en la envolvente del edificio para:

  • Mantener temperaturas interiores estables, reduciendo la necesidad de calefacción o aire acondicionado.
  • Mejorar el confort térmico de los espacios habitables.
  • Disminuir el consumo energético y reducir la huella de carbono del edificio.
  • Evitar la formación de puentes térmicos, puntos donde la pérdida de calor es mayor debido a la presencia de materiales con alta conductividad térmica.

Conductividad térmica de los materiales más utilizados

La conductividad térmica varía significativamente según el material:

  • Materiales de alta conductividad térmica (poco aislantes):
    • Cobre: ? 400 W/m·K
    • Aluminio: ? 200 W/m·K
    • Acero: ? 50 W/m·K
    • Hormigón: ? 1.6 – 2.5 W/m·K
  • Materiales de baja conductividad térmica (buenos aislantes):
    • Lana de roca: ? 0.03 – 0.04 W/m·K
    • Poliestireno expandido (EPS): ? 0.035 W/m·K
    • Poliuretano: ? 0.025 W/m·K
    • Madera: ? 0.12 – 0.15 W/m·K

Aplicaciones en construcción

La conductividad térmica es clave en la selección de materiales para diferentes elementos constructivos:

  1. Aislamiento térmico: Se utilizan materiales con baja conductividad térmica en fachadas, cubiertas y suelos para minimizar las pérdidas de calor.
  2. Muros y tabiques: Se combinan materiales estructurales con aislantes para mejorar la eficiencia energética del edificio.
  3. Carpintería y ventanas: Las ventanas de doble o triple acristalamiento con cámaras de aire o gas inerte reducen la transmisión de calor.
  4. Pavimentos y cubiertas: En climas extremos, se emplean materiales con baja conductividad térmica para mejorar la climatización interior.

Factores que afectan la conductividad térmica

  • Humedad: Un material húmedo puede tener una conductividad térmica mayor que cuando está seco, lo que reduce su capacidad aislante.
  • Densidad: Materiales más densos tienden a tener una mayor conductividad térmica.
  • Temperatura: Algunos materiales varían su conductividad térmica según la temperatura ambiente.

En resumen, la conductividad térmica es un factor clave en la eficiencia energética de los edificios, ya que determina la capacidad de los materiales para retener o disipar el calor. La elección de materiales con baja conductividad térmica en la envolvente del edificio contribuye a mejorar el confort térmico, reducir el consumo energético y optimizar el rendimiento de los sistemas de climatización. Un diseño adecuado que tenga en cuenta la conductividad térmica de los materiales permite construir viviendas y edificaciones más sostenibles y eficientes.

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