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Una fisura es una grieta o abertura estrecha y alargada que aparece en la superficie de un material de construcción, como muros, techos, pavimentos o estructuras de hormigón. A diferencia de las grietas, las fisuras suelen ser menos profundas y no afectan significativamente la resistencia estructural del elemento, aunque pueden ser el primer indicio de un problema más grave si no se abordan a tiempo. Por este motivo, es crucial identificar sus causas y aplicar las soluciones adecuadas para evitar su evolución.

Características de las fisuras

  • Dimensiones: Las fisuras suelen tener un ancho menor a 0,5 mm, aunque su longitud puede variar considerablemente. Cuando superan esta medida o atraviesan completamente un elemento estructural, se consideran grietas.
  • Ubicación: Pueden aparecer en diversas superficies, como paredes de mampostería, losas de hormigón, revestimientos de yeso o pavimentos, y suelen concentrarse en áreas sometidas a esfuerzos, cambios de temperatura o movimientos estructurales.
  • Profundidad: Generalmente afectan la capa superficial del material, sin comprometer la estructura interna, aunque en algunos casos pueden profundizarse con el tiempo si las causas subyacentes no se corrigen.

Causas comunes de las fisuras

Las fisuras pueden generarse por diversos factores, entre los que destacan:

  1. Movimientos estructurales: Asentamientos diferenciales en los cimientos o movimientos por tensiones internas pueden provocar fisuras en muros y estructuras.
  2. Retracción del material: En elementos como el hormigón o el yeso, el proceso de secado puede generar contracciones que dan lugar a fisuras.
  3. Cambios de temperatura y humedad: Las dilataciones y contracciones causadas por las variaciones climáticas pueden generar fisuras en materiales rígidos, especialmente en exteriores.
  4. Sobrecargas: Exceder la capacidad de carga de un elemento puede provocar deformaciones y fisuras superficiales.
  5. Defectos de construcción: Una mala ejecución, como una mezcla de mortero inadecuada o una aplicación incorrecta de los materiales, puede dar lugar a fisuras prematuras.

Tipos de fisuras

  • Fisuras superficiales: Afectan únicamente la capa más externa del material, como revestimientos o pinturas.
  • Fisuras estructurales: Aunque generalmente no comprometen la estabilidad del elemento, pueden ser indicativas de un problema estructural subyacente.
  • Fisuras por retracción: Causadas por la pérdida de humedad durante el secado de materiales como el hormigón, mortero o yeso.
  • Fisuras por dilatación: Generadas por cambios térmicos en materiales rígidos, especialmente en cubiertas o fachadas expuestas al sol.

Soluciones para fisuras

El tratamiento de las fisuras depende de su causa y gravedad:

  • Reparación superficial: Para fisuras leves, se puede aplicar una masilla, sellador o mortero fino que rellene la abertura y restaure la superficie.
  • Refuerzo estructural: En casos donde las fisuras sean síntoma de problemas mayores, como movimientos estructurales, se pueden requerir refuerzos en los cimientos, vigas o muros.
  • Selladores elásticos: En superficies sometidas a movimientos, se emplean materiales flexibles que acompañen las contracciones y dilataciones sin generar nuevas fisuras.
  • Prevención: Utilizar juntas de dilatación, morteros adecuados y materiales de calidad reduce la probabilidad de fisuras en el futuro.

En resumen, las fisuras son uno de los problemas más comunes en la construcción y las reformas, y aunque en la mayoría de los casos no afectan la estabilidad estructural, su tratamiento adecuado es fundamental para evitar complicaciones mayores. Identificar su causa, aplicar la solución correcta y prevenir su aparición mediante buenas prácticas constructivas garantiza la durabilidad y el buen estado de cualquier edificación.

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