Una hilada es una fila horizontal de ladrillos, bloques, piedras u otros elementos de mampostería que se colocan alineados y superpuestos en una construcción. Su correcta disposición es fundamental para garantizar la estabilidad y resistencia de los muros y estructuras.
Las hiladas se disponen de manera escalonada o con un patrón de entrelazado para mejorar la unión entre las piezas y distribuir mejor las cargas. En estructuras de albañilería, las hiladas deben seguir una alineación precisa para evitar deformaciones y garantizar la resistencia del muro.
Características de las hiladas en albañilería
- Distribución uniforme de cargas: Permite que el peso se reparta de manera eficiente en la estructura.
- Entrecruzado de piezas: Mejora la estabilidad del muro y evita la formación de líneas de debilidad verticales.
- Uso de mortero: Se aplica entre las piezas para unirlas y aumentar la resistencia del conjunto.
- Patrones de colocación: Existen distintos tipos de aparejos para organizar las hiladas en función del diseño y la resistencia requerida.
Tipos de hiladas según su disposición
- Hilada a soga: Los ladrillos se colocan con su lado largo visible y alineados en la misma dirección.
- Hilada a tizón: Los ladrillos se colocan con su lado corto visible, alternando con los de la hilada superior.
- Hilada de amarre: Se usa para conectar dos hojas de un muro de doble hoja, mejorando la estabilidad.
- Hilada de coronación: Última fila de un muro, generalmente reforzada para mejorar su terminación.
Importancia de la correcta colocación de las hiladas
- Garantiza la resistencia estructural del muro.
- Evita desplazamientos o fallos en la albañilería.
- Permite una mejor distribución de las cargas.
- Contribuye a la estética y acabado final de la construcción.
En conclusión, la hilada es un elemento clave en la construcción de muros y estructuras de mampostería. Su correcta disposición y alineación aseguran la estabilidad y resistencia de la edificación, evitando problemas estructurales y mejorando la durabilidad del muro.