El inglete es una técnica de corte utilizada en carpintería, metalistería y otras disciplinas relacionadas con la construcción y el bricolaje, para unir dos piezas de material en un ángulo preciso, comúnmente de 45 grados, pero puede ser ajustado a otros ángulos según la necesidad del proyecto. Este tipo de unión es fundamental para lograr esquinas limpias y estéticamente agradables en una variedad de aplicaciones, como marcos de cuadros, molduras, zócalos, y esquinas de muebles.
El corte en inglete se realiza utilizando herramientas específicas como una caja de ingletes o una ingletadora. La caja de ingletes es una guía simple que asegura que el material se corte en el ángulo correcto, mientras que la ingletadora es una herramienta eléctrica más sofisticada que permite ajustes precisos y cortes rápidos. Ambas herramientas ayudan a obtener cortes uniformes y precisos, cruciales para lograr una unión perfecta.
La principal ventaja del inglete es su capacidad para crear uniones que son tanto fuertes como discretas, ya que los extremos biselados de las piezas se unen en un ángulo que distribuye la presión de manera uniforme a lo largo de la junta. Esto no solo mejora la integridad estructural de la unión, sino que también oculta las terminaciones de los materiales, proporcionando un acabado limpio y profesional.
Para realizar una unión en inglete, se deben seguir algunos pasos básicos: medir y marcar el material en el ángulo deseado, asegurar la pieza firmemente en la caja de ingletes o la ingletadora, y realizar el corte con una sierra adecuada. Una vez cortadas las piezas, se aplican adhesivos adecuados a las superficies de contacto y se unen, asegurando que las piezas se mantengan en el ángulo correcto hasta que el adhesivo se seque.