Un tabique es una pared interior que sirve para dividir y organizar el espacio dentro de una casa o un edificio. A diferencia de los muros de carga, los tabiques no soportan peso estructural significativo, sino que su función principal es separar ambientes y proporcionar privacidad en los interiores. Por su naturaleza no portante, los tabiques suelen ser más ligeros y delgados que las paredes estructurales, y pueden estar hechos de diversos materiales, como ladrillo, yeso, cartón-yeso (pladur), madera, vidrio o incluso materiales compuestos.
Los tabiques se utilizan ampliamente en la construcción de viviendas, oficinas, y locales comerciales para crear habitaciones, pasillos, y otros recintos internos. Dependiendo del material y la técnica de construcción, un tabique puede ofrecer diversas características, como aislamiento acústico, térmico, o resistencia al fuego. Por ejemplo, los tabiques de ladrillo ofrecen una mayor solidez y aislamiento acústico, mientras que los de cartón-yeso son más ligeros y permiten una instalación rápida y flexible, ideal para reformas y cambios en la distribución interna de un espacio.
Además de su función práctica de división espacial, los tabiques también pueden tener un papel estético en la decoración interior. Pueden diseñarse con aberturas, vidrios, o detalles ornamentales que añadan estilo y luz natural a los interiores.
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