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La propia modernización de los baños ha propiciado la elección de los platos de ducha por encima de las bañeras. Esto es debido a un menor requerimiento de espacio, un menor gasto de agua, así como una mayor seguridad en su acceso. Si estás pensando en cambiar el baño o en sustituir la bañera por una ducha, a continuación te mostramos algunos consejos que te pueden ayudar. 

Tipos de platos de ducha

Los platos de ducha pueden clasificarse según el material del que están hechos. De esta manera, nos encontramos con un amplio abanico de posibilidades donde elegir. En todas estas opciones puedes tener en cuenta la opción de que sea una ducha a ras de suelo o ducha continua.

Plato de ducha de porcelana 

Son la alternativa más económica y también una de las más duraderas. Los platos de ducha de porcelana pueden llegar a durar hasta 30 años en buenas condiciones. Al estar hechos del mismo material que el resto de los sanitarios, permiten además la fácil inclusión con el estilo del resto del baño. Son fáciles de limpiar, pero ojo, este material no es antiadherente, por lo que vas a necesitar colocar una esterilla o tarima de ducha para evitar posibles caídas. No obstante, la gran mayoría ya incluyen diseños con relieve para reducir este riesgo. En cuanto a su instalación, tenemos que advertirte que esta clase de plato de ducha se fabrica según medidas estándar. Esto significa que no es el más adecuado en el caso de que estés buscando una ducha a medida. 

Plato de ducha de resina o carga mineral

La combinación de mármol, resinas y minerales da como resultado un plato de ducha extraplano (3 cm). Esto permite que su instalación se realice a ras de suelo, facilitando así el acceso a la ducha. Además, son muy resistentes a los golpes y pueden ser fabricados a medida o cortarse en obra. Su diseño combina a la perfección con ambientes minimalistas pudiendo encontrarse en multitud de colores. Su instalación es rápida y sencilla, aunque su precio es un poco superior al del plato de ducha de porcelana. Sin embargo, también cuentan con tratamientos especiales antideslizantes, impermeables, antibacterianos y antifúngicos. 

Plato de ducha acrílico o de fibra de vidrio

Su interior está hecho con fibra de vidrio o espuma de poliuretano con revestimiento acrílico para evitar las filtraciones de agua. La fibra de vidrio aporta una mayor calidad al plato de ducha, mientras que el poliuretano abarata su coste. Su instalación no es complicada, ya que estamos ante un material de poco peso, pero ofrecen una menor adherencia que los modelos de resina. Por otro lado, hay que tener en cuenta que esta superficie es muy sensible a ciertos productos de limpieza por lo que su color original podría verse alterado con el tiempo, afectando a su estética. 

Plato de ducha de piedra natural

Este tipo de plato de ducha puede estar fabricado en pizarra, mármol o granito. Sus propiedades son similares a las duchas de carga minerales, pero son menos resistentes a los golpes. Su tacto es más cálido aunque no cuentan con ningún tratamiento anti absorbente por lo que la humedad podría provocar la aparición de hongos. Para evitar esta complicación, tenemos que asegurarnos de que la piedra natural de la que estén hechos cuente con un tratamiento bactericida e hidrófugo adecuado. Por último, es importante señalar que, al igual que con las duchas de vidrio, los productos de limpieza podrían dañar la piedra por lo que su mantenimiento ha de realizarse con jabón con PH neutro o en su caso con productos especiales. 

Plato de ducha de metal

Estas son las duchas que han sido fabricadas en acero inoxidable recubierto con una capa vitrificada de esmalte. Son una alternativa bastante económica, pero que podría llegar a oxidarse con el paso del tiempo. 

Pautas a seguir para la elección de un buen plato de ducha

Lo primero a tener en cuenta son las propias dimensiones de nuestro cuarto de baño. Del espacio disponible va a depender el tamaño del plato de ducha. En el caso de que nuestro espacio para la instalación de un plato de ducha sea menor a 3,5 m2 entonces tendremos que optar por modelos de ducha cuadrados o de círculo. Si disponemos de un espacio superior al mencionado, entonces podremos elegir modelos más amplios y atractivos, como por ejemplo, los platos de ducha rectangulares. 

Una vez medido el espacio, es hora de pensar en nuestras prioridades. ¿Estándar o a medida? ¿Fácil de limpiar o resistente a los golpes? ¿Antideslizante o de cerámica? Para ello, es fundamental que vuelvas a repasar la tipología de los platos de ducha que hemos mencionado antes. Por otro lado, para elegir una ducha de forma correcta es necesario que además tengas en cuenta su desagüe. Las duchas más modernas apuestan por la seguridad y el diseño, ofreciendo una amplia gama de posibilidades. Los hay cuadrados, redondos, de rejilla, lisos, con acabados en cromo, etc. Otro aspecto que no podemos olvidar es su ubicación. Los desagües pueden ir instalados en el centro del plato, en un lateral, pegados a la pared… Siempre y cuando su instalación respete las medidas. 

Finalmente, también tienes la opción de hacer una zona de ducha sin plato. Es decir, utilizar materiales continuos sin juntas como, por ejemplo, el microcemento, para diseñar una zona de ducha personalizada y a medida. 

En cuanto a la instalación de un plato de ducha, es recomendable que siempre cuentes con la ayuda de buenos profesionales. En Reformadísimo contamos con un equipo de trabajo especializado tanto en la reforma de baños, como en la instalación o sustitución de bañeras por platos de ducha. Nosotros medimos el espacio y te asesoramos acerca de las mejores opciones para ti. De igual modo, nos aseguramos del buen estado del suelo, así como de que las cañerías tengan la suficiente caída para permitir el desagüe. A partir de aquí elaboramos un presupuesto adaptado a tus necesidades para que puedas elegir libremente. 

Un baño es un espacio al que cada vez exigimos más. Confort, calidez, diseño y funcionalidad. Ponte en contacto con nosotros para más información sin compromiso y dale una nueva vida a tu cuarto de baño.