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El cierre de la terraza de una vivienda es uno de los recursos más utilizados para ganar unos cuantos metros útiles en ella. Generalmente es un espacio que no se utiliza mucho, salvo quizá en verano para pasar un rato de sol o tomando el fresco por la noche. Y aunque en los últimos meses su popularidad ha subido, el tamaño de muchos pisos es tan escaso que los cerramientos de terrazas siguen siendo una buena opción para dar a sus habitantes la oportunidad incluso de hacer una habitación más. Algo nada desdeñable si el espacio interior escasea.

Hay muchos tipos de cerramientos, aunque con todos se podrán seguir manteniendo las vistas. Incluso si lo que se pretende es únicamente  cubrir la terraza para poder utilizarla también cuando hace mal tiempo, se puede hacer un cerramiento con grandes cristaleras corredizas o con un sistema de ventanales plegables. Así se podrá tener el espacio cerrado, pero abrirlo para sentirse más en una terraza cuando el clima acompaña. Todo sin necesidad de tener que retirar o cubrir los muebles cuando llueve, entre otras cosas.

Qué tener en cuenta antes de realizar cerramientos de terrazas

Para poder emprender una reforma de este calado, hay varias normas y requisitos previos que observar. Una de las que es de necesario cumplimiento para los cerramientos de terrazas es contar con permiso del Ayuntamiento, al tratarse de una obra mayor. Pero también de la comunidad de vecinos. Este tipo de reforma conlleva una modificación en la fachada. Esto se debe a que aunque la zona de la terraza es de uso y disfrute de quien vive en ella, es un elemento común del edificio. Por lo tanto hay que consultar al resto de propietarios para que den su autorización para la obra.

La consulta para efectuar los cerramientos de terrazas al Ayuntamiento se debe llevar a cabo para solicitar el permiso de obra correspondiente. Pero también obedece a saber si se puede realizar o no la obra. Generalmente, cada edificio cuenta con un máximo de metros sobre los que se puede edificar. En el caso de que los metros construidos que sume la vivienda después del cerramiento sean superiores a esa superficie máxima permitida, no se podrá efectuar el cerramiento. Ni siquiera aunque la comunidad de vecinos de su consentimiento para ello.

Este trámite, el permiso de la comunidad, deberá obtenerse en una reunión con todos los propietarios. En ella se les informará de la intención de cerrar la terraza, y se les preguntará si tienen objeciones y se les pedirá el consentimiento. Para ello se suele efectuar una votación y si el resultado es favorable, se dará por otorgado dicho permiso.

Planificación de los cerramientos de terrazas

Una vez se cuente con el permiso de la comunidad, la autorización del Ayuntamiento y el permiso de obras correspondiente ya se puede realizar la obra. Eso sí, antes de nada hay que tener en cuenta una serie de consideraciones y consejos. Para empezar, es muy importante contratar los servicios de una empresa de reformas que tenga experiencia en este tipo de obras. También hay que hacerse, si es posible, con los planos del edificio. Si los consigues, hay que estudiarlos con los responsables de la empresa para ver si hay peculiaridades de la construcción que puedan afectar a la obra.

Entre estas peculiaridades está la presencia de pilares y/o muros de carga en la pared que divide la terraza y el salón, o una habitación que de acceso a la terraza. En este caso, y en caso de que se quiera unir la terraza al salón o a una habitación eliminando la pared que queda entre ambas estancias, habrá que poner más cuidado al hacerlo.

Además, en caso de que se pueda tirar el tabique respetando el pilar, hay que tener en cuenta que el espacio que quedará tras la obra no será diáfano.

Cómo obtener los mejores resultados en un cerramiento

En prácticamente todas las ocasiones, tanto el suelo como el techo del salón y de la terraza son distintos. Por lo tanto habrá que darles uniformidad para que el espacio no quede visualmente cortado. Lo más habitual es cambiar el suelo y el techo de la terraza. Así tendrá el mismo aspecto y materiales que los del salón. Esto será más sencillo si el suelo es de tarima, porque si es de madera, la que ya está instalada quedará más desigual, tanto en color como en barnizado.

Si el suelo es de baldosa, es conveniente comprobar si quedan excedentes de su instalación. Sobre todo si es el suelo original de la casa. En ocasiones, los constructores dejan en el edificio las baldosas y azulejos que les han sobrado, para que los vecinos puedan utilizarlos si hacen obras. En caso contrario, si las baldosas del salón tienen ya cierto tiempo, será complicado encontrar unas iguales. Entonces puede que sea necesario cambiar el suelo al completo, tanto del salón como de la terraza.

El techo no suele ofrecer mayores problemas, porque generalmente es de escayola y o bien con planchas de este material o con yeso se consigue igualar espacios. Por supuesto, con una mano o dos de pintura después para que no se note la reforma reciente. La nueva pintura ayudará a dar un nuevo aire también al salón. En cuanto a las paredes del nuevo cerramiento, o a los espacios entre ventanas, también habrá que igualarlas con las del resto del salón. O bien con pintura si el resto de paredes están pintadas, o con papel pintado si el salón está empapelado. Lo importante es crear una imagen homogénea.

Antes de realizar el cerramiento, además de tener todo esto presente en su planificación, también habrá que tener en cuenta que las nuevas ventanas, así como la pared exterior, deben estar debidamente aisladas. Al tirar el que hasta realizar la obra era el muro exterior de la vivienda, se habrá eliminado también su aislamiento, que ahora debe pasar a las nuevas paredes y las ventanas instaladas al cerrar la terraza.

Por eso, la pared deberá incluir aislantes como lana de roca o de vidrio, espuma de poliuretano o poliestireno. De esta manera la vivienda quedará con un mejor nivel de aislamiento térmico. Este debe quedar reforzado por las ventanas, que serán de materiales aislantes, como PVC o aluminio. Además, sus cristales también tendrán un grosor suficiente para potenciar el aislamiento.

Principales tipos de cierres de terrazas

Hasta ahora hemos visto los pasos previos para realizar cerramientos de terrazas. Es el momento de ver los tipos de cerramientos más habituales. Generalmente, la empresa contratada para realizar la reforma será quien, estudiando las posibilidades, te aconseje sobre los más adecuados para tu caso. No obstante, es conveniente que conozcas en qué consiste cada tipo de cerramiento para, en caso de contar con varias opciones, poder elegir la más adecuada a las circunstancias de tu vivienda.

Por tipos de materiales

Generalmente, los tipos de cerramiento se diferenciarán por los materiales empleados, porque básicamente el nivel de cierre, como hemos visto, lo determinarán la altura de los ventanales, así como la posibilidad o no de abrirlos más o menos. O, directamente, de correrlos para que el frontal de la casa quede abierto, una opción que se suele contemplar sobre todo cuando el cierre del salón y la terraza no ha sido completo y las dos estancias siguen separadas. También pueden hacerse cerramientos con paneles acristalados fijos, e incluso con ventanas correderas.

Terrazas de áticos

Hasta ahora hemos hablado de los cierres con techos fijos, los más habituales cuando se trata de cerrar una terraza con otra sobre ella. Pero en el caso de las terrazas de los áticos hay otra posibilidad para el cerramiento: realizarlos con techos móviles. En estos casos el cerramiento tendrá que ir acompañado por un armazón o estructura metálica sobre el que irán paneles. Estos pueden retirarse o colocarse en función de las necesidades que tengan en cada momento los habitantes de la casa.  En este caso, las ventanas del cerramiento suelen ser de paneles móviles o plegables para dejar, si se desea, el frontal del cerramiento casi completamente abierto. Este post sobre como sacar partido a una terraza, seguro que te da buenas ideas.

Por tipos de ventanas

El aislamiento más habitual en cerramientos de terraza se lleva a cabo con ventanas de vidrio reforzado. Como hemos mencionado, de esta forma se consigue un buen aislamiento térmico. Pero también acústico, porque debido a las propiedades del vidrio puede rebajar en gran medida el impacto de los sonidos procedentes del exterior.

Los cerramientos también pueden ser con ventanas y paneles de policarbonato. Este también es un material con capacidad aislante del frío, el calor y el ruido. Además, es muy resistente cuando hace mucho calor o mucho frío, por lo que en cerramientos de terrazas de climas extremos es un material bastante apreciado. Entre los cerramientos más tradicionales se encuentran los de PVC y aluminio, que se pueden combinar tanto con vidrio como con policarbonato en las ventanas.

Como puedes comprobar, para los cerramientos de terrazas tienes múltiples posibilidades y materiales. Tanto para que el cierre sea definitivo y redunde en una habitación más grande, como para que pueda retirarse a voluntad tanto por la parte del techo como por la de las ventanas. Todo depende de las necesidades, posibilidades y presupuesto que tengas para realizar la obra. Cuenta con nosotros para ayudarte en esta reforma tan útil.