La instalación de suelo en una vivienda, en concreto en un piso, es una de las decisiones que han de tomarse con más detenimiento antes de comenzar una reforma. Para tomar una decisión sobre cuál elegir, no solo hay que tener en cuenta el presupuesto y lo que nos guste o no un tipo de suelo, un material o un color. También hay que tener otros factores en cuenta: su resistencia, su versatilidad o las facilidades que da para su mantenimiento. Incluso si se trata de un suelo que da más o menos calor en invierno o en verano, en función del clima. Hay varios tipos de suelo a considerar para la elección, pero en casi todas las quinielas siempre aparecen los suelos porcelánicos.

Debido a sus características y prestaciones, este suelo se instala cada vez con mayor frecuencia en todo tipo de viviendas. Incluso en pisos. Eso sí, dentro de esta clase de suelo hay varios tipos a elegir, con distintos acabados. Por tanto, si optas por suelos porcelánicos para tu piso, después tendrás que elegir el tipo más adecuado para tu hogar. Y después, el acabado que más te guste. A continuación descubrirás, primero las características de los suelos porcelánicos, y después los que tienes disponibles.

¿Qué son los suelos porcelánicos?

Cuando hablamos de suelos porcelánicos hacemos referencia a un tipo de suelo que generalmente estamos acostumbrados a ver en baldosas, aunque en la actualidad está disponible ya en otros formatos más propios de otros tipos de suelo, como las láminas. Generalmente es un suelo bastante fresco, por lo que es habitual en zonas cálidas. Dado que dan sensación de frío, no están aconsejados en zonas en las que en invierno la temperatura es muy baja. Pero sí lo están en casas o pisos de una sola planta o en las casas que tienen acceso directo desde la calle, al menos en su planta baja. Se trata de un tipo de suelo de limpieza fácil, por lo que también abunda en segundas residencias o viviendas vacacionales de todo tipo.

Estos suelos son en esencia suelos cerámicos, pero presentan algunas diferencias con respecto a estos. El principal, su cocción. Los suelos cerámicos suelen fabricarse mediante un sistema de doble cocción, mientras que los suelos porcelánicos utilizan solo una. Además, son bastante más resistentes que los cerámicos.

Según el tipo y el acabado, pueden instalarse en todo tipo de estancias. No solo en cocinas y baños, donde se pueden encontrar en la mayoría de pisos. También en habitaciones y salas de estar. Los suelos porcelánicos con acabados más resistentes se pueden instalar también en exteriores. Por eso se encuentran con frecuencia en balcones y terrazas. También porque son suelos que, por su sistema de fabricación, son muy poco porosos. Esto lleva a que resistan mejor los cambios de temperatura y la humedad. También ofrecen un nivel mayor de aislamiento que otros suelos más porosos.

En la actualidad, hay suelos porcelánicos que imitan de manera muy fiel el aspecto y acabados de otros tipos de suelo. Entre otros materiales, pueden imitar al mármol, a la piedra e incluso a la madera. Por su resistencia pueden durar muchos años en condiciones óptimas. Además, su mantenimiento es muy sencillo, y solo con tenerlos limpios tendrán un aspecto impecable. Eso sí, este tipo de suelos son generalmente algo más caros que otros, por lo que no son aptos para presupuestos ajustados.

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Tipos de suelos porcelánicos: técnicos y esmaltados

Dentro de los suelos porcelánicos hay varios tipos, aunque hay uno que los engloba a todos: los porcelánicos técnicos. Todos los suelos porcelánicos son de este tipo, debido a su acabado y formato de fabricación. Son, por tanto, compuestos homogéneos, que suelen presentarse en baldosas, aunque hay otros formatos. Pero todos son iguales por todos sus lados.

Aparte de este tipo, los suelos porcelánicos pueden ser de varios tipos más, en función de su textura, acabados, juntas etc. Por ejemplo, hay un tipo de suelos cerámicos que se pueden colocar sin necesidad de tener que dejar juntas o separaciones entre ellos. Se trata de los suelos rectificados, y debido a esta característica, tras su instalación, al no tener juntas, parecerá que has colocado un suelo continuo y no uno porcelánico.

En cuanto a los suelos esmaltados, cuentan con una capa de esmalte en su parte superior, o varias. Su finalidad es que el suelo tenga un diseño determinado en la zona que tras su instalación queda al aire. Los acabados que permite el esmalte en este tipo de suelo son muy variados. Entre ellos, el mármol o la madera.

De interiores y de exteriores

Generalmente, los suelos porcelánicos destinados a su instalación en interiores tienen un acabado que les prepara menos para resistir la acción de los elementos. Los de exteriores priman en muchos casos la resistencia frente a la belleza, y se fabrican para permanecer inalterables frente a la lluvia, el frío y el calor. Por tanto, los de exteriores no suelen tener tanta variedad de acabados, y tienen un aspecto más rústico en muchos casos.

No sucede lo mismo con los suelos porcelánicos para interiores. De hecho, hay muchos tipos de suelos porcelánicos que derivan de este. Por ejemplo, los de tipo cemento. Están compuestos por baldosas de tamaño notable, con un acabado que imita a las superficies de cemento, y el color que tienen estos acabados: gris.

Este tipo de suelo también puede imitar un acabado en piedra, con o sin texturas. Su tono suele ser de un marrón suave, aunque puede integrar áreas con imitación de las vetas de la piedra en tonos distintos, como el blanco, el gris o el óxido. Los suelos porcelánicos de interior, como hemos visto, también pueden tener un acabado liso y brillante, que imite al mármol. Como él, tendrá vetas de otros tonos, y dará al suelo un aspecto elegante y distinguido. Solo que será más duradero y sencillo de mantener.

Otro tipo de suelo porcelánico de interior es el que tiene un acabado cuyo aspecto simula el de la madera. Su instalación aporta un extra de calidez a un piso, y las salas y habitaciones en las que se coloca tendrán un aspecto más acogedor. También es una solución muy utilizada para baños y cocinas en los que no se quieran colocar baldosas de suelo cerámico convencionales. La instalación de suelo porcelánico con acabado de madera convertirá a estas estancias de un piso tan importantes en zonas más acogedoras y agradables.

El acabado de los suelos porcelánicos no tiene por qué ser uniforme. De hecho, uno de los puntos fuertes de este tipo de suelo es su gran variedad de acabados y texturas en ellos. En general, estos suelos acostumbran a tener un aspecto menos liso y uniforme en los modelos para exteriores. Pero esto no quiere decir, sobre todo en los pisos de zonas rurales, que deba ser así. En muchos hace tiempo que los suelos porcelánicos con textura algo rugosa, para dar un aspecto más campestre al piso, tiene mucha presencia.

Hidráulicos: de estilo vintage

Dentro de los suelos porcelánicos para interior, uno de los tipos más apreciados es el suelo hidráulico. Suele estar compuesto por baldosas esmaltadas con motivos de estilo vintage. Por eso, cuando se instalan son para imitar a los suelos de estilo antiguo. Seguro que los has visto más de una vez: tienen diseños de colores repetidos a lo largo de las baldosas que los componen. Y un estilo inequívocamente retro y vintage. Pues bien, hay suelos porcelánicos hidráulicos, completamente nuevos, que imitan el aspecto y los diseños de esas baldosas antiguas. Además, suelen tener varios colores, lo que da alegría a una vivienda.

Originalmente, este tipo de suelo se fabricaba para no tener que instalar mármol en viviendas de personas con presupuestos más ajustados. Pero sus diseños, generalmente geométricos, tenían una finalidad: imitar los de las alfombras de las casas de familias de mayor poder adquisitivo en la época en la que se pusieron de moda. De ahí que no sea un diseño uniforme, sino que parezca en muchos casos que tiene un marco que delimita el diseño. También que, salvo contadas excepciones, no ocupa todo el espacio disponible, sino que los bordes del diseño no llegan hasta las esquinas de las estancias en las que se instalan. Del límite del dibujo a las paredes queda una franja lisa de otro color, que contrasta con el dibujo. No obstante, también hay diseños que ocupan toda la extensión del suelo, generalmente geométricos.

El paso del tiempo fue sacando de los planes de instalación de suelos este tipo de suelos porcelánicos. Entonces, hace varias décadas, su mantenimiento planteaba muchos problemas. Era complicado, y mancharlos era bastante sencillo. Unos problemas que han desaparecido con las baldosas hidráulicas modernas, y que con el gusto actual por lo vintage, se han vuelto a poner de actualidad. Generalmente, estas baldosas llevan una capa de imprimación en su parte superior para que sean impermeables. De esta manera, las manchas no les afectan y se pueden limpiar sin problemas. Además, los modelos de baldosa hidráulica de tipo porcelánico modernos son más ligeras y resistentes que las originales.

Estos son los principales tipos de suelos hidráulicos que puedes utilizar para instalar en el interior de un piso. Pero si no te decides por cuál instalar, o si necesitas consejo sobre cuál es el suelo porcelánico más adecuado para las estancias de tu vivienda, necesitarás el asesoramiento de una empresa experta en reformas, como Reformadísimo.